Recuperando el Sentido Común

Abuso de Alcohol y/o Uso de Drogas

Una Guía para la Familia

por el   Médico Francisco A. Cantú 

El Médico Francisco A. Cantú es egresado de la especialidad de Psiquiatría del Hospital Central Militar de México.  Desde hace mas de 35 años está dedicado tiempo completo al tratamiento, prevención, estudio y enseñanza del alcoholismo, la drogadicción y la codependencia.  Continua trabajando como director de la Clínica Cantú en Cuernavaca, Morelos, México.  La clínica fue fundada en conjunto con su esposa, la Médico Ana T. G-Paullada de Cantú, siendo la segunda clínica privada especializada en adicciones de mayor antigüedad en la República Mexicana.

Este libro se publico y se venda por Amazon en el año 2010

Recuperando el Sentido Común

Abuso de Alcohol y/o Uso de Drogas

Una Guía para la Familia

por el   Médico Francisco A. Cantú 

Dedicado a mi familia, Mi esposa, Dra. Ana G.-Paullada, Mi hija, Anais, Mi hijo, Francisco y

En memoria de Mi madre,  Rosalina Guzmán Cervantes de Cantú y Mi tía,  Aída Guzmán Cervantes

Indice

Sentido Común, Hechos y Medicina

Hace más de 200 años

¿Realmente se ve la gravedad de las adicciones?

¿Cómo se reacciona ante una enfermedad?

La pérdida del Sentido Común, los Hechos y la Medicina

Aplicando el Sentido Común

Aplicando los hechos

¿Cuáles son las “creencias” que existen para validar el abuso del alcohol y/o el uso drogas?

La creencia “Mafiosi”

El borrachito que tenemos enfrente

“Creencias” sobre el alcoholismo y la drogadicción

De acuerdo con la creencia es la acción que se toma

¿De dónde provienen las creencias?

El cerebro

“Está malito de la cabeza”

Iniciemos con una base esencial

El funcionamiento cerebral

Daño al lóbulo frontal

Los diferentes tipos de adicción

El cuadro clínico de las adicciones

“Piensa Chueco"

Sentir - POBRE TOLERANCIA EMOCIONAL

Pensar - PREPOTENTE

Conducta - MANIPULADORES

¿Qué ve la familia en el adicto?

El engaño más grande del mundo

¿Por qué se les cree lo que dicen?

¿Por qué los dejan?

Qué puede hacer la familia

La intervención inicia en la familia

Las 12 Bases del Proceso Familiar

I.- Jamás volver a salir del campo de la medicina

II.- Comunicación familiar

III.- Congruencia familiar

IV.- Las reglas de la casa

V.- Identificar el piensa chueco

VI.- No Engancharse

VII.- Dejar de ser cómplices

VIII.- Mantenerse firmes

IX.- No tomar decisiones que afecten a la familia

X.- Simple

XI.- Dar tiempo

XII.- La familia también requiere apoyo

Intervención familiar

Cómo intervenir

Qué hacer una vez que entre a tratamiento

Los 3 factores que activan la enfermedad

Cerebros auxiliares en el proceso de sobriedad

La recaída

La ayuda en las adicciones

El equipo multidisciplinario

Grupo de no profesionales

Grupo Profesionales Especialistas en adicciones

Las Clínicas

La entrevista médica

Prevención en los adolescentes

Un programa para la familia

Qué se busca prevenir en los adolescentes

Sentido común, hechos y medicina

La salud del cerebro

Padres con una mente brillante

Diferenciar las reglas de conducta de los hábitos de salud

Sentarse a manejar el sentido común

Reglas de la casa

Técnicas de resistencia

Las fiestas y los adolescentes

Las discotecas y los adolescentes

Las alarmas en los adolescentes

Sí se puede

El tema de legalizar las drogas

Bibliografía

Sentido Común, Hechos y Medicina

Hace más de 200 años

Por el Médico Británico Thomas Trotter

“El hábito de emborracharse, tan común en la sociedad, se puede observar en todos los niveles o etapas de la vida y es el origen de una inexpresable aflicción, tanto por parte de los familiares como de los amigos.  Por parte de la práctica médica, ha sido poco lo que se ha hecho para crear una advertencia.   Por parte de los religiosos, derraman sus condenas desde el púlpito y por parte del moralista, no siendo menos severo, menciona que se trata de un “vicio” que degrada nuestra naturaleza.      Ambos han tenido buenas intenciones y han propuesto argumentos morales y religiosos a la pecaminosa indulgencia del “apetito animal”.    Pero la influencia física de la costumbre confirmada en el hábito, entrelazada en las acciones del sistema de conciencia mental, se ha olvidado por completo.   El conocimiento perfecto de las causas, que en primer lugar indujeron a la propensión al alcohol —ya sea porque surgió de una situación de la vida o porque depende de un peculiar temperamento del cuerpo— es necesario para conducir a una cura”.       Artículo “Sobre la borrachera y sus efectos en el cuerpo humano; Un Ensayo Médico, Filosófico y Químico” (26).

Palabras sabias del Dr. Thomas Trotter, que resumen la problemática del alcoholismo y la drogadicción.  La cuestión es que este artículo fue escrito en 1804, hace más de 200 años y aún se puede aplicar el día de hoy.  Esto despierta un serio interrogante: ¿Acaso no ha avanzado la medicina en el campo del alcoholismo y la drogadicción?  La respuesta es que sí se ha avanzado enormemente en el entendimiento y en el tratamiento de las adicciones, pero en el conocimiento por parte de las personas en general, no.  Se está trabajando para cambiar esto, pero aún hay mucha reticencia en aceptar los conceptos médicos.  Sabemos, a través de hechos, que ha sido un constante batallar que no ha traído ningún beneficio o impacto a favor.  Las acciones llevadas a cabo por la medicina, por los gobiernos, por las escuelas y por las familias han sido un pálido esfuerzo ante una enfermedad grave. Se ha dejado a un lado el acto de cuestionar lo que se sabe acerca de la enfermedad. Hay una duda generalizada sobre lo que se puede hacer y no se cree que haciendo un esfuerzo se pueda lograr algo.  El propósito de esta guía es desenmarañar toda la confusión e ideas erróneas que hay alrededor de las adicciones, porque las acciones que se llevan a cabo partiendo de estas ideas erróneas dan por consecuencia malos resultados.

No pretendo haber inventado el hilo negro o haber hecho un gran descubrimiento, lo que propongo es volver a utilizar el sentido común, hacerles caso a los hechos y regresar la enfermedad al campo de la medicina. Mis 25 años de experiencia y dedicación de tiempo completo a las adicciones me han facilitado "unir los puntos" y es mi propósito compartir esto con ustedes.

Como mencioné anteriormente, la falla radica principalmente en tres aspectos:

1.- Se perdió el uso del sentido común en las adicciones.

Sentido común es la aplicación de un buen juicio en los aspectos prácticos que se van presentando durante y en diferentes situaciones, a diferencia de aplicar las ideas chuecas de otros.

2.- No se les hace caso a los hechos y se funciona con creencias erróneas.

Un hecho es algo que indiscutiblemente es el caso y se puede corroborar una y otra vez, a diferencia de las “creencias, opiniones y teorías” que siempre son discutibles y cambiantes.

3.- Sacaron del campo médico la enfermedad del abuso del alcohol y/o el uso de drogas.

La medicina es la ciencia de la práctica del diagnóstico, del tratamiento y de la prevención de las enfermedades. Pero si no se entienden las adicciones como una enfermedad física resulta muy difícil buscar y recibir la ayuda.

Por ende, voy a basar el libro en la recuperación de estos aspectos que son fundamentales para entender y enfrentar este tipo de enfermedades

El escrito está dividido en 6 secciones:

1.- La primera es una explicación de cómo ha influido el “piensa chueco” de los alcohólicos y drogadictos en la familia, llevándola a tener “creencias” con las que no hay forma de obtener resultados positivos.  Esta sección resulta un poco extensa y en ocasiones hasta repetitiva para deshacerse del “piensa chueco”.

2.- En la segunda sección hablo del desarrollo y funcionamiento cerebral en una forma simple y coloquial, armando la base de entendimiento de cómo se afecta el cerebro por la toxicidad de las sustancias.

3.- En la tercera sección hablo de la sintomatología de los adictos, para lograr un verdadero entendimiento de que se trata de una enfermedad física.

4.- La cuarta parte (dos secciones) trata —ya con herramientas en mano— de cómo la familia puede enfrentar la enfermedad,  ya sea que el familiar esté “activo” (utilizando alcohol y/o drogas), o en rehabilitación.

5.- La quinta sección habla de los diferentes medios de ayuda.

6.- La sexta parte, muy importante, es dar a la familia la capacidad de llevar a cabo un programa de prevención simple en casa, o de detectar la enfermedad en sus inicios para actuar oportunamente.

Espero que este escrito le sea de utilidad a usted y a su familia.

Aclaraciones

  • El alcoholismo y la drogadicción son una misma enfermedad, lo único que cambia es la sustancia de preferencia. A ambos me voy a referir como adictos o adicción, independientemente de la sustancia que utilizan.

  • La enfermedad de la adicción es más frecuente en hombres, así que me voy a referir en masculino.  Las personas que tienen un miembro de la familia del sexo femenino deben entenderlo de la misma forma. Dado que es una enfermedad, ambos sexos presentan la misma sintomatología.

  • No voy a mencionar los efectos que perciben los adictos con cada una de las sustancias ya que no sirve para nada este tipo de información. Lo único que hay que mantener en mente es que todas por igual hacen daño al cerebro.

  • Por lo grave del padecimiento, voy a ser sumamente repetitivo.

  • Este escrito tiene como propósito que se utilize como libro de consulta. Que el lector pueda regresar a revisar los datos cuantas veces sea necesario

¿Realmente se ve la gravedad de las adicciones?

Si año tras año observamos que las acciones llevadas a cabo no han dado resultados, es obvio que hay un error fundamental en el entendimiento de esta enfermedad.              Dr. Cantú

    A simple vista, tal pareciera que a las personas no les resulta fácil entender los alcances destructivos que tienen las adicciones. El abuso del alcohol y el uso de drogas son un acto muy “común” dentro de las diversas culturas. Esto ha creado una familiarización que va en detrimento de lo que las personas están dispuestas a hacer.  Vemos cómo se han enfocado en hablar y en mostrar, en todos los medios, a un solo síntoma de la enfermedad, que es el uso y abuso de alcohol y drogas, omitiendo el resto de la sintomatología. De esa manera, se ve el padecimiento en forma incompleta. Resulta imposible comprender una enfermedad a través de un solo síntoma. Es como si quisiéramos entender la tuberculosis a través del solo acto de toser, sin comprender que en el fondo se trata de una infección causada por un bacilo que está destruyendo los pulmones y que eso origina la tos.  Al ver sólo la tos, las personas creen que los jarabes son la solución. Así, se ve a la tos como algo muy molesto pero simple de solucionar, dejando de lado el hecho de que se trata de una enfermedad grave.  Algo muy similar es lo que sucede con las adicciones.

Ver el síntoma de utilizar sustancias en forma aislada, sin notar las alteraciones en la forma de pensar, sentir y actuar, ha provocado que se acepten las creencias chuecas de la adicción, minimizando el problema y afectando en primer lugar a la familia.   La sociedad ejerce entonces una tolerancia equivocada ante las conductas de los adictos que, en lugar de ayudar, constituye más bien una forma de complicidad.  Esta complicidad ha permitido que los adictos tengan mucha fuerza para imponer sus ideas chuecas.

Esto que acabo de mencionar se ve con hechos. Conservadoramente —o viéndolo con optimismo— el grupo de personas con abuso de alcohol y/o uso de drogas, es más o menos alrededor de un 10% a nivel mundial.  Un 10% no hace que sea una enfermedad rara, más bien estamos hablando de una enfermedad común.  Lo que llama mucho la atención es que el 90% de la población, los que no tienen el problema, tienen menos fuerza que el 10% con el padecimiento.  Esto lo podemos observar en forma indirecta a través de las consecuencias originadas por el narcotráfico.  La fuerza del narcotráfico es lo suficientemente significativa para afectar a naciones enteras en sus políticas, sus leyes y sus reglas.  Ningún país, por más poderoso que sea, ha encontrado una solución al problema del narcotráfico.  Lo que nadie parece entender es que la base del narcotráfico inicia a partir de algo muy simple, la demanda de la droga por parte de un adicto.   

Al mismo tiempo, por más ilógico o raro que suene un miembro de la familia con la enfermedad de la adicción (alcoholismo y/o drogadicción), tiene más poder e influencia sobre la dinámica familiar que la familia entera sobre él. En una reunión social, un intoxicado por alcohol o drogas tiene más capacidad de mover al grupo que el resto de los invitados.  Si lo analizamos de una manera lógica debería ser al revés; solamente por el hecho de ser una mayoría, siempre se debería poder hacer algo. Pero no es así en el presente.

El primer contacto frente a esta enfermedad se da dentro del contexto familiar, algo a lo que se le ha dado muy poca importancia.   Si le volvemos a dar la importancia al núcleo familiar, poco a poco y empezando con las familias que ya tienen un miembro con la enfermedad, se puede regresar el problema al lugar y la dimensión a los que pertenece.   

Sé por experiencia que a las familias que tienen un familiar con la enfermedad se les hace muy difícil hacer un frente porque “creen” que la solución es muy complicada.  Pero si seguimos la idea de “a problemas complicados, soluciones simples” vamos a obtener un beneficio en cuestión de unos meses dado que, en la mayoría de los casos, las soluciones simples usualmente están enfrente de nuestras narices. Para empezar vamos a revisar nuevamente los conceptos básicos.

¿Cómo se reacciona ante una enfermedad?

¿Cómo reaccionaría usted ante una persona que presenta un infarto? ¿Cómo reaccionaría ante una persona que está intoxicada con alcohol? La respuesta debe ser: de la misma forma en ambas.

Esto es difícil de creer, porque es muy probable que usted ya tuviera la experiencia de estar al lado de una persona intoxicada por alcohol o drogas y jamás se le ocurrió avisar a los familiares o dejarla en urgencias de un hospital. Y si ya tuvo la experiencia de dejarla en un hospital, probablemente se topó con problemas para que la aceptaran.    Antes de entender por qué se debe actuar de igual manera, vamos a revisar los pasos básicos que sigue una familia para atender un padecimiento sobre el cual no se tiene duda de que se trata de una enfermedad física. Son cinco pasos: conocimiento, detección, intervención, responsabilidad familiar y apoyo familiar.

1.- Como usted sabe, las familias tienen los conocimientos básicos sobre las enfermedades y cuentan con más recursos cuando se trata de los padecimientos más frecuentes.  Se sabe que una enfermedad es una alteración que afecta el buen funcionamiento de alguna parte del cuerpo y que cada enfermedad está compuesta de signos y síntomas que, a su vez, forman un cuadro clínico.

2.- Gracias al conocimiento, se pueden identificar los síntomas básicos que alertan sobre el proceso de una enfermedad, lo que permite su detección.

3.- La detección conduce a la acción de intervenir directamente. La acción es simple y usualmente consiste en llevar al familiar con el médico. Inclusive, si la persona llega a mostrar resistencia para ir al médico, se la presiona para acudir a la consulta.

4.- La familia sabe por experiencia que es fácil dejar de seguir las indicaciones; por lo tanto, asume la responsabilidad de estar pendiente para que el familiar las siga correctamente.   Esta también es una tarea fácil y usualmente basta con preguntar.  También va a estar pendiente de la evolución de los síntomas. Si nota que no está mejorando, nuevamente toma acción.

5.- La familia da su apoyo al enfermo. En otras palabras, es darle una mano en su recuperación.

De estas acciones que describí ¿cuántas aplicaría la familia ante una adicción? El gran problema es que en la enfermedad de la adicción, el entendimiento o conocimiento… no existe, afectando de manera crítica la forma de actuar frente a la enfermedad. Desde el inicio, los resultados son malos, provocando que el padecimiento se mantenga y siga desarrollándose a través de los años,  causando todo tipo de malestar, conflictos y desgaste emocional en la familia.  Hágase usted esta pregunta básica: ¿realmente considera al alcoholismo o drogadicción como una enfermedad física?   Yo sé que la mayoría de los lectores me va a decir que sí sabe que es una enfermedad,  así como lo asevera la mayoría de las familias que acuden a la clínica.  Pero, ¿FÍSICA?  Sabemos que no es el caso y eso es lo que vamos a revisar.

Desde hace varias décadas se estableció en medicina que la adicción es una enfermedad física.  Lo menciono porque llama la atención que, a pesar de que han pasado tantos años, aún se mantiene la ignorancia.  Hoy en día se sigue considerando a la adicción como un vicio, como un problema “psicológico”. Se dice que es cuestión de fuerza de voluntad, que ellos solos se lo provocan y por estas mismas  razones se cree que no es una enfermedad.  Las personas siguen atoradas, como habíamos visto, en creencias de hace cientos de años. ¿No cree usted que ya es tiempo de entender los conceptos tal y como son?

La pérdida del Sentido Común, los Hechos y la Medicina

El abuso del alcohol y el consumo de drogas son una enfermedad física del cerebro, que presenta alteraciones en los procesos de sentir, de pensar y de actuar.

Aplicando el Sentido Común

Sentido Común - Un “sentido”, un entendimiento natural, sin el apoyo de un conocimiento especializado.

Llama la atención que cuando examino en una familia el sentido común, el manejo de los hechos y los conocimientos básicos de medicina, ahí están.  Pero cuando se topan con las adicciones, misteriosamente se pierden.

Voy a darles unos ejemplos sobre esto.  Vamos a aplicar el sentido común a tres ejemplos que son comunes cuando se habla de adicciones.   

A.- Tanto las familias que tienen un miembro con la enfermedad de la adicción, así como los adolescentes que van a la escuela, han escuchado a varias personas hablar de adicciones.  Gracias a esta experiencia se han dado cuenta de que hay discrepancias, porque existe una variedad de teorías sobre el desarrollo de la adicción y qué se debe hacer.  Las teorías son interesantes pero no dejan de ser teorías y lo que se está buscando son hechos.  Por esta razón llegan a cansarse de escuchar pláticas sobre las adicciones.  Esto provoca, a su vez, que cada persona adquiera su propia opinión acerca de lo que son las adicciones o de lo que es un adicto.  Entonces, tenemos un escenario donde cada quien habla de diferentes teorías y opiniones acerca de la misma enfermedad.  Aplicando el sentido común observamos que hay diferentes teorías y opiniones sobre una enfermedad, a la única conclusión a la que se puede llegar es... ¡Que no saben!     Esto sucede porque mantienen a la adicción fuera del campo de la medicina.  Pregúntese usted: ¿sucede esto con otras enfermedades?  Por ejemplo, los diabéticos... ¿existirán muchas teorías u opiniones acerca de por qué se vuelven diabéticos?  ¿Será porque las personas que no son médicos dedican parte de su tiempo a estudiar y discutir teorías de las enfermedades?  La adicción, por ser una enfermedad física, tiene solamente un acercamiento dentro de la medicina y se sigue trabajando para aprender nuevos aspectos.

B.- Como hay tantas creencias y teorías, es lógico que entonces ofrezcan diversos tratamientos.  Es impresionante la cantidad de tratamientos que hay para las adicciones y lo peor del caso es que la gente los paga. Por ejemplo, la equino terapia. Hay clínicas que anuncian la terapia con caballos. De seguro han de tener a “Mr. Ed, el caballo con voz”, dándoles terapia para que sanen. Hipnosis, acupuntura, diferentes tipos de chochos, Flores de Bach… (Si el Dr. Chancellor, que trajo esta enseñanza a México, se enterase de lo que hicieron con sus flores, se moriría de vergüenza).  Con sólo 10 inyecciones aseguran que curan la enfermedad… Si la adicción es una enfermedad crónica, como la diabetes, ¿cómo será esto posible?   Ya los oigo gritar en la plaza: “Jóvenes y Jovencitas, pasen y vean como el “gran mentecato” con su cura secreta y milagrosa, con sólo diez inyecciones les quita la diabetes, con diez inyecciones les quita el cáncer, con diez inyecciones no vuelven a tener un infarto…”   Masajes, purgas, ir con el brujo a que les pase el huevo… salen con cada burrada de tratamiento… Y no sólo eso, tenemos el problema también de los terapeutas “diesel” (dice él que es terapeuta) que afirman que con unas cuantas consultas o “X” tratamiento raro resuelven la adicción. Inclusive tengo conocimiento que hay una clínica en Europa que promete que con sexo quitan la adicción. Es increíble, pero sí existe todo eso.   Lo peor de todo esto es que  ¡lo pagan!   Ahora, si la familia ve que son numerosos los tratamientos, muy diferentes entre sí y que varios suenan a vaciladas, ¿qué es lo único que se puede asumir con un poquito de sentido común?... ¡Que no saben!   En estos casos son dos los problemas, la familia y el adicto, que —como niegan que se trate de una enfermedad física— buscan otras opciones. Esto se convierte en un campo fértil para charlatanes que los engañan y les sacan el dinero.

C.- Es común oír que la culpa de tener un hijo adicto o alcohólico la tiene el papá, la mamá o ambos. ¿Cuántas versiones han oído sobre que la culpa la tiene la familia?   Vamos a revisar algo de lo que se dice: “que es adicto porque no le ponían límites, o es adicto porque eran muy estrictos”;  “que es alcohólico porque no le daban nada, o es alcohólico porque le daban todo”; “que es adicto porque lo sobreprotegían o es adicto porque nunca le hicieron caso”;    “que es adicto porque viene de una familia desintegrada, o es adicto porque viene de una familia amalgamada.”  En fin, claramente se aprecia que son varias las versiones y que son contradictorias, ¿qué es lo único que podemos asumir aplicando el sentido común?...  ¡Que nadie sabe!   

En conclusión, de ahora en adelante usted puede decir con toda la confianza, que realmente no saben de adicciones y que resulta totalmente ilógico que sin ser profesionales en adicciones estén discutiendo teorías, creencias y dando opiniones acerca de una enfermedad física. En muchas —y créanme, muchas— ocasiones, me empiezan a platicar de lo que creen y con una cara seria que demuestra interés les digo “¡qué interesante!, oye y ¿cuáles son tus teorías acerca de la diabetes?... ¿No tienes?, ¿tendrás comentarios propios sobre los infartos?, ¿no?, ¿qué tal sobre la tuberculosis?  Tampoco, ¿no se te hace raro que de una enfermedad fisca como la adicción sí comentes tus creencias y sobre otras enfermedades no tengas?    Mi contestación no deja de ser una confrontación y causa molestia, pero he comprobado que no se les olvida y se cuidan en un futuro de seguir propagando creencias falsas. De alguna manera son granitos de arena que con el tiempo se van acumulando.  Sin embargo, esto debe alertar sobre la existencia de un motor que promueve este tipo de ideas. Utilizando su sentido común ¿podrá usted ya identificar quiénes son los que funcionan como motor de estas ideas chuecas?

Vamos a seguir revisando cómo se pierde el sentido común.

En el aeropuerto.  Vamos a decir que la familia está en el aeropuerto esperando su hora de salida. Mientras tanto, deciden ir a tomar un café a uno de los restaurantes para matar el tiempo. Se sientan, piden un café, un refresco y uno que otro postre.  Como es de costumbre, se ponen a observar a las personas que están alrededor y notan que en una esquina  hay tres pilotos platicando y no pueden evitar darse cuenta que están tomando alcohol. En el transcurso de una hora y media, los pilotos se toman tres whiskies cada uno. No cuatro, no cinco, solamente tres whiskies cada uno.  La familia no le hace gran caso y cuando les llega la hora del vuelo y van caminando por el túnel para abordar el avión, oyen las pisadas de alguien que viene a paso veloz, voltean y reconocen que el piloto para su vuelo es uno de los tres que estaban tomándose los tres whiskies.  Dentro de su sorpresa ¿qué hacen ustedes? ¿Cómo reaccionarían? ¿Se subirían al avión?  ¿Acaso van a decir: “¡Ah, qué padre, mi piloto va a ir bien relajado!”?   Una vez que pase la sorpresa, se les van a prender las alarmas, se van a sentir preocupados y algo van a hacer porque dentro de ustedes saben que no está bien.   Por su sentido común saben perfectamente que, al no estar en sus cinco sentidos, el piloto no va a tomar buenas decisiones, no va a tener reacciones rápidas, no va a pensar adecuadamente. Saben que no está al 100% y que se necesita un piloto que esté al 100%.  Sin embargo, algunas personas me pueden decir: “Bueno, tres copas no es tanto, puede poner el piloto automático o también está el copiloto o, de plano, no creo que me anime a decir algo". Así que a esas personas que dudan, les pongo otro ejemplo.

En el hospital.  Vamos a decir que están en el hospital, porque les dio una apendicitis. Mientras esperan al médico llega el tío, el borrachito simpático de la familia y para no variar llega con su botella de whisky. Al rato llega el doctor e inmediatamente el tío simpático le dice a su doctor: “Doc, antes de que operes a mi sobrino o sobrina, échate unas copas”. Ante la sorpresa de ustedes, ven que el médico accede y enfrente de ustedes se toma tres whiskies. No uno, ni dos, ni cinco, sólo tres whiskies. ¿Se dejan operar? ¿Verdad que no? Saben, al igual que con el piloto, que no está en sus cinco sentidos, que no está al 100% de sus facultades, que no va a poder reaccionar adecuadamente en la cirugía si hay algún problema. Y aquí no hay piloto automático.  Su sentido común está funcionando de acuerdo con los hechos.

La familia tiene ahora muy claro que con 3 COPAS empiezan los efectos tóxicos en el cerebro y una persona no está bien o no está funcionando en “sus cinco sentidos”.

Entonces, ¿me podrían decir qué diablos hacen subiéndose a un automóvil de una o más toneladas, donde el que va manejando se tomó tres o más copas?... ¿Acaso no es lo mismo? 

Es exactamente lo mismo, y para confirmarlo están los hechos.  Accidentes, muertes, lisiados, atropellamientos, colisiones, heridos, pérdidas económicas, etc.   A diario y en todo el mundo. ¿Les hacen caso a los hechos?   No sé a usted, pero a mí me causa mucha frustración leer o enterarme que una persona que iba con unas copas, se estrella contra otro auto matando a una madre y a su hija pequeña. O un adolescente saliendo de una fiesta donde tomó más de tres copas, se estrella contra un árbol y la joven acompañante sale por el parabrisas y muere instantáneamente. ¿Se podrá usted imaginar lo que sienten los familiares que les sobreviven?  ¿Tan frías se han vuelto las personas ante este tipo de noticias que por ser tan comunes ya no les hacen caso y no sienten nada al respecto?  ¿Creen que nunca le va a suceder a su familia? Lo mismo pensaban las personas que ya tuvieron accidentes.

Como no es raro y sí es común, si la familia hace un poquito de memoria se dará cuenta que ya tiene conocimiento de algún conocido, ya sea cercano o lejano que, tomado, saliendo de una fiesta se estrelló, le pegó a alguien, o alguien se mató, o él se mató.  Pero irónicamente y en forma cínica “siempre es culpa de alguna otra persona”.    Este tipo de muertes es prevenible y esa es la razón de mi frustración.  Lo peor del caso es que la regla de prevención es muy simple, “El que maneja no debe tomar alcohol o drogarse”.  ¡Qué terrible que a pesar de los conocimientos, hechos y, varias veces, de la propia experiencia, aún sigan sin tomar acción!     

Aplicando los hechos

Un hecho es una verdad evidente y realista que se puede comprobar y confirmar una y otra vez.    Las opiniones y creencias son declaraciones que se creen pero que no se pueden confirmar de una forma sensible, sensata y realista.

Si yo le pregunto a algún familiar para qué sirve el alcohol y las drogas, la primera respuesta sería “para divertirse” y la segunda “para relajarse” y si les pregunto para qué les sirven a los adictos las sustancias, cambia la respuesta.  La primera usualmente es que “lo hacen para evadirse de la realidad” y la segunda es “por débiles o tontos” aunque, claro está, lo dicen con otras palabras.  Notarán que sí se hace una diferencia entre quien tiene la enfermedad y quien no la tiene, pero la realidad es que ambos utilizan las sustancias por la misma razón: para anestesiar las emociones.  Sé que ante esto inmediatamente brincan y no lo creen, pero permítanme demostrar que sí saben utilizar el alcohol y las drogas como anestésico. Nuevamente no utilizan los hechos y el sentido común.

Si una persona tiene miedo de subirse al avión, ¿qué le recomiendan?... ¿Será tomarse unas copas o unas pastillas?  Es frecuente oír este remedio.  Saben perfectamente que estas sustancias van a funcionar para calmar el miedo o la ansiedad. El efecto de la sustancia es anestesiar el miedo, la angustia o el nerviosismo.  Al anestesiar parcialmente la emoción, ya se pueden subir al avión.

En medicina, tanto el alcohol como las drogas se utilizan por su propiedad anestésica, principalmente para anestesiar el dolor, el miedo y la ansiedad.  El anestésico más antiguo utilizado en cirugías para cortar una pierna o un brazo era el alcohol.  “Que beba alcohol hasta que no sienta”, que más bien era “hasta que pierda la conciencia”.  De la misma manera, los médicos de antaño utilizaban la cocaína, la marihuana y la heroína como anestésicos.  La cocaína es un excelente anestésico local, sobre todo para cirugía de ojos, la marihuana con alcohol se utilizaba para las famosas “friegas” de las bisabuelas que tenían problemas de artritis, y no hay más potente anestésico para el dolor que la heroína.   Aún se utilizan pero de forma diferente; por ejemplo, la heroína se hace en los laboratorios, se puede decir que es heroína “sintética” pero sigue siendo la misma fórmula, es un opiáceo pero con nombre comercial.  Estos opiáceos sintéticos se utilizan ampliamente en cirugías o enfermedades que causan mucho dolor.  La marihuana la utilizan en Estados Unidos por su acción anestésica para los efectos secundarios causados por la quimioterapia.  Aquí es muy importante hacer la aclaración que una cosa es utilizar las sustancias con fines médicos y otra es utilizar el alcohol y las drogas porque se tiene la enfermedad de la adicción.  Claro está que muchos adictos utilizan esta excusa para consumir la sustancia.

Pero regresemos a que las familias sí saben para qué sirven las sustancias.  ¿Qué tal el consumo de alcohol en las fiestas? ¿No es acaso lo primero que se preocupan por tener?  ¿Alguna vez se han detenido a pensar por qué son tan importantes las bebidas alcohólicas en las reuniones sociales?  La razón es que invariablemente todo tipo de reunión social causa tensión, ansiedad o estrés. Eso implica buscar la ayuda de un anestésico legal... el alcohol.  Vamos a ver los hechos.  Si hace un poco de memoria, repase qué es lo que siente usted desde que se está preparando para ir a una fiesta.  Notará que es ansiedad, nerviosismo o tensión.  Es frecuente que surja esta ansiedad en forma de pequeñas discusiones, urgencias o molestias con el resto de la familia, “apúrate, vamos a llegar tarde”,  “¿cómo vas a ir así?”,  “siempre salimos tarde”,  “¿cómo que haces berrinche y ya no quieres ir?”, “ya estoy sudando y ya manché la camisa.”  Vamos a verlo de otra forma; digamos que ya llegaron a la fiesta y al entrar por la puerta los jalan inmediatamente a bailar a pesar de sus protestas, y cuando empiezan a bailar se dan cuenta que están como acartonados; en otras palabras, están tensos. Inclusive para iniciar pláticas o para ambientarse lo más seguro es que primero escuchen y después empiecen a platicar porque están tensos.  Pero, ¿qué tal si se toman tres copas? Así anestesian la tensión y de forma sorprendente ya están sueltos para bailar y se dan cuenta que platican con más fluidez.  Lo que no se han dado cuenta o no se han fijado, es que muy probablemente en alguna otra ocasión, por “X” razón no podían tomar alcohol y una vez que pasaron un par de horas, la tensión desaparece y pueden también en forma sorprendente platicar y bailar sin la necesidad del alcohol. Dando tiempo a que bajara la tensión no fue necesario el efecto del alcohol.  Estos son sólo dos ejemplos, pero si usted se pone a revisar va a encontrar varios.

Entonces resulta que SÍ SABEN cómo utilizar las sustancias y las utilizan para anestesiar las emociones.

El problema es que el alcohol y las drogas tienen también otra acción aparte de la anestesia y es que afectan las funciones del cerebro.  El alcohol y las drogas son tóxicos para el cerebro, afectan e interfieren con el buen funcionamiento de las diversas funciones cerebrales.     Vamos a revisar los hechos.  Por lo menos debe tener una experiencia de haber tomado varias copas de alcohol.  ¿Qué es lo que sintió?  Al principio se sintió relajado, inclusive como que le dio sueño. Al seguir tomando, empezó a platicar de más, si se levantó para ir al baño sintió como que no estaba al 100% en la coordinación, empezó a decir tonterías o hizo una tontería.  Todo esto que le sucedió fue por la toxicidad que afectó sus funciones cerebrales. De seguro, usted ha visto tomar a muchas personas. ¿Qué les empieza a suceder?  Y no importa de quién se trate.  Cuando llevan una buena cantidad de alcohol  ¿no empiezan a ponerse como tontitos, diciendo lo mismo una y otra vez, diciendo incoherencias, buscando pleitos o empiezan a babear diciendo que quieren y aman a todos?  ¿No empiezan con problemas severos de coordinación, no empiezan a perder la conciencia, no llegan hasta a perder el control de esfínteres? Todo esto que usted ve o ha experimentado son funciones del cerebro que se empiezan a afectar por la toxicidad del alcohol y/o drogas, funciones que coordinan movimientos, funciones del pensamiento, de acción, de manejo emocional.

Repito, estos son hechos que ustedes pueden corroborar una y otra vez. Así que la próxima vez, al ver una persona con copas no piensen “se le subieron las copas” sino en el nivel de toxicidad que tiene en el cerebro.

¿Cuáles son las “creencias” que existen para validar el abuso del alcohol y/o el uso drogas?

Existe una gran cantidad de creencias acerca del alcohol y las drogas; es curioso que estas creencias sean uniformes y se escuchen en todos lados.  Revisemos algunas de las más comunes y se dará cuenta que con un comentario o una simple pregunta, enseguida surge lo ilógico.

Sirve para divertirse.  En ningún escrito sobre las características del alcohol se dice que una de las propiedades sea “provocar diversión”.   El gran problema que tenemos es que los adolescentes son los que más creen “que sirve para divertirse” y la adolescencia es uno de los periodos en los que hay más ansiedad y tensión.  Esto hace que los adolescentes sean un blanco perfecto para el uso de alcohol o drogas, por su efecto anestésico.

Para desinhibirse. ¿Desinhibirse de qué? Cada vez que hago esa pregunta a los pacientes de la clínica se quedan pensando y usualmente dicen “es que soy tímido y necesito desinhibirme”. El alcohol y las drogas no desinhiben. No hacen que salga su “verdadero ser” que se encuentra atrapado o limitado.  Lo único que sale es una persona que está afectada en sus funciones cerebrales por la toxicidad.  Saldrá entonces el payaso para divertir a los demás, o el que se cree inteligente y dice la misma burrada tratando de convencer a los demás toda la noche, o el lambiscón, o el borrego, o la “facilita” que accede rápidamente a tener sexo; en fin, son variados pero ninguno agradable, a menos que sea el payaso o bufón que divierte a los demás. Vamos a analizarlo desde otro punto de vista. Si la persona realmente es tímida quiere decir que la interacción social le causa mucha tensión. Si a esta persona le damos alcohol, lo más seguro es que intente platicar con todo el mundo pero, al no contar con las herramientas de socialización, solamente va a meter la pata por todos lados.  El hecho es que EL ALCOHOL Y LAS DROGAS NO SON MÁGICOS.

Para tener mejor sexo. Ah, sí. Habría que preguntarles a las mujeres si es agradable tener relaciones con alguien intoxicado, o a los hombres si cuando están intoxicados son buenos para el sexo. Tal y como dijo Shakespeare hace muchos años “trae el deseo pero se lleva la actuación”.

Para liberarse.  ¿Para liberarse de qué?  ¿No deberíamos entonces darles más ron a los ciudadanos que se sienten oprimidos por su gobierno para que se liberen?

Para ser más creativos. Sobre todo los marihuanos salen con esta burrada que mucha gente “cree”. La marihuana está catalogada dentro del grupo de las sustancias alucinógenas.  Es a la alucinación a la que llaman creatividad.  Dicen que con la marihuana oyen mejor la música, “de seguro desarrollan oídos de perro y oyen escalas que no oímos” y los colores son diferentes “han de desarrollar vista de águila y ven cosas que no vemos”.  Repito, las drogas o el alcohol no son mágicos y no dan creatividad, es al revés. Esto lo podemos corroborar con hechos; cuando un artista talentoso empieza a abusar de la marihuana o cualquier sustancia, su talento decae y empieza a tener problemas en todas las áreas.  Ahora, alguien que carece de talento o creatividad, por más marihuana que le demos, no va a lograr crear ninguna obra de arte; a lo mejor puede ser que su mamá sea la única persona que vea su trabajo como obra de arte.

Para tener más energía. ¿Hay alguien que haga un buen trabajo o desarrolle bien sus estudios consumiendo cocaína o algún otro tipo de droga estimulante? ¿O que haga más cosas?  Si es así, podemos darles cocaína a los obreros y a los estudiantes para mejorar su rendimiento.

Para ser más sociables. Ah, sí, vieran qué simpáticos y sociables son los intoxicados, después de tres o más copas. Aún más simpáticos son para la persona que está al lado y no ha tomado.   Utilizando el sentido común, una persona bebida realmente no es más sociable; cuanto más bebida está resulta más molesta con sus comentarios y conductas, afectando el ambiente social.  Lo que sí sucede es que cuando avanza la enfermedad, se empiezan a aislar.

La creencia “Mafiosi”

No me refiero a la mafia del narcotráfico, me refiero a las conductas tipo mafia que adquieren las personas que empiezan a abusar del alcohol y/o a usar drogas: Conductas como esconder su consumo de otras personas, para que no se den cuenta de la cantidad o frecuencia con la que usan. Conductas como pedir a otros que no mencionen que usaron drogas o se intoxicaron con alcohol. Exigir que no mencionen lo que hicieron mientras estaban intoxicados.  Reaccionar en forma agresiva si se les llama alcohólico o drogadicto. ¿No se les hace ilógico?  ¿Por qué esconden de otras personas la utilización de drogas y alcohol si —según sus explicaciones— son maravillosas?

El problema de este tipo de conductas es que la persona que accede a guardar este tipo de “secretos” se convierte en cómplice y, si lo dice, la ven como traidora o soplona.

Lo que sucede es que rompe con el código del piensa chueco del adicto, que es esconder, tapar, negar y minimizar el consumo.  La persona que acepta este tipo de situaciones se convierte en cómplice de una enfermedad grave.  Con cinismo podemos decir ¡qué buenos amigos son los que no dicen nada!   Al cabo, no pasa de que mate o se mate en un accidente automovilístico, o que atropelle a alguien, o que se pelee con algún conocido querido o, de perdida, haga pedazos a la familia, pero no importa, hay que quedarse callados. Hay que evitar ser cómplice de una enfermedad, no estamos hablando de una travesura.

Con lo poco que hemos revisado hasta ahora, se dará cuenta que con la recuperación del sentido común y el manejo de los hechos cambia la percepción sobre el abuso del alcohol o el uso de drogas. Al percibirlo como lo que realmente es, una toxicidad del cerebro, ya no resulta algo para celebrar. Cuando uno sabe que hacerlo en forma repetitiva provoca alteraciones en la forma de sentir, pensar y actuar, ese atractivo para tomar o usar drogas va perdiendo su encanto

El borrachito que tenemos enfrente   

Neurotóxico - sustancia natural o sintética que es dañina para el sistema nervioso central, alterando la actividad normal del cerebro. El alcohol y las drogas son neurotóxicos.  Toxicidad es el grado de daño que sufre un organismo, como cuando alguien se intoxica con alimentos.

Las intoxicaciones presentan varios grados pero vamos a simplificarlo: leve, moderada, severa y, en ocasiones, mortal. La toxicidad está presente desde que se empiezan a afectar las funciones del cerebro.  Ya lo vimos antes, que con sólo tres copas una persona no está en “sus cinco sentidos” y al seguir tomando o utilizando se va elevando el nivel de toxicidad en el cerebro, llegando al punto de perder la conciencia.

Existe la idea de que con la toxicidad lo primero que se lesiona son las neuronas, pero lo primero que se lesiona son las conexiones entre las neuronas, afectando los “circuitos” que son necesarios para una función.  Cuando se lesionan las neuronas ya estamos hablando de cuadros muy avanzados.   La gente no lo capta, pero cuando tienen enfrente una persona borracha, o una persona que fumó marihuana, consumió cocaína, consumió una “tacha”, etc., es una persona que tiene afectadas sus funciones de pensar, sentir y actuar.  En ese momento en que se sienten Einstein, que encuentran soluciones que nadie ve, que se sienten guapos o modelos, que se creen capaces de conquistar a cualquier mujer o a cualquier hombre, son personas que están mal de su cerebro.

¿Quién tolera a una persona afectada del cerebro (borrachito o drogado)?  Pues solamente otras personas que también están afectadas del cerebro; una persona en sus cinco sentidos no los tolera por mucho tiempo porque son desagradables.  Mientras hay niveles de toxicidad en el cerebro, la persona piensa en forma chueca, no piensa en forma sana.  Entendiendo este aspecto, entonces será cierto el dicho “el borracho y el niño dicen la verdad”.  La gente cree mucho en este dicho, ¿será cierto? ¿La verdad que dice un niño será para dañar a las personas? ¿Acaso un niño no funciona parcialmente en un mundo de fantasías?  Con lo que se ha leído hasta el momento, ya se puede más o menos concluir qué es lo que sucede. El “borrachito”, lo que jamás diría en sus “cinco sentidos” lo suelta, afectando o hiriendo emocionalmente a otras personas.   La gente está consciente de este hecho, tanto es así que cuando sucede se le dice a la persona afectada “no le hagas caso, está borracho, no sabe lo que dice”.  Muchas veces nos aprovechamos del borrachito que empieza a decir tonterías y lo celebramos “porque está diciendo la verdad”, cuando lo único que está causando es dolor a una persona.  Desafortunadamente existe mucha tolerancia para este tipo de conducta.   Continuando con el despertar del entendimiento, veamos otras funciones del cerebro.

“Las famosas lagunas mentales”.   Es la función de la memoria inmediata que se ve afectada por el alto nivel de toxicidad en el cerebro.

“Quedó inconsciente”: la función de estar despierto se ve afectada por el nivel de toxicidad causando pérdida de la conciencia. Fíjese bien, si una persona está en estupor o inconsciente y no sabemos que ha tomado alcohol o drogas, la reacción sería de alarma, es una preocupación intensa porque sabemos que ese estado es peligroso.  Sin embargo, cuando se sabe que el mismo estado es por alcohol o drogas, no se reacciona. ¿No es incongruente? Solamente la gente reacciona cuando hay que llevar el borrachito a su casa y se preocupan por cómo van a reaccionar los familiares cuando lo vean en “estado de alfombra”.  Cuántas veces van y los botan en la puerta de su casa.

“Murió por sobredosis”: Me llama la atención que en estas instancias no hay un entendimiento y se reacciona con sorpresa. En una sobredosis es tanta la toxicidad que se afectan las funciones más básicas del cerebro, la respiración o las del corazón.  Mueren porque dejaron de respirar o el corazón dejó de latir.  De seguro ya escuchó este tipo de noticias porque sucede con regularidad.  Pero este tipo de muertes también sucede en los famosos concursos que se hacen buscando dar un premio a quién puede tomar más alcohol.    En Estados Unidos ya se califica como homicidio imprudencial cuando hay una muerte en este tipo de concursos estúpidos.  Nuevamente los hechos hablan.

“Creencias” sobre el alcoholismo y la drogadicción

Creencia - una idea, opinión o suposición que se sostiene con firmeza porque se cree verdadera.

El conocimiento que las personas comparten acerca de las adicciones está compuesto, en la mayoría de los casos, por creencias erróneas. Estas creencias que están esparcidas por todo el mundo son las mismas, por lo que uno se pregunta: ¿por qué las personas, sin importar de qué país sean, tienen las mismas creencias falsas? Mucho tiene que ver con que, al ser una enfermedad, la sintomatología es igual en todas partes del mundo. Con relación a las enfermedades, tenemos un enorme historial de creencias falsas que con hechos se han corregido.  Aún en el presente vemos cómo se fabrican y se creen este tipo de ideas erróneas.  El problema de las creencias erróneas es que las acciones tomadas son acordes a la información, dando muy malos resultados. Es importante entonces corregir estas ideas respecto de la adicción para que se puedan tomar acciones que tengan buenos resultados.  En cualquier enfermedad física, si usted pregunta dónde obtuvieron la información, de seguro le responderán que lo leyeron, lo oyeron, lo vieron en una entrevista, oyeron la plática de un médico, o porque un familiar lo padece y se los dijo directamente un médico.  Al referirse a las enfermedades siempre —de una u otra forma— va a aparecer la mención del médico.  No creo que les digan: “porque la comadrita se enteró del chisme y me platicó”.   En cambio, en las adicciones, es sumamente raro que se mencione al médico y lo peor del caso es que es muy probable que lo oyeran de la comadrita o que lo leyeran en una revista de chismes.    Cuando indago en las familias los conocimientos que tienen acerca de la enfermedad, rápidamente verbalizan varias “creencias” y cuando les pregunto de dónde obtuvieron esta información la respuesta más frecuente es: “es lo que todo el mundo dice”.  En mi experiencia, nunca han mencionado al médico o la medicina, a menos que ya hayan pasado por otras clínicas de adicción,  hasta ese punto llega la falta de comprensión de lo que es realmente una adicción. Revisaremos brevemente las ideas que comúnmente se “creen” acerca de las adicciones.  A estas “creencias” les vamos a aplicar nuestro sentido común, los hechos y las vamos a mantener dentro del área de la medicina. Habiendo llevado a cabo este proceso, veremos qué les sucede a las “creencias”.

Creencia: “El problema de la adicción sólo es el uso de la sustancia” Tanto creen que así es, que las personas piensan que dejando o controlando la sustancia se resuelve el problema.

-Medicina - El abuso del alcohol o el uso de drogas es solamente un síntoma de tantos que componen la enfermedad.  Una enfermedad no está compuesta de un solo síntoma, sino de varios signos y síntomas.    Cuando en una enfermedad todo el esfuerzo se dirige hacia un solo síntoma, los resultados son malos.    En la adicción, pueden dejar de tomar o drogarse pero, si no se tratan, continúan con el resto del cuadro clínico.  Esto se conoce como el “síndrome de la borrachera seca”.

-Sentido Común - Vamos a aplicar esta forma de pensar a otras enfermedades.  Voy a escoger la diabetes, que es una enfermedad frecuente y crónica.  Si nos enfocamos en un solo síntoma que creemos es el culpable de la enfermedad, en este caso sería el azúcar, ¿resolveríamos el problema?  Si así fuera, entonces el programa de prevención utilizaría los eslóganes de: “Di no al azúcar” o “Vive sin azúcar”. De paso, ¿qué tal si lo moralizamos?: “desgraciados, mal azucarados, qué se creen desmayándose en todos lados."  ¿Creen que funcionará? O digamos que llega un tuberculoso y sólo le vamos a dar un “súper jarabe” para la tos. ¿Creen que sanará?

-Hechos - Un adicto puede dejar de utilizar por largos periodos, pero mantiene el “piensa chueco” y a través del tiempo la enfermedad sigue evolucionando y estos periodos de abstinencia se van reduciendo. Desde el momento en que le pedimos a una persona que deje de tomar es porque tiene problemas con el consumo.

Creencia: “Lo que se debe hacer es enseñarles a beber”.

-Medicina - en medicina no existe ningún tratamiento o enfoque terapéutico para enseñarles a beber o a consumir a los alcohólicos o drogadictos.

-Sentido Común - ¿Creen que funcione con un diabético que le enseñemos a comer azúcar?

¿En algún lado ustedes han encontrado un escrito sobre “enseñar a beber al adulto”?  Hasta donde yo sé, cuando son bebés es cuando se les enseña a beber.

-Hechos - El problema no es beber, es cómo la persona actúa cuando utiliza una sustancia y empieza a afectar su entorno.

Creencia: “Enseñarles a aguantar” - Se cree que existe una enseñanza para tomar mayores cantidades de alcohol o de drogas.

-Medicina -  a.- Existen algunas mañas que retardan la absorción de las sustancias y por consecuencia se retrasa la percepción de los efectos del alcohol; esto lleva a consumir mayor cantidad de la sustancia, aumentando los niveles de toxicidad. b.- Existe el aumento de tolerancia, esto se debe a que el cuerpo aumenta los procesos de desintoxicación del hígado, pero con el tiempo éstos se rebasan, aparte de que se continúa el daño. Los procesos metabólicos del cuerpo no son controlables.  c.- También sucede que con la repetición se enseña al cuerpo a moverse sin tanta torpeza causada por los efectos de las sustancias, pero detrás de la fachada siguen sin modificación los niveles de toxicidad y su daño.

-Sentido Común -  ¿Vamos a enseñar a los diabéticos a aguantar el azúcar?  Usted debe tener la experiencia, después de haber abusado del alcohol, de sentirse mal al día siguiente, la famosa "cruda”. Ese malestar es causado por la toxicidad de las sustancias en el cuerpo. Claro está que, volviendo a consumir, se anestesia nuevamente el malestar.

-Hechos -  Las personas que aprenden a “aguantar más”, no impiden el daño al cerebro a lo largo del tiempo.

Creencia: “Beben porque tienen problemas psicológicos” - No se cree que la adicción sea una enfermedad física, se cree que es un “problema psicológico”, que consumen porque algo grave les sucedió durante su desarrollo.

-Medicina - Psicológico es lo relacionado con el estado mental y emocional de la persona.  Son procesos de la mente, los cuales son reacciones químico-eléctrico-hormonales del cerebro, muy complejas, esto es físico 100%.

-Sentido Común - Si una persona bebe y/o usa drogas, buscando anestesiarse por un malestar emocional, ¿no estará enferma?

-Hechos - No se entiende lo que es “psicológico”. Psicológico, mental, pensar, etc., son procesos físicos del cerebro.

Creencia: “No es una enfermedad física” - ¿De dónde habrá salido la idea de que no es una enfermedad? ¿No se ha fijado que son los adictos los que dicen esto dentro de su piensa chueco?

-Medicina -  La negación es un mecanismo de defensa que todo el mundo tiene. Pero cuando se vuelve constante pasa a ser un síntoma. Como la tos, todo el mundo tose de vez en cuando, pero cuando es continuo se convierte en síntoma de una enfermedad. La negación es un síntoma cardinal en las adicciones.    

-Sentido común - Negar un hecho implica que no es cierto y que, por lo tanto, no hay nada que hacer al respecto. Sin embargo, las personas que ven el hecho no tienen por qué seguir el juego y funcionar también con la negación del adicto. Si se actúa sobre la creencia falsa de que “no es una enfermedad física", entonces no se acude con el médico, pero sí van con el charlatán, el hierbero, el brujo, el hipnotista, el acupunturista, el curandero, etc.

-Hechos - Desde hace muchos años, después de miles de estudios llevados a cabo por la comunidad médica a nivel mundial, se estableció que el abuso del alcohol y el uso de drogas es una enfermedad.

Creencia: “No hay problema en beber o usar drogas” - Al hecho de tomar alcohol o consumir drogas no se lo ve como un problema severo, se lo ve como parte de una cultura y se tolera.  Se permite que los adolescentes tomen.  Tomar y utilizar drogas sale frecuentemente en las películas y la televisión porque no hay el entendimiento de que es una enfermedad física.

-Medicina - Toda enfermedad que implique riesgo de muerte se considera como enfermedad grave.  La adicción es un padecimiento que puede causar la muerte, o que frecuentemente causa muertes en accidentes y un gran sufrimiento emocional en las familias. No ver mayor problema es minimizar. La minimización es un síntoma de la enfermedad.   

-Sentido Común - ¿Una persona tomada o drogada no aumenta el riesgo de un accidente?, ¿de tener un pleito?, ¿de matar a alguien?, ¿de quebrantar las leyes? ¿complicaciones físicas?

-Hechos - No ven la gravedad del problema. De acuerdo con la gravedad, es la cantidad de esfuerzo.  Cuanto más grave, mayor debería ser la acción.  Como no le ven mayor problema, no hay gran cosa que hacer, dando como resultado todo tipo de problemas severos.

Creencia: “Todo el mundo puede tener su propia explicación de la adicción”.

-Medicina - Una enfermedad no tiene varias explicaciones. Cuando se conoce la enfermedad, se sabe cuáles son los síntomas que forman el cuadro clínico que, a su vez, nos indica cuál es el diagnóstico y tiene una sola explicación.

-Sentido Común - Si es una enfermedad, ¿acaso la explicación no la da el médico?

-Hechos - Aparte del abuso del alcohol o el uso de drogas, se desconocen  el resto de los síntomas básicos de la enfermedad.

Creencia: “Es cuestión de controlar la cantidad” - Tanto es así, que por parte de las familias es una exigencia común... "¿Por qué no te puedes controlar?"

-Medicina - Los efectos tóxicos del alcohol o las drogas no son controlables. De acuerdo con la cantidad consumida son los efectos de la toxicidad.  La persona con adicción, a diferencia de las personas que no tienen la enfermedad, presentan el síntoma de compulsión al consumir.   

-Sentido Común - Una de las tantas definiciones de control es la de tener el poder de influir o dirigir el comportamiento de las personas, el curso de los eventos o la restricción de una actividad.  Teniendo esto en mente,  ¿cómo podría usted controlar una sustancia o la sintomatología de la enfermedad de una persona?   O le podemos hacer la misma pregunta a la persona que consume.

-Hechos - Cuando uno bebe alcohol, se absorbe en tracto digestivo, de ahí pasa al torrente circulatorio sanguíneo y de ahí se va hacia el cerebro, donde las sustancias ejercen sus efectos tóxicos sobre las funciones del mismo.  ¿En qué parte del proceso se puede controlar el alcohol?  Igualmente ¿cómo se puede controlar una persona pasada de copas, con drogas o intoxicada? Y finalmente ¿cómo puede usted controlar una enfermedad?  Las enfermedades solamente se controlan con el tratamiento específico.

Creencia: “Es cuestión de fuerza de voluntad”- piensan que es cuestión de ponerle “blanquillos al asunto” y con eso dejan de beber o usar drogas. Por lo tanto, lo que se infiere es que no tienen fuerza de voluntad y son débiles por falta de “producto de gallina” para dejar la sustancia.

-Medicina - Las enfermedades no se pueden controlar con fuerza de voluntad, solamente se pueden controlar con tratamiento.

-Sentido Común - La fuerza de voluntad es un proceso consciente.  Al ser consciente, este esfuerzo solamente se puede llevar a cabo por poco tiempo. Un tuberculoso conscientemente puede aguantar la tos por un periodo breve, pero no mantenerlo para siempre. Igual sucede con los adictos.   

-Hechos - ¿Cuánto tiempo puede usted aguantar sin ir al baño usando la fuerza de voluntad?  ¿Qué tanto puede usted aguantar la tos de una enfermedad con fuerza de voluntad?   Es obvio que en una enfermedad no se puede y de ahí el mal aplicado dicho sobre los adictos: “Es que les falta fuerza de voluntad”.

Creencia: “Son malos o es malo lo que hacen” -  Esto es producto de la moralización de la enfermedad.  Como en todas las enfermedades, independientemente de lo que padecen, hay gente que es buena y poca gente que realmente es mala.

-Medicina - No se dice que son malos por estar enfermos, se dice que están mal de la salud. A diferencia de las otras enfermedades, en el caso de las adicciones es a la persona a la que se ve como mala y no es la enfermedad la que se ve como mala. Las únicas personas que se sienten insultadas cuando se les dice que son alcohólicos o drogadictos son los mismos adictos y de aquí inicia la moralización.

-Sentido Común - Moralización se define como “comentarios sobre lo que es malo o bueno y la persona que moraliza usualmente lo dice con aires de superioridad teniendo bases que no están fundamentadas”.   Hay una contradicción entre aceptar socialmente que se abuse de las sustancias (alcoholizarse o drogarse) y, por otro lado, decir que los que abusan son gente mala.

-Hechos - Por la moralización existente no se puede ir a pedir trabajo y mencionar que uno es alcohólico o drogadicto, se les ve como malos. ¿Cómo se sentirían si su hija llega con un novio que ustedes saben que es adicto?  A un adicto se lo ve como no confiable, con intenciones malas.

Aquí muchos lectores pueden entender que estoy buscando justificar al adicto y, por lo tanto, disculpar los actos que cometen afectando a otras personas.   Dentro de la enfermedad, durante los periodos de intoxicación, el adicto comete muchas barbaridades y errores. Éstos de ninguna forma se justifican y corregirlos es parte de su tratamiento y proceso de rehabilitación.

Creencia: “Siempre alguien tiene la culpa” - Hablar de adicciones equivale a buscar siempre un culpable.  “Es por culpa de los amigos con los que se juntaba”, “es por culpa del padre que nunca estuvo presente”,  “es por culpa de la esposa que tiene”,  “es porque no tiene dinero.”   

-Medicina - En las enfermedades no se buscan culpables, se busca el origen y el tratamiento de la enfermedad. Es síntoma de la enfermedad de la adicción buscar culpables y usualmente los primeros señalados como culpables suelen ser los padres.

-Sentido Común - Aplique en la diabetes, hipertensión o cáncer lo que se mencionó anteriormente, ¿suena razonable? “Es por culpa de la esposa que se volvió diabético.”

-Hechos - El propósito de culpar a alguien es separarse de la responsabilidad de los actos cometidos. De esta manera, es otro el responsable y por lo tanto son otras personas las que tendrían que actuar para solucionar el problema.

Creencia: “Es un vicio”.

-Medicina - Vicio es un mal hábito o costumbre, que se puede eliminar con métodos correctivos. Las enfermedades no se curan con métodos correctivos como el castigo, por ejemplo.

-Sentido Común - ¿Han oído que un tuberculoso tenga el vicio de toser? ¿Se es vicioso del dolor?

-Hechos - Aparte de que tiene connotaciones moralizantes, llamar a una enfermedad física crónica “vicio” (adicción), tiene como consecuencia no buscar a un médico para su tratamiento.

Creencia: “Se sabe quién es alcohólico o drogadicto por la cantidad y frecuencia de uso” - La gente trata una y otra vez de definir quién es o no es un alcohólico o drogadicto, de acuerdo con la cantidad o frecuencia del uso de la sustancia.

-Medicina - En las adicciones NO IMPORTA LA CANTIDAD NI LA FRECUENCIA del uso de alcohol o de drogas para hacer el diagnóstico.   Es una defensa que utilizan todos los adictos con el propósito de demostrar que no tienen el problema.

-Sentido común - ¿Se han dado cuenta que cada quien tiene su propia cantidad para decir quién es o no es adicto? Por lo tanto, nadie sabe. ¿Cree usted que un médico sería capaz de decir si alguien tiene tuberculosis solamente tomando en cuenta cuántas veces tose al día o si tose solamente los fines de semana?

-Hechos - En ningún libro de medicina dice cómo hacer el diagnóstico del alcoholismo o la drogadicción basándose en cuánto toma o cada cuánto toma. Por el contrario, no se puede hacer ningún diagnóstico basándose en la cantidad y frecuencia del consumo.

Creencia: “alcohólico es el que se queda tirado en la calle y adicto es el chavo banda” - ¿Se han fijado que cuando alguien menciona esta característica lo dice en forma defensiva, buscando negar una condición?

-Medicina - En medicina no se utilizan los estereotipos para hacer un diagnóstico. No se toma en cuenta que alguien esté tirado en las calles como única razón para diagnosticar alcoholismo o drogadicción. La realidad es que a la mayoría de las personas que tienen la enfermedad de la adicción no se les nota, al igual que no se les nota cuando tienen otras enfermedades como la diabetes, por ejemplo.  En toda enfermedad no es cuestión de si se nota o no, se trata de la sospecha de que algo no está bien y hay que consultar con un médico especialista para que haga el diagnóstico. Solamente cuando una enfermedad está muy avanzada es cuando se nota.

-Sentido Común - ¿Quedarse tirado en las calles no es lo mismo que quedarse tirado en el sillón o la cama?  Nuevamente, se está utilizando en forma errónea una sola conducta para decir si alguien tiene o no una enfermedad. ¿Toda persona que queda tirada en la calle es porque está intoxicada?   El borrachito tirado en la calle es un estereotipo.  ¿Me podrían decir cuál es el estereotipo del diabético? ¿Cuál es el estereotipo del que sufre de infartos?

-Hechos - Toda enfermedad tiene un inicio, una evolución y un desenlace. Todo adicto tiene un inicio insidioso de su enfermedad que no se nota y a través de los años ésta evoluciona haciendo que las personas a su alrededor se adapten y no lo noten, pero su forma de sentir pensar y actuar  está causando problemas en todas sus áreas personales.

Creencia: “Son muy inteligentes” - Preguntas: ¿es inteligente no aceptar o no querer el tratamiento de una enfermedad? ¿Es inteligente esconder una enfermedad? ¿Es inteligente hacer pedazos a la familia y al trabajo? ¿Es inteligencia engañar o mentir?

-Medicina - En las adicciones el engaño es un síntoma de la enfermedad, pero esto no es signo de inteligencia.  Tanto los adictos listos como los adictos tontitos engañan de la misma forma.

-Sentido común - No tiene nada que ver la inteligencia o el IQ con que alguien tenga o no una enfermedad.

-Hechos - Tanto retrasados mentales como genios pueden padecer la misma enfermedad.

Creencia: “Es peor ser drogadicto que el alcohólico” - Aquí vuelve a entrar la moralización porque una sustancia es legal y la otra no.

-Medicina - Es la misma enfermedad, tanto del que abusa del alcohol como del que usa drogas, lo único que cambia es la sustancia de preferencia.

-Sentido Común - El alcohol también es una droga. ¿Puede usted notar la diferencia entre un alcohólico que atropella a una niña y un drogadicto que atropella a una niña?

-Hechos -  La rapidez del daño al cerebro provocado por el uso de una sustancia es lo que varía, pero sigue siendo el mismo padecimiento. Hoy en día es más común ver personas que consumen varias sustancias que una sola.  La droga que con más frecuencia combinan con otras es el alcohol.

Creencia: “Para evadirse de la realidad” - Es de conocimiento común que cuando una persona se intoxica con una sustancia, se distorsiona su percepción de la realidad. Pero esto es muy diferente a querer evadirse de la realidad.

-Medicina - Lo que buscan con la intoxicación es anestesiar el malestar causado por las emociones.   

-Sentido Común - ¿Alguna vez han escuchado: “a propósito, les quiero decir que voy a tener una enfermedad física para evadirme de la realidad”?    

-Hechos - Intoxicarse solamente dura unas horas, esto no es suficiente para evadirse de una realidad.

Creencia: “Son débiles” - “Son débiles ante la bebida o las drogas; no pueden ser fuertes”. Si estamos en una sociedad en la que se valora la fortaleza, decir que son débiles ¿no sería más bien una agresión?

-Medicina - Si lo entendieran por lo que realmente es, una enfermedad física, más bien dirían que la enfermedad los ha debilitado al dañar su cerebro.

-Sentido Común - La enfermedad causa mucho resentimiento y es frecuente que se diga que son débiles y que no pueden.

-Hechos - ¿No es éste un comentario que usamos cuando queremos "picar" a una persona para que entre en acción?

Creencia: “Lo hacen para molestar”

-Medicina - Los síntomas de las enfermedades son molestos para las personas que rodean a quienes las padecen, como por ejemplo la tos de un tuberculoso.

-Sentido Común - ¿Un tuberculoso toserá para molestar?

-Hechos - Lo que sí sucede es que el adicto tiene poca tolerancia emocional y cuando tiene un pleito con la familia y se le suben las emociones, busca anestesiarse con las sustancias y los demás lo perciben como “lo hace para molestarme”.

¿Alguna vez se han preguntado de dónde salen todas estas ideas?    ¿Quién se los dijo o platicó?  ¿Dónde lo leyeron?

Todos estos argumentos para lo único que sirven es para distraer la atención o cubrir el punto más importante. El uso, abuso y dependencia a las sustancias crean padecimientos físicos. Si usted está armando el rompecabezas, ya se dio cuenta que todas las creencias que tiene el público en general fueron adoptadas de lo que dicen los adictos.

De acuerdo con la creencia es la acción que se toma

Acción es el proceso de hacer algo, típicamente buscando alcanzar una meta

Por caer en el juego del piensa chueco de los adictos, las creencias que hay son falsas. La familia lo que desea es que ya deje de utilizar y es común que hayan intentado lo siguiente basándose en lo que creen:

Asustar - ¿Cuántas veces han oído que la familia sugiere asustarlos? De seguro han de pensar que es hipo.  Una enfermedad no se maneja con sustos.

Castigar - Lo escucho frecuentemente, lo curioso es que nadie me dice cuál es “el castigo” que funciona ¿regañarlos, pegarles, fuetearlos? Tal vez si les quitaran la TV por un mes, se les iría la enfermedad.

Convertirlos - Está muy arraigado en nuestra cultura que volviéndolos religiosos o yendo a un lugar de religiosos, con eso cederá la enfermedad. Esto sólo es una parte de la severidad de la moralización de esta enfermedad.

Sacarlos de la casa - Muchas veces un familiar piensa en correrlos de la casa. Yo no lo recomiendo, porque los únicos que van a sufrir son los familiares por la angustia y la culpa de lo que se imaginan que les pueda suceder.

Que sufran para que aprendan - Si de eso se tratara, no tendrían un equipo de terapeutas, tendrían un equipo de guaruras para hacerlos sufrir y se acabó el problema.

Convencerlos - Si estamos hablando de una enfermedad que le hace daño al cerebro, ¿de qué los quieren convencer o cómo van a conseguir que entiendan?

Amenazarlos - La amenaza como tal no funciona, sólo ocasiona más pleitos y resentimientos. Cuando se llega a ver algún resultado, sólo es temporal o el adicto busca la forma de esconder mejor su consumo.

Negociar - Un síntoma de los adictos es la manipulación y van a utilizar esta negociación a favor de la enfermedad. Los resultados siempre son malos.

Darles más atención - Porque se sienten culpables, los padres piensan que dándoles atención y más cariño van a enderezar el problema y lo único que logran es que los hermanos y hermanas se quejen de que no se les da atención y el adicto o adicta proteste porque que no lo entienden  y no encuentra como quitárselos de encima.

También, de paso, los desparasitamos, los exorcizamos, los desembrujamos y los fumigamos. No vaya a ser el diablo que algo se nos olvide.

Tristemente, todo esto surge porque la familia piensa que sólo se trata de un mal comportamiento, de un vicio, de cuestión de fuerza de voluntad, de que dejen de usar y como si fueran niños chiquitos los quieren asustar, castigar, hacerlos sentir mal, etc., para que entiendan.

¿De dónde provienen las creencias?

Después de haber recuperado el sentido común, debe haber algunos lectores que ya sospechen de dónde vienen las “creencias” sobre las adicciones.    Las creencias provienen de la misma sintomatología del adicto. Como es una enfermedad, es igual en todo el mundo; por lo tanto, no importa a donde vayan, se darán cuenta de que allá dicen lo mismo pero en otro idioma.    Vamos nuevamente a hacer un repaso del sentido común, hechos y medicina, ahora en forma de preguntas.

¿Quién puede estar interesado en hablar de las grandiosidades de las sustancias?

¿A quién le podrá interesar defender las sustancias?

¿A quién le interesa legalizar la marihuana u otras drogas?

¿Quién promueve beber más en las reuniones?

¿Quién se pone de necio para manejar a pesar de que claramente está mal?

¿Quién se siente insultado si se le dice que tiene un problema con las sustancias?

¿Quién dice que el abuso del alcohol o el uso de drogas no es una enfermedad?

¿Quién dice que puede controlar el alcohol o las drogas?

¿Quién dice que es divertido, facilita el sexo, da creatividad y sirve para ser más sociable?

Rápidamente se puede asumir que las personas que no tienen problemas con el alcohol o las drogas no tienen por qué estar defendiendo o proclamando lo que hacen o no hacen.   Es una verdadera sorpresa darse cuenta de que las ideas que hay sobre las adicciones provienen de las mismas personas que padecen la enfermedad.

¿Recuerdan que al principio mencioné que tienen mucha fuerza?  Gracias a esta fuerza, de repetir una y otra vez lo mismo, las personas a su alrededor empiezan a funcionar con estas ideas.  Sé que algunos lectores pueden estar aún dudando, así que vamos a considerar lo que son las enfermedades del cerebro y el cuadro clínico de las adicciones en las siguientes secciones para corroborar lo que se ha dicho.

El cerebro

“Está malito de la cabeza”

Síntoma es una alteración física que se considera como manifestación de una enfermedad.

Las enfermedades cerebrales son aún un tabú. Es preferible inventar algo a decir que hay un familiar que tiene un padecimiento cerebral y “Dios los guarde” de mencionar que tienen un familiar con una “enfermedad mental”.  La moralización es muy fuerte. Pero utilizando los conocimientos de la medicina simplificada vamos a deshacernos de este problema.

Las enfermedades presentan un cuadro clínico.  Un cuadro clínico está compuesto de signos y síntomas. Un solo síntoma no constituye una enfermedad, pero nos orienta para determinar qué enfermedad puede ser.  Por ejemplo, la fiebre nos lleva a pensar en una infección.  Por experiencia, también hay la capacidad de discriminar y las familias tienen la capacidad de reconocer entre simples molestias y otras diferentes que los alertan para buscar a un médico. Cuando se trata de adicciones, dado que no se consideran dentro del área de la medicina, hay dificultad para identificarlas y por eso vamos a trabajar para regresarlas al sitio que les corresponde.

En una forma simple, las enfermedades del cerebro se manifiestan en alteraciones de tres aéreas:

1.- Alteraciones en la forma de pensar.

2.- Alteraciones en el área de las emociones y

3.- Alteraciones en la conducta.

¿Suena difícil?  Realmente no lo es. Empecemos con el ejemplo de la DEPRESIÓN. La depresión es una de las enfermedades físicas del cerebro que con más frecuencia se presenta en la población.

En una depresión,

1 - ¿Cómo piensan los deprimidos?      

Ven todo gris, no le ven el caso, son pesimistas, tienen la autoestima baja, etc.

2 - ¿Qué sienten los deprimidos?      

Están con las emociones bajas, sienten usualmente tristeza, decaimiento, desesperanza, etc.

3 - ¿Cómo es la conducta de los deprimidos?      

Se alentan, se aíslan, no quieren salir, etc.

Como ya se dio cuenta, más o menos sabía las respuestas.    

Ahora se lo pongo más difícil: un trastorno paranoide. Solamente tiene que utilizar sus conocimientos básicos, hechos y sentido común.

A- ¿Cómo pensará un paranoide?

B - ¿Qué sentirá un paranoide?

C - ¿Cómo actúa un paranoide?

A.- Piensa que le quieren hacer daño, que lo persiguen, que lo vigilan.

B.- Siente ansiedad y miedo.

C.- Se cuida de todo, desconfía, se pone en híper alerta, etc.

De nuevo, seguramente pudo armar el cuadro.  Todas las disfunciones del cerebro provocan alteraciones en estas tres áreas, dando siempre como resultado el choque con el medio ambiente, creando conflictos de todo tipo, en menor o mayor grado.

En las adicciones tenemos el problema de que, a pesar de ser una enfermedad común, se desconocen los síntomas. No me refiero al cuadro de intoxicación sino a la enfermedad en sí misma.   ¿Me puede decir, en las adicciones....

1 - …cuál es la alteración en la forma de pensar de un adicto?

2 - …cuál es la alteración en sus emociones?

3 - …cuál es la alteración en su conducta?     

Y eso que los ven constantemente en reuniones sociales o antros. Hágase usted esta pregunta y reflexione con todo lo que hemos visto: ¿Cuál será la razón de de no poder identificar los síntomas básicos de una enfermedad común?

Iniciemos con una base esencial

Entendiendo la importancia de las conexiones cerebrales

El cerebro es un órgano compuesto de neuronas y de las conexiones entre ellas.    Cuando nacemos, el cerebro ya tiene todas las neuronas, 100 billones de ellas.  Si se compara el cerebro de un recién nacido con el de un adulto, la gran diferencia que vamos a encontrar es que el bebé casi no tiene conexiones entre las neuronas. Como usted sabe, el recién nacido no habla, no tiene conciencia, no reconoce, no camina, no lee, no gatea, no tiene control de esfínteres, no habla, etc., y esto se debe a la falta de conexiones entre las neuronas.  Nacemos solamente con las funciones básicas del cerebro, por ejemplo: funciones de los órganos, como la respiración, latidos del corazón, movimientos del aparato digestivo, en fin, son miles y miles de funciones de los órganos. También nacemos con las funciones básicas motoras, como chupetear, prensar con la mano, etc., que se consideran como reflejos.   Conforme el cerebro del bebé va madurando, se van conectando las neuronas y esto, a su vez, está formando las diferentes funciones cerebrales.  Con las conexiones entre las neuronas empieza a fijar la vista, a decir sus primeras palabras, a sentarse, a gatear, a caminar, empieza a hablar, a correr, a escribir, etc.   Las últimas conexiones en formarse en el cerebro son las que van hacia el lóbulo frontal (la frente) alrededor de los 21 años de edad; por lo tanto, las funciones propias del lóbulo frontal aún están en desarrollo en la adolescencia.  El lóbulo frontal tiene varias funciones superiores importantes para nuestro funcionamiento como adultos.

Utilizando hechos, vamos a ver con unos ejemplos cómo se da el desarrollo de estas funciones en la conducta de los niños y adolescentes.

Función del lóbulo frontal - La Responsabilidad.

Creo que usted estará de acuerdo conmigo en que casarse para formar una familia implica una gran responsabilidad.  Entonces, le hago las siguientes preguntas: ¿Usted casaría a un niño de seis años? ¿A uno de doce? ¿De catorce? ¿De dieciocho?  ¿De 21 años? Como que a los 21 podemos decir que sí y aún con ciertas dudas porque sabemos que les falta experiencia y que requerirán el apoyo familiar.   Sé que varias personas me dirían que la responsabilidad se enseña, pero por más que le enseñemos a ser responsable a un niño de 6 años, ¿cree que pueda llevar adelante un matrimonio?  Las responsabilidades van de acuerdo con el desarrollo del cerebro. ¿Cuáles serían las responsabilidades que le pediríamos a un niño de 6, de 12, de 18?  ¿Consideramos 100% responsables a los adolescentes de 14 a 16 años?

Asumir o no asumir responsabilidades es una función del lóbulo frontal.  Si esta función está afectada, no importa cuántas veces se le explique, enseñe, presione o se haga énfasis sobre la importancia de la responsabilidad, la persona no va a poder cumplir con varias de sus tareas.  Como en el caso de los adictos, vemos que vienen de una familia que les ha inculcado la responsabilidad, las escuelas a las que asistieron promovieron la responsabilidad y como adultos jóvenes mostraban buen manejo de responsabilidad hasta que empezaron a abusar del alcohol. El alcohol es neurotóxico y afecta principalmente al lóbulo frontal y sus funciones; por lo tanto, empiezan a mostrar fallas en varias de sus responsabilidades.  Esta es una alteración neurocognitiva sin ningún control consciente, sin embargo, a este adulto se le dice que “él solo debe poder” y si no puede, se dice “lo que sucede es que a lo mejor no quiere” o “es flojo”. No es que la persona sea floja, ni que no quiera; tiene un padecimiento y lo que requiere es un tratamiento. Con el tratamiento mejorarán sus funciones cerebrales y con el tiempo volverá a ser responsable. En las adicciones hay muchas alteraciones de este tipo que se conjuntan para formar el cuadro clínico.

Función del lóbulo frontal - El control de impulsos

¿Cómo es el control de impulsos de un niño a los dos años?   ¿A los 14 o 16 años? ¿No se dice que los adolescentes entre 14 y 16 años son bien impulsivos? ¿A los dieciocho? ¿Y a los veintiuno? Claramente vemos cómo van alcanzando su potencial y esto va de acuerdo con la formación de conexiones hacia el lóbulo frontal.

Estas son algunas de las funciones principales del lóbulo frontal:

  • -Atención

  • -Juicio

  • -Responsabilidad

  • -Control de impulsos

  • -Organización de la conducta

  • -Identificación de errores propios

  • -Toma de decisiones adecuadas

  • -Anticipación

  • -Aprender de la experiencia

  • -Capacidad de verse a uno mismo

  • -Manejo de alternativas

Sobre estas funciones, usted haga el ejercicio de ver su desarrollo a los 6 años, a los 14 y a los 21 años.  Es un dato importante para entender el daño en el cerebro provocado por el abuso del alcohol o uso de drogas.

El funcionamiento cerebral

El cerebro tiene miles de funciones; cuando el cerebro se enferma, al igual que sucede con otros órganos, se alteran las funciones y éstas, a su vez, se manifiestan con síntomas.

Parte de la labor que tengo como médico es explicar las enfermedades y su sintomatología de una forma clara y simple. En mi caso, no soy ajeno a esta tarea y desde un inicio me he esforzado para que a las personas les quede claro lo que es una adicción.  Con la primera barrera que me topaba era explicar que la adicción es una disfunción en el cerebro, a nivel del sistema límbico y lóbulo frontal, lo que produce alteraciones neurocognitivas. Por eso, cambié este palabrerío por “piensa chueco”, que resume el problema.  La segunda es entender que se trata de una enfermedad física; tercera, que esta alteración es en el cerebro y cuarta, explicar la disfunción cerebral en sí.

A nivel escolar, lo que menos se enseña son las funciones del cerebro y menos aún que el cerebro se puede enfermar y que estas funciones se alteran.  Las personas creen en forma errónea que se pueden combatir estas disfunciones con “fuerza de voluntad” o con el “poder de la mente”. Realmente, el cerebro es el órgano menos entendido y al que más se le dan connotaciones mágicas.

Las personas a través de los años adquieren palabras para identificar o describir síntomas de las enfermedades. Por ejemplo, cuando se va con el gastroenterólogo, ya se tiene conocimiento de varios términos como “cólicos, sensación de vacío, diarrea, acidez, se me regresa la comida, etc." Pero cuando se trata de describir sintomatología de padecimientos del cerebro, la gente se topa con pared. Las pocas y clásicas palabras para describir que algo está mal con el cerebro son: “está loco, es un vicioso, débil mental, histérico, neurótico, es un retrasado mental, está psicótico, lo hace para fregar, es un flojo”, etc.

Si lo analizamos, todas estas palabras se utilizan en forma peyorativa, dando lugar a una mayor moralización y a una menor comprensión de que se trata de una enfermedad cerebral. Decir que alguien es un alcohólico o un drogadicto es un verdadero insulto. Entonces, cuando los familiares llegan al consultorio tienen una verdadera preocupación, acompañada de vergüenza y culpa. No saben cómo expresar lo que han venido observando. Tienen la idea de que su familiar se va a enojar al empezar a narrar o contestar a las preguntas. Realmente tienen miedo de decir las cosas enfrente del paciente.

Las palabras “PIENSA CHUECO” han venido a facilitarnos la labor de explicar qué es lo que sucede en las adicciones. Al emplear estas dos palabras, los familiares y el paciente usualmente asienten con la cabeza y sonríen. Me da mucho gusto que estos términos se hayan empezado a difundir en varios grupos de auto ayuda y estén siendo adoptados por varios profesionales.

Existen varios beneficios al emplear la expresión "piensa chueco":

  • nos ha facilitado que los familiares empiecen a comprender que las adicciones no sólo son un problema por el consumo de alcohol y/ o drogas, sino que el padecimiento en sí consiste en una alteración en el cerebro y que se manifiesta como una forma no adecuada de pensar.

  • también comienza a eliminar la moralización. No provoca vergüenza aplicar estas palabras y ya no se piensa dentro de un contexto de malo o bueno, sino de enfermo o sano.

  • en lugar de fijarse solamente en el síntoma de consumir alcohol y/o drogas, ahora se entiende que la enfermedad tiene una variada sintomatología que se refleja en la forma de pensar, dando lugar a acciones chuecas.

  • los familiares y el paciente ya tienen una expresión para describir las alteraciones.

  • en vez de caer nuevamente en el error de “engancharse” con la enfermedad, explicando o tratando de hacer entender, de suplicar, de regañar o de discutir, etc., solamente dicen “traes piensa chueco” y esto implica inmediatamente para el paciente que tiene algo que revisar y que inclusive tiene que ir a checarse al grupo y con el médico especialista.

Por sí solo decir "piensa chueco" implica que la persona no está pensando bien y esto es lo que sucede en las adicciones.  En la clínica, al igual que con cualquier otra enfermedad, parte del proceso de rehabilitación es identificar los diferentes síntomas del piensa chueco tal y como se hace con todo tipo de enfermedades. El paciente con piensa chueco debe recibir un tratamiento para pasar al piensa sano.  Así como el diabético aprende a reconocer la sintomatología de su enfermedad, se busca que  dentro del proceso de tratamiento en la clínica, el adicto aprenda a reconocer la sintomatología de su enfermedad.

Daño al lóbulo frontal

Nuestro lóbulo frontal es lo que más nos diferencia de otras especies por su tamaño.

Vamos armando el rompecabezas.  En el cerebro de los niños y adolescentes que aún se está desarrollando, ¿qué cree que le causan las sustancias neurotóxicas?   Se cree que al consumir alcohol y/o drogas lo primero que se afecta son las neuronas, pero lo primero que se daña son las conexiones entre las neuronas. Entonces, el alcohol o las drogas impiden la formación de conexiones hacia el lóbulo frontal provocando un estancamiento en el desarrollo y, si hay un abuso, puede haber un retroceso.  Por esta misma razón, no crean que el adolescente requiere un abuso brutal para afectar su cerebro, estamos hablando solamente de una fiesta cada mes, donde se tome de tres a cuatro copas. Con esta cantidad ya es suficiente para empezar a afectar un cerebro que aún está en desarrollo y lo podemos corroborar con hechos. A ustedes ya les tocó ver a compañeros que empezaron a tomar a los catorce, quince años. ¿Cómo les empezó a ir? ¿Cómo actuaban? ¿Cómo se comportaban?

Si en el adolescente todavía no están al 100% estas funciones, ¿cómo es la atención en un adolescente?  Es muy fácil que un adolescente después de 20 minutos se distraiga y pierda la atención. ¿Cómo es el juicio? ¿Cómo es la responsabilidad, el control de impulsos, la organización de la conducta, la identificación de los errores? ¿Se han fijado que los adolescentes no son buenos para identificar sus propios errores? Siempre salen con alguna explicación. Otras son: el proceso de toma de decisiones, anticipación, aprender de la experiencia, capacidad de verse a sí mismos, manejo de alternativas. Si estas conexiones son las primeras que se empiezan a afectar, esto se refleja en los primeros síntomas que vamos a observar, tanto en los adolescentes que están inhibiendo el desarrollo de las conexiones como en los adultos que ya tienen formado su cerebro.  Teniendo estos conocimientos, usted ahora es capaz de deducir qué es lo que va a suceder al abusar de sustancias neurotóxicas como el alcohol o drogas.

  • Atención - empieza a bajar notoriamente su capacidad de atención y eso se refleja en sus calificaciones.

  • Juicio - les cuesta mucho trabajo llegar a conclusiones sensibles. Ejemplos: la joven sabe perfectamente que el muchacho que le gusta tiene fama de adicto, pero aún desea andar con él; hacerse piercings (ponerse aretes en la cara), tatuajes.

  • Responsabilidad -  Empiezan a tener dificultad en sus responsabilidades básicas como faltar repetidamente a escondidas a la escuela, o en su estudio, llegando en extremos a fallar en responsabilidades como aseo o cuidado de su persona.

  • Control de impulsos - se vuelven muy impulsivos, muy demandantes.

  • Organización de la conducta en el presente - Se desorganizan.

  • Identificación de errores propios - no ven un error propio, siempre tienen alguna explicación para justificar su conducta o alguien más tiene la culpa.

  • Adecuada toma de decisiones - decisiones que claramente los van a afectar.

  • Anticipación - no anticipan.

  • Aprender de la experiencia - no aprenden de la experiencia, repiten las mismas conductas sabiendo cuál va a ser siempre el resultado.

  • Capacidad de verse a sí mismos - no se ven dentro de una realidad, piensan que nada les va a suceder.

  • Manejo de alternativas - adquieren visión en túnel y se ponen muy tercos.

Este tipo de conductas las observamos de vez en cuando en el desarrollo de la adolescencia; sin embargo, cuando se convierten en síntomas es porque se mantienen a lo largo del tiempo y van en aumento.  Revisemos cómo con esta información usted puede armar los desenlaces.  Vamos a decir que tenemos una jovencita de catorce años que empieza a tomar alcohol o a usar drogas. A los 14 años son un blanco fácil por su inmadurez cerebral.  Vamos a decir que la jovencita cuando mucho irá a una o dos fiestas al mes y en esas fiestas se tomará tres a cuatro copas. Aparte, el hecho de que lo haga repetidamente ocasiona que entre fiesta y fiesta no le da tiempo al cerebro a que vuelva a formar las conexiones que se afectaron, y se lesionan nuevas cada vez que vuelve a consumir, dando como resultado un efecto acumulativo. La neurotoxicidad empieza a afectar su control de impulsos, su juicio, su responsabilidad, su anticipación, etc. ¿Cómo creen que va a actuar?  ¿Cómo le va a ir en sus estudios con la falla en la atención?  ¿Ustedes creen que ve las consecuencias? Por falta de anticipación o de aprendizaje de la experiencia, va a decir “A mí no me va a pasar eso” y lo más probable es que tenga relaciones sexuales.  Por esta conducta que es observable, los chamacos se buscan jovencitas que beban o que consuman drogas frecuentemente para tener relaciones sexuales.

Nuevamente, con la información adecuada lo que usted veía como "no hay problema" se da cuenta de que sí lo hay y solamente estamos hablando de la salud del cerebro. Cambia la perspectiva, si utilizamos hechos, sentido común y la medicina.  Reforzando esta información, usted ha oído que está prohibido tomar alcohol durante el embarazo debido a que el alcohol es tóxico para las neuronas. Imagínese lo que puede ocasionar en las neuronas del cerebro que se está formando.   Es un hecho que la primera causa de retraso mental es haber tomado alcohol o drogas durante el embarazo.  Ahora, en el adulto, que ya tiene el cerebro maduro y que empieza abusar de las sustancias, ¿cuáles creen que serán las primeras funciones que se van a afectar por el abuso del alcohol y el uso de drogas?    Claro, las del lóbulo frontal, las últimas conexiones en formarse son las primeras que se empiezan a dañar.  Vamos a ver qué pasa con un adulto que empieza abusar del alcohol o a usar drogas. ¿Qué creen que va a suceder con el paso de los años?   

Va a dañar primero las funciones del lóbulo frontal y lo que observamos son síntomas.

  • Atención - deja de darle atención primero a la familia.

  • Juicio - se ve que sus conclusiones o determinaciones no son sensatas.

  • Responsabilidad - se tornan irresponsables, usualmente empiezan a descuidar responsabilidades hacia la familia

  • Control de impulsos - No piensan, actúan impulsivamente.  Tienen impulsividad verbal, hieren fácilmente con sus palabras y pueden avanzar a agresiones físicas.

  • Organización de la conducta en el presente - empiezan a tener problemas con mantener compromisos familiares y después se refleja en el trabajo.

  • Identificación de errores propios.  Siempre tienen una excusa, sin aceptar los errores.

  • Adecuada toma de decisiones - decisiones malas que afectan a la familia.

  • Anticipación - A pesar de decirles lo que va a suceder o que ya sepan lo que sucede, van y lo hacen.

  • Aprender de la experiencia - repiten los mismos errores, esperando resultados diferentes.

  • Capacidad de verse a sí mismo - siempre ven la problemática en los demás y no en ellos mismos.

  • Manejo de alternativas - son muy tercos en sus conductas, resulta predecible su forma de actuar o contestar.

  • Se afecta su forma de sentir, de pensar y de actuar.

Por eso, observamos que los adultos con adicción empiezan a comportarse  emocionalmente como adolescentes, y si le hacen más daño a su cerebro, como niños.   Repito, a diferencia de las conexiones entre las neuronas que sí se recuperan, el daño en las neuronas es irreversible. Clínicamente se observa que volver a recuperar las conexiones lleva de tres a cinco años, sin volver a consumir una gota de alcohol o una droga.

Acabamos de ver que cualquier persona con abuso o uso de drogas puede dañar las funciones de su lóbulo frontal, pero existen varios grupos y dentro de ellos hay un grupo que tiene el factor hereditario. Son personas que ya nacen con una disfunción en el cerebro y este es el adicto clásico que todo el mundo conoce.  Este grupo de personas presenta una alteración neurológica a nivel del sistema límbico en la zona donde se producen las emociones y presenta el síntoma de compulsión cuando utiliza sustancias (empieza a utilizar y no puede parar).  Más adelante vamos a ver la sintomatología de este cuadro clínico.

Las adicciones no tienen cosas oscuras, misterios, ni aspectos profundos. Son un padecimiento físico del cerebro.  Como tal, son muy comunes y el problema principal es el daño que le causan al cerebro.

Los diferentes tipos de adicción

Cuando se habla de adicciones se cree que solamente hay un tipo.   Al igual que en otras enfermedades, existen varios subtipos.  El abuso de sustancias forma parte de varias enfermedades.

Es bien conocido que hay varios tipos de diabetes, lo mismo que de cánceres, de infartos, de úlceras. Las adicciones no son la excepción. Hay diferentes subtipos, con distintos síntomas o historial, que requieren modificaciones en el tratamiento. El problema es que la gente las confunde y los agrupa en una sola.    Amalgamar todos los subtipos mezcla todas las características, generando más confusión sobre las adicciones. Vamos a darle una repasada superficial a los subtipos antes de volver sobre el cuadro clásico.

Primero - Ya mencioné que nada tiene que ver la cantidad y la frecuencia de utilización para hacer el diagnóstico de adicción.   Lo que sí tomamos en cuenta es que es una persona que utiliza alcohol y/o drogas afecta a una o más de sus áreas personales.

Área Familiar.- Es lo primero que se afecta, se desarrollan conflictos emocionales que son siempre los mismos, son constantes y no se solucionan, creando resentimientos tanto en la familia como en el adicto.

Área Ocupacional - Ya sea en el trabajo en los adultos o los estudios en los adolescentes, empiezan a mostrar fallas que afectan su desempeño y responsabilidad, que van en aumento con el tiempo.

Área Social.- Pierden amistades y se empiezan a relacionar solamente con personas que tienen la misma problemática. Ya avanzada la enfermedad, acaban aislándose.

Área Económica/Legal.- Se utiliza el dinero para todo lo relacionado con el uso de la sustancia. Los adultos empiezan a fallar con el gasto familiar —a menos que tengan mucho dinero— y los adolescentes pueden llegar a robar objetos de la casa si se les recorta el dinero.      Legalmente empiezan con accidentes vehiculares, con pleitos o teniendo en su poder drogas ilegales. En esta área también se incluyen los divorcios.

Área Física.- empiezan con cambios en su físico, fallas en su razonamiento y en la toma de decisiones.

Los Diferentes Grupos

I - Uso recreacional - Sin problemas

En este grupo, que es el más grande, están aquellas personas que beben alcohol y no presentan problemas en ninguna de sus áreas. No estoy incluyendo en este grupo a las drogas porque causan problemas en el área legal.  También hasta el día de hoy —y estoy hablando de 25 años de experiencia— no me ha tocado ver al famoso “fumador recreacional de marihuana o consumidor recreacional de cocaína”.

II - Intoxicaciones severas de vez en cuando

Grupo que se caracteriza porque en contadas ocasiones tienen cuadros de intoxicación muy fuertes. Puede que presenten estos cuadros cada determinado tiempo: meses, cada año, o cada varios años. Estas personas ya necesitan tratamiento porque, a pesar de que no toman durante un tiempo, durante el periodo de intoxicación afectan considerablemente su entorno.  Vemos que no aprenden de la experiencia y lo vuelven a repetir en el futuro.  Estas personas ya están demostrando que tienen un problema, ponen en peligro a otras personas y se ponen en peligro a sí mismas, así que requieren tratamiento.

III - Periodo de abuso de sustancias por un tiempo, sin compulsión

Hay un grupo importante de personas que abusan de las sustancias pero no tienen la disfunción en el cerebro.  Es un grupo que utiliza por un periodo y de la noche a la mañana deja de utilizar.  Puede ser por decisión propia, porque los cacharon los familiares o porque se llevaron un susto. Por esta característica que pueden parar de utilizar sin ningún problema, se origina la confusión que hay que asustarlos o castigarlos a todos para que dejen de utilizar. También son personas que caen con sacerdotes, con terapeutas que no tienen idea de lo que son las adicciones o con una diversidad de tratamientos “patito”, pensando que esto es lo que funciona.   Cuando llegan personas de este grupo a la clínica son, en gran parte, codependientes con depresión o ansiedad que presentan abuso de sustancias. Como no tienen la disfunción solamente se les da la indicación que no pueden volver a consumir sustancias neurotóxicas y ya no presentan problemas.  Se atienden entonces las otras enfermedades de depresión o ansiedad. No hay problema en su tratamiento de abuso, pero mucha gente ignorante se para el cuello con este tipo de personas anunciando que tienen la cura para los adictos.

IV - Abuso de sustancias con compulsión

Después tenemos a los que tienen una disfunción en el cerebro y presentan compulsión. Este grupo corresponde al que podríamos llamar el adicto “clásico”, ya sea de alcohol y/o drogas.  Presenta un cuadro clínico que vamos a revisar a fondo más adelante.   A este grupo pertenece la mayoría de las personas que llegan a la clínica para tratamiento. Son personas que tienen el componente hereditario, una predisposición a desarrollar la enfermedad.

La disfunción la tienen en una zona del cerebro que se llama amígdala, que es donde están las emociones. Lo que vemos es que la amígdala se activa de una forma anormal, comparándola con las personas que no tienen la enfermedad. Y cuando se prende, ellos reportan esa necesidad, esa ansia de consumir y aparece la compulsión, acompañado de una manera muy chueca de pensar.  Este grupo pertenece a las  enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, la ateroesclerosis. Es de por vida y no hay una cura.  Lo que si hay es una rehabilitación y esto implica también que el tratamiento lo van a tener que seguir de por vida.

Hasta el día de hoy no tenemos una medicación para curar la diabetes, tampoco tenemos un medicamento para curar la ateroesclerosis y tampoco para la adicción, por esta razón es la cronicidad.  Esto implica que van a tener que hacer cambios en sus hábitos, costumbres y que hay que suprimir el uso de una sustancia. Ustedes ven que al hipertenso le quitamos la sal y es lo que más se le antoja, al diabético le quitamos los carbohidratos y es lo que más se le antoja, al adicto le quitamos su droga y es lo que más se le antoja.

V.- Adicción Iatrogénica (provocada por médicos)

La adicción física provocada por médicos. Es una condición en la que el cuerpo depende de una sustancia y se corrige con una desintoxicación.   Ejemplo: una persona que entra a cirugía, tiene mucho dolor, se le da heroína sintética que es el mejor anestésico para el dolor y se le da por mucho tiempo, a grandes dosis, provocando una adicción. Esa persona, como no es adicta (no tiene la disfunción), cuando se da cuenta que tiene una adicción física pide que se la quiten. Entonces, se le hace una desintoxicación y se acabó el problema. Esa es otra cosa que tienen los adictos, que piensan que con una desintoxicación se acabó el problema. La tercera parte de los adictos, cuando llegan a la clínica ya han tenido varias desintoxicaciones, porque piensan que con eso ya se acabó el problema. Eso es lo que buscan muchas veces, dicen que sólo necesitan una desintoxicación. Y no es cierto, lo están confundiendo con personas que no tienen compulsión.

VI - Cuadro terminal   

Hay un grupo que es resistente a los tratamientos, ya tiene muy afectado el cerebro, o se niega rotundamente a un tratamiento.  La enfermedad continúa su curso hasta la muerte. Un ejemplo sería el personaje de la película “Adiós a Las Vegas” (Leaving Las Vegas).

VII - Grupo Dual - Un gran grupo está compuesto por personas con la adicción, más otra enfermedad cerebral.  La adicción puede ser por abuso, como el ejemplo que di de las codependientes, y/o con la compulsión. En este grupo usualmente se puede tratar las otras enfermedades con medicación.  Hasta el día de hoy no hay un medicamento efectivo para las adicciones.  La adicción se trata con manejo terapéutico de rehabilitación y se da medicación para las otras enfermedades.

VII - Dual A - Trastorno disruptivo más abuso de sustancias

Trastornos de déficit de atención, trastorno oposicionista, trastorno de conducta explosivo, etc., más abuso de alcohol y/o uso de drogas.  Un porcentaje importante de pacientes con adicción tienen el antecedente en la preadolescencia de haber iniciado con el trastorno de déficit de atención.  Sin tratamiento, éste puede llegar a complicarse con abuso de sustancias y puede disparar la enfermedad con compulsión.

VII - Dual B - Trastorno emocional más abuso de sustancias

Trastorno de ansiedad generalizado; trastorno de ansiedad con ataques de pánico; trastorno depresivo, etc. más abuso de alcohol y/o uso de drogas. ¿Han escuchado que toma porque tiene una depresión? En este caso, resuelven los cuadros emocionales con la necesidad de utilizar alguna substancia,  como si fuera una forma de “auto medicarse”, sobre todo en los trastornos de ansiedad. En estos casos, que son frecuentes en la codependencia, se da también la indicación médica de no volver a tomar.  Al ser neurotóxico, afecta el tratamiento de la depresión y mantiene o agranda el cuadro.  Si tienen el síntoma de compulsión, se les da también tratamiento para la adicción.

VII - Dual C - Trastorno de personalidad más abuso de sustancias

Trastorno de personalidad histriónica, trastorno de personalidad antisocial, trastorno de personalidad borderline, etc., más abuso de alcohol y/o uso de drogas.  En este caso se confunde mucho la adicción con el trastorno de personalidad antisocial, que son los estafadores, los ladrones, los homicidas, etc. Estas personas tienden a abusar de las sustancias y es por eso que los asocian. La asociación con la criminalidad les sirve a los adictos para moralizar y negar su padecimiento, al compararse con estas personas.

VII - Dual D - Trastorno Psicótico más abuso de sustancias

Esquizofrenia, trastorno bipolar, etc. más abuso de alcohol y/o uso de drogas.  Son pacientes que se utilizan como ejemplos para decir “se quedó en el viaje”.  En realidad, son personas que ya venían con el componente hereditario de un padecimiento psicótico y las sustancias, por su neurotoxicidad, fácilmente disparan el cuadro.  Este grupo de personas no funciona bien en los grupos de autoayuda.

El cuadro clínico de las adicciones

“Piensa Chueco"

Piensa chueco = expresión que acuñamos en la clínica para describir la alteración neurocognitiva a nivel del sistema límbico cerebral, con daño a funciones del lóbulo frontal.

Ya vimos que el uso de sustancias neurotóxicas no es inocuo, a través de los años se va dañando el lóbulo frontal constituyendo un cuadro clínico.  Ahora vamos a revisar el segundo cuadro clínico dentro de las adicciones, causado por una disfunción en el cerebro y que tiene un componente hereditario.   

El sistema límbico funciona como la interfase del cerebro; en esta región está la amígdala cerebral y es donde se originan las emociones. La disfunción consiste principalmente en que la amígdala se activa en forma anormal con el uso de sustancias (alcohol y/o drogas).   Cuando esta área se activa en los adictos es más evidente su piensa chueco y la compulsión. El funcionamiento alterado de esta área es lo que se hereda.

Como habíamos mencionado anteriormente, las enfermedades del cerebro se caracterizan por alteraciones en la forma de sentir, pensar y actuar.

Sentir - POBRE TOLERANCIA EMOCIONAL

Emociones - son alarmas naturales del cuerpo que nos alertan sobre algún aspecto al que hay que dar nuestra atención para resolverlo.

El pie de Aquiles en las adicciones es una pobre tolerancia emocional.  Desarrollarse con poca tolerancia emocional implica que la persona va a vivir los mismos sucesos de manera diferente a otras personas. Un suceso que le provoque una elevación de las emociones lo vive con malestar y eso hace que trate de evitarlo, lo guarde o actúe impulsivamente, sin poder resolverlo de forma adecuada.  Tarde o temprano se va a topar con las sustancias y se va a sentir mejor.  No percibe su efecto real que es anestesiar el malestar de las emociones y lo distorsiona, describiéndolo como si fuera mágico, por ejemplo, diciendo que facilita la diversión, o que le da creatividad, etc.

La poca tolerancia emocional se refleja en varios síntomas. No pueden resolver problemas que tienen una carga emocional. La característica es que vienen arrastrando los problemas a través de los años.  Al no poder resolverlos en su momento, los siguen cargando.  Por eso, cuando discute un familiar con un adicto, es frecuente que éste saque a relucir situaciones conflictivas de muchos años atrás como si hubieran sucedido hace poco, mostrando su dolor emocional. Es habitual que lo hagan en forma de reclamo, buscando crear culpa. También en terapia es usual encontrar duelos no elaborados de un familiar que murió hace años.    Con el tiempo, los problemas se van acumulando y es frecuente que presenten explosiones en su conducta que no sirven para nada.

Dificultad para expresar las emociones.  Es muy difícil que ellos expresen lo que están sintiendo.  Confunden lo que están pensando con lo que sienten.  En muchas ocasiones claramente se ve en sus expresiones faciales lo que están sintiendo y tienden a decir que no sienten nada.  Cuando se expresan, es común que lo distorsionen.

Tienen dificultad para darle su dimensión real de acción a lo que están sintiendo y se van a los extremos. Por un detalle insignificante hacen tempestades en vasos de agua.  Por otro lado, hay casos en que la gravedad del problema emocional amerita una acción fuerte y el adicto ni se inmuta.  También cuando las emociones están muy altas, los familiares se dan cuenta de que se ponen muy tercos, que no entienden.  Es como si su actividad cerebral se congelara y solamente ven una vía de acción.

Manejo de coraje e ira.  Al no resolver los problemas, crean resentimientos que continuamente expresan con coraje, ira y agresiones.  Durante estos momentos se ve claramente su piensa chueco.

Dependencia emocional. Por su misma inmadurez, crean con facilidad dependencias emocionales, tanto de personas como de objetos, incluyendo las sustancias.

Mecanismos de defensa. Todo ser humano cuenta con mecanismos de defensa naturales para bajar la intensidad de las emociones. Como los adictos no pueden resolver las emociones en forma normal, sus mecanismos de defensa están exageradamente altos y activos constantemente.  Los más frecuentes son negación, racionalización, distorsión y minimización que, como son persistentes, se vuelven parte de la enfermedad y les crean una verdadera dificultad para darse cuenta de que están enfermos y requieren tratamiento.  La negación se convierte en el sello de su padecimiento, ellos niegan que tengan la enfermedad de la adicción, inclusive niegan que la adicción sea una enfermedad.  La racionalización es dar explicaciones de su conducta que suenan lógicas, pero que analizándolas no tienen nada de lógica.  La distorsión es muy molesta para los familiares porque se les dice algo y lo distorsionan a conveniencia, por eso es muy importante tener siempre a otro familiar como testigo de lo que se dice. La minimización es no darle importancia a una enfermedad grave o a su salud.

Un síntoma no responde a explicaciones, solamente responde al tratamiento adecuado. Es muy importante entender esto y lo vamos a manejar con un ejemplo. Hace muchos años, en la clínica decíamos “ojalá inventaran el aparato médico que demostrara que tienen la enfermedad”, creyendo que nos facilitaría el trabajo con la negación.  Ingenuamente creíamos que cuando vieran el resultado, como en cualquier estudio de laboratorio, no les quedaría más remedio que admitir que tienen la enfermedad. Resulta que ya existe el aparato, es un aparato médico que demuestra cómo se les activa en forma anormal la amígdala y el daño provocado por el uso de sustancias en el cerebro.   ¿Qué creen que sucede? Como la negación es parte de la sintomatología de la enfermedad, cuando se les enseñan los resultados, los adictos no creen lo que ven, piensan que se les está engañando. Hay un ejemplo claro en una serie de HBO sobre adicciones, con la Dra. Nora Volkov, que le dice al paciente  “Mira, ahí está la lesión” y el adicto responde “Me están engañando, esa no es mi imagen”.

En la clínica, cuando llegan sin un tratamiento previo, la negación está al máximo y es común que me hagan los siguientes reclamos.  Los menciono porque ni siquiera varían, y las contestaciones son iguales en todos:  “¿Cómo es posible que me haya hecho tan rápido el diagnóstico?”, “no es cierto, yo no tengo la enfermedad”, “ni me conoce, ¿cómo puede decir que tengo adicción?”, “ya se arregló con mi familia para decir que soy adicto”, “solamente me quiere sacar el dinero diciendo que soy adicto”.      

Una y otra vez mencionan la cantidad y la frecuencia de uso de la sustancia para demostrar que no son adictos, a pesar de que se les dice que “nada tiene que ver la cantidad y la frecuencia para hacer el diagnóstico”, invariablemente lo vuelven a repetir, y al final casi siempre responden “pues entonces todos son alcohólicos o drogadictos”.

El malestar que sienten por su poca tolerancia emocional, combinado con el efecto anestésico de las sustancias sobre las emociones, más la compulsión, hacen una bola de nieve que continuamente va en aumento.  Por lo tanto, es prioritario para ellos DEFENDER su uso de sustancias, ya sea racionalizándolo, escondiéndolo, dándole connotaciones mágicas, minimizándolo, negándolo, etc.  Lo que menos desean es dejar de utilizar.

Pensar - PREPOTENTE

La persona se relaciona con el mundo de acuerdo con su forma de pensar.

La característica principal es que piensan en forma prepotente “Yo estoy bien, yo tengo la razón, yo sé lo que pasa y los demás están mal, no me entienden, no saben, están equivocados y, además, tienen la culpa”.  De acuerdo con lo que piense el adicto (alcohol y/o drogas) es lo que va a verbalizar.  Ellos están seguros de que así es y por lo tanto lo dicen de una forma muy convincente. Pero cuando se desmenuza lo que dijeron, se ve claramente que es ilógico.  Ellos no ven la conexión entre su uso de sustancias y las consecuencias, tienen una dificultad real para hacer la conexión. Piensan que las personas a su alrededor exageran cuando mencionan su uso de sustancias, sostienen que el problema es por otra razón.   Creen que no se les entiende y hacen esfuerzos para tratar de convencer a las personas de su forma chueca de ver las cosas.  Se sienten hábiles e inteligentes en lo que hacen, creyendo que nadie se da cuenta de su enfermedad. La ayuda la ven como una agresión, “porque se les quiere cambiar su forma de ser, privar de libertades, se les ve como la oveja negra, etc.”.   Toda la problemática la ven afuera, en las demás personas y situaciones, no en ellos mismos, por lo tanto es afuera donde se deben resolver los problemas.  Esto los lleva a decir constantemente que los demás o las circunstancias tienen la culpa o la responsabilidad.

En cuanto a su uso de sustancias, se la pasan pensando (fantaseando) cómo controlar la sustancia para que así los dejen en paz.  Lo que escuchan de otros lo distorsionan, no le dan importancia, no lo creen, lo acomodan a conveniencia, etc.  La forma prepotente de pensar les ha dado los motes del “Niño Rey”, “Egocéntrico”, “Sangrones” pero con mala palabra (sangrón con m), “Se sienten el ombligo del universo”, etc.  Como adictos exigen que se les trate diferente de los demás, que se les hable diferente y por lo tanto que las reglas sean diferentes para ellos. En la clínica usualmente les decimos de broma “has de ser marciano y por eso pides todo diferente.” Tratan de imponer su forma de pensar en las personas. No ven los hechos, pierden el sentido común y eso invariablemente trae consigo consecuencias.  Cuando se les confronta, siempre tienen una justificación de sus acciones.

Conducta - MANIPULADORES

Conducta es la forma en que una persona se comporta dentro de un contexto en particular

Su forma errada de sentir y pensar los lleva a acciónes de tratar de manipular a las personas y/o a su medio ambiente.

Esto se refleja en varias conductas:

Deshonestidad -  Los familiares se quejan mucho de este síntoma porque sienten que buscan engañarlos con premeditación, alevosía y ventaja. Se sienten heridos porque no les tienen confianza para decirles la verdad.  Pero engañar es un síntoma, aún cuando es dañino para ellos. El hecho de que lo hagan con todos y no sólo con los familiares demuestra que no es personal. De todas formas, finalmente, por la experiencia de los repetidos engaños, se forman resentimientos y se les pierde toda la confianza.

Son agresivos verbalmente - Sobre todo cuando se habla de su uso de sustancias y sus conductas, tratando con ese comportamiento de que no se les diga nada más.   Son pasivo-agresivos, esto significa que fácilmente sacan de quicio a las personas que los rodean con sus conductas, a las que ellos les restan importancia.

Son muy demandantes - En cuanto a lo que desean y quieren obtenerlo inmediatamente porque “para hoy ya es tarde”.  Cuando no se accede a sus deseos o se mantienen reglas firmes, adoptan conductas de víctimas o de mártires, se quejan de que no se les entiende, que no se les hace caso,  que se los ve como malos, que no se les aprecia, etc.   El adicto cree que está pensando bien y que los demás no están viendo las cosas tal y como son. Por eso buscan convencer a las personas una y otra vez, a través de los años, de que su forma de pensar es la adecuada.

Esta forma de sentir, pensar y actuar es lo que ven los demás.   Ustedes estarán de acuerdo, entonces, que lo que tienen es “piensa chueco”.

¿Qué ve la familia en el adicto?

“La oveja negra de la familia”

Añada todos estos síntomas que acabamos de ver y súmelos a los síntomas ocasionados por daño al lóbulo frontal y se dará cuenta que no es fácil tratar con un adicto.  La familia ve a un miembro que no coopera, que fácilmente rompe los límites y las reglas, que a pesar de ser la persona que recibe más atención se queja de que no se le hace caso, que fácilmente agrede y tiene fallas en sus responsabilidades y que, aunque se le previene, vuelve a repetir sus conductas.  Es un familiar al que, por más que uno trate de cumplirle, de platicar, de discutir, de razonar, de amenazar, de castigar, de dialogar, etc., NO ENTIENDE.

Todos estos son los síntomas que forman parte del cuadro clínico pero, al igual que el adicto, la familia no entiende que son manifestaciones de una enfermedad del cerebro. En lugar de decir “vamos a llevarlo con el médico especialista”, se la pasan peleando con la enfermedad.

El engaño más grande del mundo

Engaño es promover una creencia que no es cierta con el propósito de obtener una ventaja personal, dando una impresión equivocada, fallando en admitir lo cierto.

Es muy importante entender que es muy fuerte la influencia que ejerce el piensa chueco de los adictos sobre el resto de la población. Dentro del campo de la medicina la adicción es una enfermedad física, pero mucha gente no cree que se trate de una enfermedad y mucha gente no la comprende como tal.

Basándose en las creencias enfermas de los adictos, entonces resulta obvio por qué:

  • -Lo que hace la familia no funciona.

  • -Las campañas de prevención no funcionan.

  • -Los tratamientos no funcionan.

  • -A pesar de ser simple la prevención de accidentes viales y muertes, éstos no disminuyen.

  • -La gente no le ve problema a que los adolescentes beban.

Mientras tanto, sigue produciéndose todo tipo de dolor emocional en las familias.  Pero si en vez de hacerle caso al piensa chueco de los adictos, ¿qué tal si empezamos a retomar aquello que se perdió?

-Manejo de los hechos

-Utilización de nuestro sentido común

-Regresar la enfermedad al área de la medicina.

La familia va a ser el primer frente y las amistades también van a ayudar cuando empecemos a tratar las cosas tal y como son.  Una vez que ya vemos lo que es la sintomatología del adicto y recordando la fuerza que tiene la adicción —la fuerza que inclusive afecta a naciones, afecta leyes, afecta reglas— imagínense a estas personas con este piensa chueco y van a ver si no se les hace conocido.

Cómo los síntomas de una enfermedad han pasado a ser las creencias de la población en general.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“La adicción no es una enfermedad y yo no la tengo.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Negación es un mecanismo de defensa.

Creencias generales de las personas:

--Les es difícil entender que la adicción es una enfermedad física.

Hechos en lugar de creencias:

--Dependencia, abuso y adicción son enfermedades físicas.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--"Personas o circunstancias tienen la culpa de sus problemas".

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Culpan a otros, principalmente a los padres o pareja.

Creencias generales de las personas:

--Piensan que los padres son los culpables de su adicción.

Hechos en lugar de creencias:

--En una enfermedad, no hay culpables.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Yo puedo dejar el alcohol, o las drogas, cuando yo quiera.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Prepotencia, creen que pueden controlar la enfermedad.

Creencias generales de las personas:

--Piensan que es cuestión de fuerza de voluntad.

Hechos en lugar de creencias:

--Las enfermedades no se pueden controlar, se les da tratamiento.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Siempre hablan de cantidad o frecuencia del uso de sustancias para demostrar que no tienen el el problema.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Racionalización es un mecanismo de defensa.

Creencias generales de las personas:

--Piensan que de acuerdo a la cantidad o frecuencia se define quien tiene la enfermedad.

Hechos en lugar de creencias:

--El uso es solamente un síntoma y nada tiene que ver la cantidad o frecuencia para diagnosticar quién tiene o no la enfermedad.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

-- “Se sienten agredidos si se les dice que tienen un problema con el alcohol o las drogas.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Prepotencia y negación.

Creencias generales de las personas:

--Los familiares sienten vergüenza de tener un familiar con adicción.

Hechos en lugar de creencias:

--La adicción es una enfermedad física y no debería  estar moralizada.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“La marihuana no es mala porque es natural .”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Racionalización - dar una explicación que suena lógica pero es absurda.

Creencias generales de las personas:

--Creen que la marihuana no hace tanto daño.

Hechos en lugar de creencias:

--Es de las sustancias que más dañan el cerebro.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Les dan connotaciones mágicas a las sustancias, como el hacerlos mas creativos .”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Racionalización y manipulación.

Creencias generales de las personas:

--Creen que ayuda en ciertos aspectos.

Hechos en lugar de creencias:

--El alcohol y las drogas no tienen ninguna propiedad que  incremente la creatividad o una habilidad.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Aprenden a contestar lo que las personas quieren escuchar .”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Deshonestidad.

Creencias generales de las personas:

--Creen que son inteligentes por su forma de engañar.

Hechos en lugar de creencias:

--“La astucia no es signo de inteligencia” Eurípides.  Engañar no es ser inteligente.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“No hay problema en abusar del alcohol o usar drogas  .”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Minimización.

Creencias generales en las personas:

--Han perdido la dimensión real de la gravedad de la enfermedad.

Hechos en lugr de creencias:

--Es una enfermedad grave que puede llevar a la muerte a ellos mismos y a terceros.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Que tienen control sobre su uso.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Compulsión e intoxicación.

Creencias generales de las personas:

--No identifican los signos de intoxicación de las funciones cerebrales.

Hechos en lugar de creencias:

--No existe el control sobre las enfermedades físicas.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Siempre tienen opiniones y teorías acerca de lo que es la adicción.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Prepotencia, intelectualización y racionalización,

Creencias generales de las personas:

--Creen todo tipo de opiniones y teorías

Hechos en lugar de creencias:

--Las enfermedades solamente tienen una explicación

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Es necesario beber o usar drogas para divertirse.”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Toxicidad de las funciones del lóbulo frontal

Creencias generales de las personas:

--Creen que producen diversión.

Hechos en lugar de creencias:

--En ningún libro de medicina está escrito que una de las propiedades del alcohol o drogas, es provocar diversión.

Qué dicen los adictos dentro de su “piensa chueco”:

--“Se quejan de los problemas que vivieron en su infancia   .”

Signos/Síntomas de la enfermedad:

--Pobre tolerancia emocional y no poder resolver los conflictos emocionales. Manejo del rol de víctima.

Creencias generales de las personas:

--Los compadecen por su sufrimiento.

Hechos en lugar de creencias:

--No pueden resolver conflictos emocionales y los arrastran por años.

¿Por qué se les cree lo que dicen?

¿Esperanza de cambio en una enfermed?

Tal y como hemos visto, el problema ha sido creer.  En las enfermedades no se trata de creer sino de manejar hechos que se puedan corroborar.

Si tenemos a una persona con daño en las funciones cerebrales, ¿por qué se le cree?  Tanto estando con copas o sin copas (es igual en el caso de drogas), el adicto con su prepotencia tiende a decir las cosas con un gran convencimiento. Con los años se tornan en muy buenos manipuladores, aprenden qué decir y qué no decir.  Al discutir con ellos siempre van a tener la razón y ven a los demás de una forma condescendiente y desdén porque “pobrecitos no entienden” y “no saben lo que se pierden”. "Son fresas, aburridos, envidiosos y aguafiestas."  Es muy fácil caer en el juego de palabra contra palabra con ellos, ellos lo saben y lo pueden acomodar a su manera.   El adicto siempre va a tener alguna excusa para justificar el uso de la sustancia, ninguna de ellas realista.  Tristemente, también a lo que se aferra la familia es a la esperanza que él de alguna forma entienda, cambie, o deje de utilizar.  Así que siguen creyéndole por si se da ese famoso entendimiento.  Existe también el desgaste, después de muchos años ya lo que menos quieren es continuar con las discusiones o explicaciones sin fin, así que optan por “fingir demencia” ante lo que dicen.

Por más feo que se oiga, es esencial que la familia entienda que el adicto no está bien de sus facultades mentales.  La familia jamás debe fijarse en el contenido de sus explicaciones sino en la sintomatología. ¿A qué me refiero?  Pueden “decir misa” o lo que se les dé su regalada gana, no se le debe poner atención a lo que dicen sino a la sintomatología, tal y como se hace con cualquier otra enfermedad. Ejemplo: una simple gripa, cuando se observa que están mal y ellos insisten en irse a trabajar.  Sabemos que no van a poder dar un 100% en el trabajo,  aún con medicación.  Si esto sucede con una gripa, ¿qué esperan con una enfermedad que ha dañado el cerebro?  La familia se debe fijar en sus acciones, en cómo está manejando sus emociones y, claro está, en su forma de pensar.

¿Por qué los dejan?

La tolerancia a las conductas de los adictos.

Cuando les pregunto a los familiares por qué los dejan, invariablemente sus contestaciones tienen que ver con el componente emocional.

Las contestaciones frecuentes son:

  • -Es que no queremos que se enoje,

  • -No queremos iniciar otro pleito o discusión,

  • -No queremos que vaya a hacer algo por lo que decimos,

  • -No queremos que esté molesto todo el tiempo,

  • -Le tenemos miedo,

  • -No queremos que siga dañando emocionalmente a la familia con sus agresiones,

  • -Aliándonos con él evitamos que la agresión se dirija a la familia.

  • -Es conveniente creerles para no sentir la preocupación de que están mal.

Si lo observan, el motor de seguir creyéndoles es evitar emociones desagradables en la familia.   Pero tenemos dos complicaciones: una, están extendiendo lo inevitable, tarde o temprano el problema se va a voltear dentro de la familia y dos; mientras tanto, son cómplices de la enfermedad.   Pero si se trata de una enfermedad, la única manera de cambiar, de que entiendan, de pasar del piensa chueco al piensa sano, es solamente el tratamiento.    Entonces, vamos a pasar a la cuarta y quinta sección, qué se debe hacer con los adictos y después de ahí vamos a una sexta parte, que es la prevención, qué se debe hacer con los adolescentes.

Qué puede hacer la familia

La intervención inicia en la familia

Esta es una pregunta obligatoria: ¿Está la familia dispuesta a seguir un proceso que va a producir cambios en las creencias, costumbres y hábitos de la casa?

A través de los años, en forma insidiosa, la familia ha ido adoptando el piensa chueco de los adictos. Todo lo que mencioné anteriormente no sucedió de la noche a la mañana, fue un proceso paulatino durante el cual cambiaron los hábitos, reglas y costumbres de la familia.  Estas raíces no son fáciles de eliminar, por lo que se debe esperar que la resistencia se presente primero en la familia.  Esos años no se van a desperdiciar, sino que servirán de experiencia para enfrentar la enfermedad del familiar.   

No se trata de formar familias abstemias ni de satanizar el uso de alcohol y/o drogas, se trata de formar familias que sean congruentes en su forma de pensar, sentir y actuar ante el alcohol y las drogas. La idea es entenderlo dentro del contexto de la salud.  La adicción se va a tratar de la misma manera en que se tratan otras enfermedades físicas crónicas, como la de un diabético, un hipertenso, un infartado, una persona con cáncer, etc.    Está comprobado claramente que la intervención de la familia en el proceso de rehabilitación mejora considerablemente el pronóstico.

Las 12 Bases del Proceso Familiar

Proceso - serie de acciones que se tienen que llevar a cabo para lograr un objetivo.

La familia, después de comprender la enfermedad física de la adicción, tiene la tarea de hacer frente a un familiar que no cree que está enfermo, que niega su padecimiento, que ante la ayuda reacciona con agresiones, que minimiza las advertencias, que no desea dejar la sustancia y va dar miles de explicaciones, que se comporta de una forma infantil expresando que lo que debe cambiar son quienes lo rodean o las situaciones, que por causa del daño a su cerebro no entiende y que requiere tratamiento para sanar.  Es difícil pero lo vamos a simplificar.

De lo contrario, la enfermedad sigue su curso, arrastrando a la familia entera.  Cuando la familia cambia, detiene su desgaste emocional y puede convivir con el familiar con adicción. Además, da como resultado una contención y presión constantes para que el adicto busque sanar.  Es importante entender que todo adicto acude a tratamiento gracias a la presión familiar, porque la familia se rehúsa a seguir siendo participante del circo de la adicción. En 25 años de experiencia no me ha tocado ver a uno solo que no llegue presionado de alguna forma.

Los lineamientos que se dan a continuación son prácticas generales de la Clínica Cantú dentro del proceso de tratamiento, que presento en forma simplificada en las pláticas que doy a las familias de los pacientes internados.

I.- Jamás volver a salir del campo de la medicina

La adicción (alcoholismo y/o drogadicción) es una enfermedad física, grave y crónica

Vamos a seguir dentro de nuestro camino de utilizar el sentido común, hechos y medicina.  Vamos a revisar unos conceptos para reafirmar que la adicción es una enfermedad partiendo de conocimientos generales y sin necesidad de tener conocimientos profesionales,  desde el simple hecho que el abuso de sustancias le hace daño al cerebro; eso es algo que todo el mundo sabe a través de información casera, no profesional.    Ya con la sola palabra daño, estamos diciendo que causa síntomas y la palabra "síntomas" nos habla del desarrollo de una enfermedad.  Ahora vamos a hablar de la segunda parte —que también es bien conocida— que la adicción tiene un componente hereditario.  Así como se heredan el color de ojos, el color de la piel, el I.Q., etc., también se heredan enfermedades y esto también se sabe por información casera, no profesional. Si decimos que una parte del cerebro no está funcionando como debe y que ocasiona síntomas, nuevamente estamos hablando de una enfermedad. También hablamos de enfermedad cuando una persona padece de algo y tiende a afectar a las personas de su entorno.  Desde el momento en que alguien bebe y se dice que no está bien para manejar, estamos hablando de una incapacidad del cerebro para funcionar adecuadamente. Decir que alguien está intoxicado con alcohol es también información casera.  Toxicidad implica un efecto dañino al organismo que también produce síntomas y por lo tanto es una enfermedad, ya sea aguda o crónica.  Decir que se pone mal cuando toma es equivalente a decir que se enferma.  Realmente no debería existir la menor duda de que es una enfermedad física.

Hay que pensar en la enfermedad de la adicción cuando una persona que está utilizando alcohol y/o drogas (no importa la cantidad y la frecuencia), está afectando sus aéreas personales. También hay que pensar en la enfermedad cuando existe la sospecha de uso de sustancias y la persona está afectando una o más de sus áreas personales: área familiar, área del trabajo o del estudio, área social, área económica y/o legal y área física.  La adicción tiene un inicio insidioso y no cualquiera puede diagnosticarla en una etapa temprana, solamente el médico con experiencia, especializado en adicciones.   Ya avanzada la adicción, decimos que hasta la cocinera hace el diagnóstico, así de obvia es la enfermedad.  En el área de las adicciones, por el problema de negación, se dice que la última persona en darse cuenta de que padece la enfermedad es la misma persona que la tiene y la penúltima en darse cuenta es la familia. Antes ya todo el mundo alrededor se dio cuenta de que la persona tiene problemas. Con esto quiero enfatizar que es difícil para la familia aceptar una adicción. Cuando hay problemas de conducta, en la forma de pensar y en el manejo emocional, siempre hay que pensar primero en las enfermedades más frecuentes; la primera sería una depresión y la segunda una adicción.  Ambas requieren la valoración de un médico especialista.   

Como es una enfermedad física, no se trata de cambiar a la persona, se trata de que sane.  El abuso de alcohol o el uso de drogas no son un vicio. Cuando la familia empiece a verlo por lo que realmente es, una enfermedad física, entonces se desvanecerá la culpa y la vergüenza y, en consecuencia, el factor moralizante.  De ahora en adelante la familia debe decir: “tienes una enfermedad física que solamente responde a tratamiento, no a fuerza de voluntad”; “dejar de tomar unos días, semanas o meses, no hace que se vaya la enfermedad, ahí sigue y continúa avanzando”; “tratar de demostrar que puedes dejar la sustancia por un tiempo ya implica que existe un problema”.  Una persona que no tiene el problema no tiene por qué estar mostrándole a la familia que puede dejar de tomar o de usar drogas cuando quiera.  Cuando no hay problemas, la familia ni se fija.

Diga lo que diga el familiar, la respuesta del adicto siempre va a ser la misma. El adicto activo no aprende de su experiencia. Por el daño en su cerebro no entiende, a pesar de que siempre diga que sí.  Los hechos demuestran que no entiende.   El adicto actúa impulsivamente en algo que le trae satisfacción sin pensar en las consecuencias.  Solamente con el inicio del piensa sano se da cuenta del piensa chueco.  Darse cuenta de la enfermedad es doloroso. Aparte de la aceptación, una parte forzosa de su rehabilitación es reparar y corregir todos los destrozos, errores, metidas de pata, etc. que cometió durante su actividad.   

II.- Comunicación familiar

Comunicación - Forma exitosa de transmitir o compartir ideas y emociones, el intercambio de noticias o eventos.

La enfermedad hace mella en la comunicación familiar y se empiezan a formar resentimientos entre los familiares. Esto da como resultado que dejen de comunicarse lo que está sucediendo. Es el famoso “divide y vencerás”, si el adicto no logra lo que desea con un familiar, lo va a lograr con el que sigue, originando más diferencias y, por lo tanto, más discusiones entre la familia.  Dinámicas que afectan la comunicación entre la familia:

El juego de la papa caliente: Un miembro de la familia no puede mencionar, hacer una observación, quejarse o decir qué hacer con el familiar adicto porque inmediatamente le dan la papa caliente de la responsabilidad y la respuesta clásica: “pues entonces tú te haces cargo”.  Como nadie desea la responsabilidad, todos evitan hablar.  Cuando hay crisis, entonces toda la familia aprovecha para decir lo que venía guardando y acaban haciéndole montón a un miembro de la familia, quien se va a quedar con la papa hasta que logre pasársela a otro.

El síndrome del tinaco: La enfermedad del adicto funciona como el agua turbia en un tinaco, no se  puede ver qué hay sumergido en el agua.  La enfermedad tapa la problemática del resto de la familia. Sumergidos están los problemas familiares que el adicto conoce y utiliza a su conveniencia con el propósito de evitar que le hablen de su adicción.  A medida que va sanando por seguir un tratamiento, va disminuyendo el nivel del agua turbia (enfermedad) y se empiezan a notar los problemas familiares que estaban “ocultos” por el agua turbia.

Rigidez: La familia pierde la flexibilidad a través del tiempo, siguiendo siempre los mismos patrones. La enfermedad del adicto hace que los roles familiares se rigidicen y que cada miembro quede encajonado en conductas repetitivas que siempre dan el mismo resultado. Esto dificulta que la familia tenga la flexibilidad para resolver problemas y caiga siempre en un patrón que no funciona.

El segundo paso es volver a establecer los puentes de comunicación, se debe de informar inmediatamente al resto de la familia la conducta del familiar adicto, sin miedo. Hay que aprender a separar los problemas familiares de la enfermedad del adicto. Lo que van a hacer es lo que se hace con todas las enfermedades, informar la sintomatología al resto de la familia. Con esto hacen un frente, evitando en parte la manipulación, el ocultamiento o la complicidad.

Pláticas frecuentes. La comunicación entre familiares es esencial, no dejen de comunicarse porque hayan pasado tres o seis meses, se debe de hacer constantemente. Es una enfermedad crónica. Hay que estar pendientes de cómo está el enfermo, qué está haciendo, qué está pasando, porque en cualquier momento contrapuntea, manipula, busca crear culpa o agrede. Por eso es importante que la familia siempre se comunique; sabemos por experiencia que una familia dividida es débil.

III.- Congruencia familiar

Congruencia - Estar de acuerdo o en armonía

Dentro del piensa chueco del adicto todo lo que vea como incongruente lo va a usar en contra de la familia. ¿A qué me refiero? Digamos que hay un familiar con problemas pulmonares.  Lo primero que se va a establecer es que nadie fume en la casa.  También se les va a pedir a los invitados que no fumen dentro de la casa. Hay una congruencia entre la enfermedad y las normas del resto de la familia.  Lo mismo se debe establecer cuando hay una persona con adicción.

No tener alcohol en la casa. Si ninguno más tiene problemas de adicción, nadie se va poner en contra de esta regla. Si hay alcohol en casa y alguien toma, el adicto inmediatamente lo va a utilizar en contra y como excusa para decir "pues yo también voy a tomar".  Acuérdense  que están lidiando con una enfermedad del cerebro, que se manifiesta con el piensa chueco.

La segunda regla es que los adolescentes no pueden tomar alcohol ni adentro ni afuera.  Estamos hablando de salud; sólo podrán tomar cuando su cerebro termine su desarrollo, para no afectarlo con neurotoxicidad.  Si alguien va a tomar en una fiesta o en un restaurante, por ningún motivo debe manejar.Si la familia inicia el proceso de contención es importante ser congruente.  Por ejemplo ¿qué van a hacer si uno o varios familiares son bebedores fuertes?  Si realmente no tienen problemas, no es difícil seguir esta regla de no tomar más de tres copas en 24 horas.

¿Qué se debe hacer en las comidas cuando hay invitados? En realidad nada, así como hay casas donde no se fuma, también se dice que es una casa donde no se bebe. Si ninguno de los invitados tiene la enfermedad no va a suceder absolutamente nada.   Sé que la idea les da vergüenza, pensar en hacer una comida y no ofrecer vino o algún tipo de alcohol.   Lo que se debe hacer es tener una gran variedad de sustitutos, hay varios tipos de bebidas diferentes que se pueden preparar sin alcohol, ofrecer varios tipos de jugos, ofrecer varios tipos de café. Hay que hacer énfasis en una buena comida y no, como antes, en tener gran variedad de alcohol. Cuando reciben a personas sin el padecimiento de adicción, no hay ningún problema, ni lo cuestionan, ni nada. Los que tengan problemas probablemente ya no quieran asistir a otra comida y, si es así, ¿para qué los quieren en casa? Es mejor que no asistan.

¿Qué pasa si quieren que el hijo reciba el tratamiento y el padre abusa del alcohol?  En realidad, es simple: lo único que tiene que hacer el padre es admitir que también tiene un problema y adherirse a las reglas de la casa.  A la hora de platicar, el hijo va a utilizar esto en contra y lo que el padre debe decir es: “primero empezamos contigo porque eres joven, después ya lo veremos conmigo”.

Todo esto lo va a ver el adicto y puede llegar a decir “por mí no tienen que hacer esto". La respuesta debe ser: “Sí lo tenemos que hacer, es una enfermedad y así es como se debe llevar”.

IV.- Las reglas de la casa

Reglas - El entendimiento de que hay principios o límites que gobiernan la conducta de una familia en casa

“O todos coludos o todos rabones”. ¿Cuántas reglas de la casa rompe el adicto y permite la familia que esto se siga repitiendo?  Llega a tal dimensión el problema que es muy frecuente que el resto de los familiares presente una queja continua: “¿por qué se lo permiten y a mí no?”.   El sentimiento es que no se actúa de manera justa o equitativa con todos.   

Cada familia tiene una serie de reglas propias que se aplican a todos los que conviven en la casa. Por ejemplo, la regla de avisar a dónde van, con quién van, a qué horas llegan, etc.  Esta regla la sigue tanto la abuela como los chiquillos de la casa.  Los adictos tienden a saltarse esta regla y cuando tratan de imponérsela brincan, “dicen que no es igual, que se les debe tratar diferente, que están coartando su libertad”, etc. Una persona con el cerebro sano, sin necesidad de la regla, en forma natural avisa a dónde va, es lógico, avisa por si algo sucede para que lo puedan localizar.  El adicto no desea avisar ni que se lo localice.  Lo va a pelear en forma continua hasta el cansancio.

La familia, sin el adicto, tiene que sentarse a ver cuáles son las reglas que se han establecido para todos, tanto para el papá como para la mamá y los hijos. No es gran cosa, simplemente es cuestión de aplicar el sentido común.

¿Se puede llegar a la casa intoxicado?

¿Se puede llegar a la casa a cualquier hora de la madrugada sin avisar?  ¿Se puede utilizar drogas dentro de la casa?

¿Se puede invitar a un desconocido a cenar?   

¿Se puede andar desnudo por toda la casa?

En fin, las reglas son varias, así que solamente nos vamos a centrar en las que tengan que ver con el padecimiento.

Una vez que quedan claras las reglas de la familia, se sientan con el adicto y le dicen cuáles son las reglas PARA TODOS sin excepción.  Por dar un ejemplo: está establecido que la hora de llegada a la casa es a las dos a.m. a más tardar, previo aviso de dónde se encuentran y con quién. Si la familia lo analiza, no existe ningún tipo de excusa para llegar más tarde. Siempre se puede llegar a tiempo. En ocasiones pueden llegar más tarde por un imprevisto, pero se debe avisar (se ponchó la llanta y estoy en x lugar) para que se pueda brindar ayuda.   Como vimos anteriormente, no se puede llegar a la casa intoxicado. El adicto no va a poder cumplir con estas reglas por su enfermedad. Primero, hay que hacérselo notar así y anticiparse.  “A las dos se cierra la casa para todos, a menos que haya un imprevisto. Si llegas tarde tienes que buscar dónde quedarte”.

En estas situaciones es cuando entra a jugar la enfermedad en la familia.  "¿Y si no lo dejo entrar y algo le pasa?"  Igual hay que actuar, hay que anticipar, el chiste es reconocer antes las dudas o preocupaciones.  El reconocimiento junto con la anticipación siempre da las alternativas.   Entonces, si hay mucha preocupación ¿cuál sería la alternativa?  Pueden ser varias y todas con el mismo propósito: buscar un lugar donde pueda llegar sin que interfiera con el proceso de la familia. Por ejemplo, un cuarto en el jardín, quedarse en la cochera del edificio, quedarse en un cuarto pagado fuera de la casa, etc. Si la familia busca la alternativa, siempre va a encontrar una con la que esté a gusto. Si ustedes lo piensan, se darán cuenta de que con esto evitan enfrentarse al adicto cuando está intoxicado, porque es muy molesto, rompe con la armonía de la casa y se torna muy agresivo.  La gran diferencia es que queda establecido desde antes para toda la familia. No es castigo, no es rechazo, simplemente es por el bienestar de la familia que no tiene por qué estar sufriendo las consecuencias de la enfermedad. Insisto, el manejo normal de una enfermedad física (no importa cuál) cuando está afectando a la familia, siempre es tomar medidas al respecto.   Entonces, se le debe hacer ver que las reglas de la casa son iguales para todos.

V.- Identificar el piensa chueco

Piensa chueco - forma enferma de sentir, pensar y actuar del adicto

¿Cómo diferenciar al piensa chueco del piensa sano? Si la persona no ha tenido tratamiento, todo lo que hace está coloreado por su piensa chueco. De acuerdo con el cuadro clínico que ya vimos, la familia debe hacer una lista del piensa chueco del adicto. La sintomatología (piensa chueco) tiende a ser repetitiva, no aprende de la experiencia volviendo a cometer el mismo error, sus reacciones emocionales son ilógicas, por ejemplo, reaccionar con agresión cuando se le quiere ayudar.  Solamente hay que escoger los síntomas más frecuentes. Esto es importante, porque igual que con cualquier otra enfermedad, usted aprende a leer la enfermedad de su familiar.  Como en el caso de un diabético, la familia sabe cuándo no está bien de “su azúcar” porque ha aprendido por experiencia los síntomas de la enfermedad.  El reconocimiento de los síntomas es un signo de alerta, tanto para la familia como para el familiar que tiene la adicción. Cuando una enfermedad está reconocida como tal, la familia no se abstiene de comentarle al enfermo sus síntomas. Igual debería ser con la adicción. Sé que de entrada esta idea no les parece porque ya han tenido la experiencia que el adicto reacciona de una forma desagradable. Lo que debe hacer la familia es sentarse con él y decirle. “Tienes una enfermedad física que ni tú ni nosotros podemos controlar, nos gustaría que tuvieras tratamiento pero también sabemos que la negación es parte de tu enfermedad”. Mientras tomas la decisión de sanar es responsabilidad de la familia hacerte consciente de tu piensa chueco”; sabemos que no te va a gustar, pero debes entender que esto es lo que se hace con cualquier enfermedad física. No es pleito, ni vamos a buscar pleito y esperamos que tomes una decisión pronto”.

VI.- No Engancharse

Figurativamente hablando, es una conducta con la que queda atrapado emocionalmente un familiar.  Cuando se enganchan con el adicto, ya ganó la enfermedad de la adicción.

Engancharse es una reacción emocional fuerte ante la conducta del adicto.  La mayoría de los enganches se producen por querer cambiar a la persona con el padecimiento. Ya se han dado cuenta a través del tiempo que no se puede cambiar a una persona cuando se trata de una enfermedad.  En este caso hay que seguir las siguientes reglas.

a - No tomarlo personalmente; cuando es un síntoma la conducta es igual con todos. Una persona cuando tiene tos va toser enfrente de cualquiera, con algunos tratará de hacerlo con toda discreción y con otros lo hará abiertamente, pero al final es lo mismo, estará tosiendo.  La deshonestidad del adicto, un síntoma que manejan con quien sea, es una de las conductas más frecuentes que se toman como afronta personal: “es que me mintió, es que me prometió, me dijo que no estaba usando, etc.”.  El familiar se siente engañado o traicionado cuando descubre la mentira. Se debe entender que el enganche comienza por una conducta específica del adicto, y que éstas son repetitivas.  Si identifican estas conductas y no se reacciona ante ellas están colaborando a NO perpetuar la enfermedad.

b.- Cada vez que reacciona agresivamente en forma impulsiva hay que decir esta simple frase: “No es pleito”, casi como mantra. Provocar a una persona para iniciar un pleito es una de las formas favoritas del adicto para terminar con algo que no le gusta.  Si hay pleito, engancha al familiar y con eso el adicto busca que no lo vuelvan a molestar.

c.- Revisar cómo se siente uno mismo. Si no están dispuestos, si les cuesta trabajo, si lo están pensando o si lo dudan, quiere decir que están enganchados con la enfermedad y si están enganchados con la enfermedad, ¿qué es lo que hay que revisar?

-Si están resentidos

-Si sienten culpa o si culpan a otros.

-Si se sienten responsables y saben que no actuaron como se debió haber hecho en su momento.

-Si hay familiares con abuso, por ejemplo, el padre, y se quiere hacer la intervención con el hijo.

-Por resentimientos, no sólo con el adicto sino también con otros familiares, por ejemplo, la esposa del adicto.

-Hay una complicidad muy seria con el adicto y sienten que se les va a descubrir.

-Tienen miedo de que el adicto vaya a hacer algo. Ejemplo: “es que si nosotros cambiamos las cosas en casa, algo va a suceder. Se va a poner más agresivo, o se va a ir de la casa.”

-Siguen minimizando, negando o racionalizando, tal y como lo hacen con el “piensa chueco”.

Hay muchas conductas de este tipo pero si se abren en familia, se va a responder como tal, pidiendo ayuda, buscando ayudar, solicitar que les marquen las fallas de las que no se dan cuenta, solucionar y enfrentar los problemas.  Inclusive el mismo familiar que lo hace puede no estar consciente de los problemas, pero al hablarlo en familia se le hace notar y se busca una alternativa para no caer en el enganche.

VII.- Dejar de ser cómplices

Es una persona que participa en el progreso de la enfermedad, aunque no forme parte en las acciones enfermas.

Deshonestidad: no decir las cosas, guardar cosas, no querer hablar enfrente del adicto, decirle algo bonito.

¿Qué hacer si el adicto no acepta las reglas generales de la casa? Si es dependiente, la solución es simple: "ya no hay dinero para ti". "Si necesitas ropa, útiles, etc., yo voy y te los compro pero no te vamos a dar dinero,  porque si lo hacemos nos convertimos en cómplices de tu enfermedad." Si es el padre y es el que da el dinero sabemos perfectamente que es al revés, si le dicen algo presiona con no dar dinero.  En estos casos la familia debe buscar asesoría inmediata con un especialista, porque la situación se maneja en forma diferente evaluando las opciones y alternativas de la familia.

No guardar secretos del adicto tanto en la conducta como en lo que verbaliza.  No encubrir, ni excusar, ni solucionarle las consecuencias de sus conductas enfermas.  No sólo es en la familia, muchas veces hablamos de la actuación de una novia, de una esposa, de una amistad. ¿Actúan todos de la misma manera? Nosotros vemos que hay diferencias en cómo se actúa. Muchas veces es conveniente hacer una reunión para ponerse de acuerdo entre todos en hasta qué punto y cómo se deben manejar esos aspectos.

VIII.- Mantenerse firmes

Estado emocional inflexible, sentirse seguros frente a la conducta enferma del adicto

Una enfermedad física no da pie a ser flexibles cuando esto implique perpetuar o ser cómplices, cuando se sabe que se trata de un padecimiento grave que puede llevar a la muerte o puede poner en peligro a uno o varios miembros de la familia.   La familia ya tiene la experiencia que es difícil mantenerse firme frente a un manipulador profesional, pero ¿qué tal frente a una persona enferma?   El enfoque que le dé la familia es esencial para mantenerse firme en las decisiones que toma. La familia debe apoyarse en estos aspectos formando un frente común ante el familiar con adicción.

IX.- No tomar decisiones que afecten a la familia

Afectación emocional que es el resultado o consecuencia de una acción.

Va de la mano con las acciones que más le molestan a la familia. La familia a través del tiempo se ha adaptado al piensa chueco y muchas de sus conductas enfermas le causan malestar emocional, tendiendo a irse a los extremos como, por ejemplo, no hacer nada al respecto o actuar exageradamente.  En cualquier contexto, los extremos no son buenos, por lo que es importante que la familia revise lo siguiente. Un ejemplo sería correrlo de la casa. Esta acción usualmente trae preocupación y culpa en la familia y el adicto sabe jugar muy bien la baraja de culpa, provocando que la familia se retracte de su acción. Es importante que la familia maneje límites que sean realistas y puedan llevarlos a cabo.

X.- Simple

Simple es algo que no es complicado y es fácil de entender o hacer

El piensa chueco del adicto tiende a complicar todo: pedir un permiso, acusar, buscar salirse con la suya, la forma de mostrar sus emociones, su conducta, las relaciones personales. Siempre es una maraña de complicaciones. La familia debe hacer el esfuerzo de simplificar todo lo que haga o diga el adicto. Por experiencia, ustedes han visto cómo revuelve y amalgama todo, envolviendo a la familia en esta forma de pensar.  La familia se convierte en un cerebro auxiliar para ayudarlo con la simplificación. El adicto insistirá en complicar las cosas manifestando sobre todo que no es así, que no entienden o que no se le comprende.  Hay que demostrarle que eso es parte de la enfermedad.  La piedra angular para simplificar es entender la adicción como una enfermedad.

XI.- Dar tiempo

Dar tiempo - No permitir el progreso de eventos con gran carga emocional.

Cuando al adicto se le suben las emociones, no hay forma de que pueda razonar o entender, cae en la visión en túnel sin ver alternativas. También es muy frecuente que con las emociones altas actúe impulsivamente y exprese sus resentimientos. La familia debe aprender a utilizar el tiempo fuera con el adicto.   En cuanto a los sentimientos, los adictos por excelencia tienen una pobre tolerancia emocional, ése es su talón de Aquiles. Entonces, hay que hacer  lo siguiente: cuando se les suben las emociones, vamos a decirles: “Como ya se te subieron las emociones, traes “piensa chueco”. Vamos a darte un tiempo para que se te bajen las emociones y luego volvemos a hablar”.  “Tú estás en desventaja y ya tienes la experiencia de discutir cuando estás así; lo único que sucede es que agredes y luego andas con la cola entre las patas pidiendo disculpas”. “No lo estamos haciendo para molestar sino todo lo contrario, es para ayudarte. “Vamos a esperar a que se te bajen las emociones, no es por mí, es para ti”. O bien pueden decir que es para ustedes darse el ‘tiempo fuera” para no engancharse. Claramente los adictos están en desventaja cuando están con las emociones altas, para qué dar pie a que escale la enfermedad.

XII.- La familia también requiere apoyo

Apoyarse - permitir que parte de la carga emocional familiar tenga un alivio

Durante todo ese tiempo, la familia no ha quedado sin heridas emocionales. Interactuar con un adicto sin tratamiento (activo) causa un serio desgaste emocional (estrés) que puede llevar a que se dispare una enfermedad. Es importante que también la familia inicie un proceso para ayudarse con el desgaste. Como primer paso, está asistir a algunos de los grupos de autoayuda como Alanon, Familias Anónimas, Adultos hijos de alcohólicos o Alateen.  Lo que van a descubrir en estos grupos es que no están solos, que los adictos de otras familias presentan el mismo cuadro clínico y van a poder hacer catarsis. Catarsis es poder expresar lo que uno siente con el propósito de liberar la presión emocional y sentirse mejor. Como segundo paso, pedir ayuda a un especialista en adicciones que los va a orientar, contestar a sus preguntas y detectar si no hay otra enfermedad.  Dentro de la interacción familiar es frecuente que haya algún familiar que presente la otra cara de la moneda. En vez de tener poca tolerancia emocional tienen hipertolerancia emocional. Como decimos aquí “aguantan trenes emocionales”. Esto se llama codependencia y lo que sucede es que presentan un tipo de conducta específica, provocando que ambos entablen una relación de dependencia, perpetuando la problemática. Es extenso este tema y hay varios libros escritos al respecto para las personas que muestren interés sobre la codependencia. Está dentro de los planes del programa “Con sentido común” escribir más adelante el libro.

Intervención familiar

Intervención - La acción de interferir con un padecimiento buscando mejorar la situación.

La intervención familiar es continua y por el resto de la vida del adicto, debido a que se trata de una enfermedad crónica.  Una vez que se prepara la familia con las 12 bases, debe mantener la contención.  Al familiar constantemente se le va a pedir que acuda a una valoración con el médico especialista en adicciones y al programa de los 12 pasos AA o NA.   

Estas son las preguntas más frecuentes que surgen durante el proceso.

¿Se trata de convencerlo? Como estamos hablando de una enfermedad, no se trata de convencimiento. Nosotros no convencemos a las personas para que vayan con el doctor.  Se trata de manejar hechos y de no permitir que las pláticas salgan del área de la medicina. Eso hacemos con todas las enfermedades. Si nosotros vemos a una persona que está tosiendo mucho, le decimos: “Oye, estás tosiendo mucho de noche, ya no me gusta la manera en que estás tosiendo”. Y la otra persona seguramente dice: “Ya se me pasará, debe ser por esto o por esto otro”. Pero entonces la familia en ese momento hace presión, le hace una cita con el médico y la llevan.  Pero con la adicción siempre caen en el error de tratar de convencer al enfermo.

¿Se trata de pelearse con ellos?  Tampoco se trata de pleitos, o de ver quién gana. No es una competencia, con eso no se gana absolutamente nada. Eso también lo vemos continuamente. Se trata de hacer presión tal y como se hace con otras enfermedades. Se trata de hacerlo simple, no hay que hacerlo complicado y se trata de poder hacer prevención con los hijos o nietos, como se hace con otras enfermedades.  Van a llegar y le van a decir: “La familia está preocupada. Creemos que tienes una enfermedad física, así que te vamos a llevar a consultar con el médico para que te haga una valoración.” Por supuesto, él va a decir que no lo necesita. Deben responderle: “Tú no eres médico, de modo que iremos con el especialista y él ya nos dirá si tienes o no una enfermedad. Además, sólo te estamos llevando a una valoración.” Hay que hacer presión y la persona acabará diciendo que sí.

¿Qué hacer cuando está intoxicado? Es cuando más alto está el piensa chueco, la familia ya tiene la experiencia de que no sirve de nada hablar con él. Lo mejor es evitarlo y esperar a que se le pase. En caso de ser una intoxicación severa (somnolencia, inconsciencia, no responde a estímulos, dice tonterías fuera de la realidad) y esto preocupa a los familiares, deben llevarlo a urgencias de un hospital.

¿Qué hacemos si se pone agresivo? Manejando el sentido común ¿qué haría usted si en otro lugar fuera de la casa o en la misma casa un desconocido se pone agresivo? Hay que evitarlo, salir del lugar donde se está para evitar un daño físico.  En caso de que esté muy violento, se le puede hablar a la policía o si sienten que está poniendo en peligro su vida o la de otros, también hay que hablar a la policía. No por tratarse de un familiar hay que tolerar acciones que puedan poner a la familia en peligro.

¿Qué hago si se va de la casa?  Hay que decirle antes de que se vaya que las puertas están abiertas, que no se le quiere correr y que, cuando lo desee, la familia estará presente para darle una mano.

¿Qué hago si siento que se va a hacer daño?  Mucha gente piensa que con sus propias palabras va a provocar que otra persona se haga daño. Pero si estamos hablando de una enfermedad física, ¿cómo las palabras de uno pueden tener el poder para que otra persona se haga daño? No es así, el adicto sí tiende a culpar, pero no es cierto.   Aun así hay que pedir ayuda a un especialista en adicciones para tranquilidad de la familia.    Con el sentido común, manejando los hechos y colocándolo dentro de la enfermedad, la pregunta que yo espero que todos los familiares se hagan es:  ¿Qué tan lejos están dispuestos a llegar cuando el adicto no quiere ninguna forma de tratamiento?

En realidad, como es una enfermedad, existen todos los pasos, incluido el paso máximo —cuando de plano la enfermedad hace que sea un peligro para sí mismo u otras personas— que es forzar el tratamiento. Hay lugares donde se puede forzar el tratamiento.

Inclusive, una decisión de la familia puede ser dejarlo y que continúe con el curso natural de la enfermedad. Me han tocado familias que han tomado esa decisión: “Ya no vamos a hacer nada, lo vamos a dejar que siga consumiendo y ni modo.” Hasta ese punto se llega, de decir que ya no quieren intervenir, que no quieren pleitos ni nada. “Que se quede en su cuarto, o lo mandamos a otra parte donde atiendan sus necesidades, le damos para sus drogas o su alcohol, y le pagamos a alguien que vaya a limpiar y que así siga hasta que se muera”. Son muchas las familias que prefieren tomar esta decisión.

Lo segundo que deben saber es que una vez que inicien su tratamiento hay que esperar recaídas. Es parte del proceso. El 95% de las personas  presenta una, dos o tres recaídas antes de encaminarse.  Ante una recaída no hay que permitirle que siga utilizando por un periodo largo, una recaída implica tomar nuevamente medidas rápidas para que no pase de unos días.  Esos tropiezos los vemos en la misma medida en todas las enfermedades crónicas.

¿Se le hacen exageradas las acciones? ¿No piensan en seguir las indicaciones porque creen que son exageradas, o sienten que les afecta su rutina? Si existe esta idea o sentimiento es muy importante platicarlo, porque el adicto lo percibe y de ahí se va a agarrar. No saben cuántas veces nos ha tocado que preparamos a toda la familia y, por ahí, algún familiar no acepta. Y el adicto se vale de esto para continuar utilizando, inclusive se va a vivir con el familiar. Claro que el familiar después de un tiempo de estar aguantando la enfermedad, lo manda a volar, pero ya tiró a la basura todo un proceso y hay que volver a empezar.

La familia ya tiene la experiencia de lo que no funciona. Claramente tiene una lista de conductas o acciones que ha llevado a cabo, que lo único que originan es un alargamiento de la enfermedad. La familia se debe reunir y revisar todo lo que han hecho que no sirve y hacer un listado, para darse cuenta de la inutilidad de lo que han hecho a lo largo de los años.

Cómo intervenir

¿Han visto cómo los niños tratan de manipular? Eso es típico de los adictos, comportarse como niños.

Hay que utilizar la experiencia de hechos pasados y decir “digas lo que digas, no cambia nada. Eso ya lo dijiste, esto ya lo hicimos. Solamente el tratamiento va a traer cambios”.

Muchas veces nos tocan pacientes que están en tratamiento como externos y van a los grupos de autoayuda, pero siguen utilizando, esto es indicación de que la enfermedad ya los rebasó. Y como con cualquier otra enfermedad, entonces tenemos que pensar en hospitalizarlo, es decir, llevarlo a una clínica especializada en adicciones. Es lo que se hace con el diabético, se le empieza a dar tratamiento pero si no se controla el azúcar, el médico dice que hay que hospitalizarlo, hacerle otros exámenes, tenerlo bajo supervisión constante. Lo mismo sucede en las adicciones, entonces hay que buscar una hospitalización.

Va a haber algunos que se nieguen, a pesar de todo. Pero no se preocupen, para esto también existe lo que se llama intervención en crisis, esta es una técnica llevada a cabo por un especialista en adicciones que prepara a la familia para llevar a cabo todo el proceso de internamiento.  Como se trata de una enfermedad, tenemos para considerar todas las etapas.   Acuérdense, se van a topar con el “piensa chueco” que tienen y se va a presentar la negación. La ayuda la verán como agresión. Van a decir que solos pueden, que ahorita no la va a dejar, que la controlan, que los problemas son de otro tipo. Dirán que tienen la razón, que no se les entiende y por eso reaccionan así, etc., etc. Esto ya lo han oído varias veces y hay que estar preparados. Reitero una vez más, no esperen que entiendan. Muchas veces se convierte en un reto llevarlos a una valoración.

Qué hacer una vez que entre a tratamiento

Los 3 factores que activan la enfermedad

1.- Utilizar alcohol y/o drogas,

2.- Memorias del uso y

3.- Emociones altas.

Previniendo las recaídas. Una vez que ya están en el proceso de rehabilitación o sobriedad hay tres factores que activan nuevamente la enfermedad, comprobado clínicamente.  El primero es el consumo de alcohol y/o drogas. Es por eso la regla de no volver a consumir, ni siquiera una copa y no importa cuánto tiempo haya pasado.  Muchos familiares por no hacer caso a esta indicación dicen: “pero si ya pasaron dos años, creo que ya puede tomar una copa”, con la autorización de la familia se toman una copa y se activa nuevamente la enfermedad con todo y compulsión.  Otros piensan que si el problema era la marihuana entonces no debería tener problema con el alcohol, pero no es así, todas las sustancias neurotóxicas activan la disfunción. Si toma alcohol, se le dispara la enfermedad y regresa a su sustancia de preferencia. INDICACIÓN: No puede volver a tomar alcohol y/o drogas.

El segundo factor son las memorias. Por lo tanto, es muy importante que cuando inicien su proceso de rehabilitación, sobre todo el primer año, no vayan a lugares de alto riesgo o estén con amistades de alto riesgo porque las memorias activan la disfunción. En la clínica les recomendamos a los familiares que si utilizaban en la casa, se debe modificar la decoración de los lugares donde utilizaba. Cambiar la decoración no es comprar nuevo, es cambiar todos los muebles de lugar. Esto también sirve para hacer una revisión.  INDICACIÓN: No puede acudir a lugares o estar con personas de alto riesgo

El tercer factor son las emociones.  La disfunción está en el área de las emociones, es por esta razón que presentan tanta dificultad al lidiar con las emociones. La acumulación de emociones sin resolver o las emociones altas activan la disfunción en el cerebro. Por esta razón se le pide que acuda diario a los grupos de AA o NA.  Así como en la diabetes hay que llevar a cabo un saneamiento diario de los alimentos, el adicto debe hacer un saneamiento diario de las emociones.   INDICACIÓN: debe acudir regularmente a grupos de autoayuda como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos.

Cerebros auxiliares en el proceso de sobriedad

Proveer ayuda suplementaria y apoyo mientras sana de sus funciones cerebrales.

Mientras van sanando, hay que darles una mano. Esto no quiere decir que hagan las cosas por ellos. Todas las funciones del lóbulo frontal están disminuidas en menor o mayor grado y es aquí donde entran los familiares a dar apoyo o ayuda, convirtiéndose en cerebros auxiliares.

Un cerebro auxiliar orienta, les dice si están en un error, les presenta otras alternativas si su juicio social no es el adecuado, les hace ver su piensa chueco, etc. El cerebro auxiliar no debe ser punitivo, esto solamente activa el síntoma de ver la ayuda como agresión y termina en pleito. Si un familiar está muy resentido, debe permitir que otro tome su lugar.  Tampoco se trata de seguir controlando, ya se vio que esto no funciona.

Respecto del teléfono celular, no es conveniente en un principio, sobre todo si se trata de adicción a alguna droga, porque el que proporciona la sustancia tiene el número de teléfono y ellos tienen el teléfono de los que venden droga, además del de las amistades que también tienen la enfermedad. Lo mejor es tirar esos números y cambiar de número del celular.

También pedimos que no se tomen decisiones mayores durante el primer año: divorcio, matrimonio, tener hijo, cambio de trabajo, ninguna decisión importante porque todavía está presente el “piensa chueco”. Hay que esperar a que esté el “piensa sano” para tomar decisiones, porque si se toman decisiones con el “piensa chueco”, como siempre, los resultados son malos.  Debe estar pendiente de las indicaciones del médico y que las cumpla. No puede vivir solo el primer año y tampoco es recomendable que tenga dinero en la bolsa. No se está pidiendo nada del otro mundo.  Esto se hace con todas las enfermedades cuando están convalecientes.   Es como si se tratara de una persona que tuvo un infarto.  ¿La dejarían ir a fiestas?, ¿la dejarían juntarse con adictos?, ¿le estarían dando una mano?, ¿la dejarían vivir sola?, ¿dejarían que hiciera las compras?, ¿la dejarían que estuviera atenta a los telefonazos?, ¿le pedirían que tome decisiones mayores? Muchas veces le digo a la familia que pueden verlo como si se tratara de un infarto emocional.

La recaída

Regresar a la enfermedad después de un periodo de mejoría.

Todas las enfermedades crónicas llevan el riesgo de recaídas. Solamente el 5% no vuelve a presentar una recaída en su vida.  De lo que va a tener cuidado la familia es que empiece a meter el piensa chueco en el tratamiento, porque es muy frecuente que lo haga.

¿Cómo se dan cuenta de eso? Va a empezar a querer terapear a la familia. Si él no es médico… no está especializado en adicciones. El hecho de que quiera terapear a la familia es otra manera de tratar de controlar o manipular a la familia. Por eso, cada vez que empiece a terapear, hay que hacerle ver que eso es “piensa chueco”.

Otra es querer modificar el programa, decirles a los familiares: “Ya no voy a ir a diario, voy a ir una vez a la semana. No es necesario”. La respuesta es: “Aquí están las indicaciones, esta es la rehabilitación y no la puedes llevar a tu manera”.

Otra es interpretar el programa y decir: “quiso decir esto, o lo otro”. Es como si yo leyera un libro de medicina y dijera: “el médico que escribió esto quiso decir otra cosa, no lo que está escrito ahí.” Esa es una interpretación y lo que está escrito está en blanco y negro. La respuesta es: “Déjate de cuentos y sigue las indicaciones tal cual”.

Aparece otra vez el tema del marciano y dicen: “es que conmigo tiene que ser diferente el programa”. No es cierto, el programa es igual para todos.

Creer que ya no hay problema porque se sienten bien. Eso pasa con todas las enfermedades crónicas. El diabético, el hipertenso, todos, llega un momento en que se sienten bien y ahí van otra vez y dejan las indicaciones. Y lo que pasa es que se sienten bien por haber estado siguiendo las indicaciones. Recuerden que la enfermedad es crónica, o sea que hay que seguir las indicaciones.

Seguir las indicaciones a medias. Si está siguiendo a medias las indicaciones, hay que avisar al terapeuta especializado o al padrino. Y si deja las indicaciones, es obvio, claro como el agua: está en proceso de recaída. Dejar las indicaciones es otra vez lo mismo, pensar que puede solo. Ya está otra vez con el “piensa chueco” al 100%. Ya está utilizando.

Hay que tener cuidado con las situaciones de aumento del estrés. Muchas veces la familia presenta situaciones de estrés: que un familiar se enfermó, o que en ese momento tuvieron que utilizar mucho dinero por una operación y no tienen dinero. En ese momento entra el estrés, es como si aumentara la fiebre y hay que aumentar la dosis de aspirina. Entonces, va a tener que dobletear grupos. Hay que decir: “ahora que está la familia teniendo problemas, sería bueno que fueras a dos grupos diarios.” Es decir, vamos a aumentar la aspirina para bajar la fiebre.

La ayuda en las adicciones

El equipo multidisciplinario

La adicción no es diferente en su trato a otras enfermedades físicas. Deben esperar siempre el mismo trato, como si fueran con especialistas de otras enfermedades.

Es una gran sorpresa para la familia saber que las adicciones se tratan igual que cualquier otra enfermedad física crónica.  Toda enfermedad física crónica siempre va a ser atendida por un equipo de profesionales de varias disciplinas, va a tener atención para todos los niveles económicos, va a tener programas de atención en todas las etapas de la enfermedad, va a tener programas para casos con dos o más enfermedades. Hay programas tanto para tratamiento externo como interno, programas de seguimiento durante la vida del paciente y el apoyo de otras especialidades médicas cuando hay complicaciones.

Equipo multi-disciplinario

- compañero de los 12 pasos

- padrino

- consejería en adicciones

- psicólogos especializados en adicciones

- médicos especializados en adicciones

- médicos psiquiatras especializados en adicciones

Clínicas

  • clínica con el programa de los 12 pasos institucionalizado

  • clínica con programa de terapia médico

  • clínica custodial

  • clínica no custodial

  • casa de medio camino

  • hospitales

Hasta el momento de escribir este libro no existe ningún medicamento eficaz para las adicciones, por lo tanto el proceso es 100% rehabilitación con terapia. Las terapias que han probado su efectividad por medio de estudios clínicos son, como base, la terapia grupal de autoayuda, como el programa de los 12 pasos de A.A. y N.A., acompañada de terapia Cognitiva o Gestalt, de grupo e individual.

La desintoxicación solamente es tratamiento para el síndrome de abstinencia; no es un tratamiento para la enfermedad de la adicción, como muchas personas creen.

Grupo de no profesionales

Tienen como requisito padecer la enfermedad de la adicción.

-Compañeros del programa de los 12 pasos que hacen intervenciones

Son adictos en rehabilitación, doble A’s con más de dos años de sobriedad que practican el doceavo paso, que es “pasar el mensaje”. Cuando se les solicita, ellos forman un grupo de dos a cinco personas para ir a hablar de su experiencia al adicto que aún está activo.  Esto lo hacen en forma gratuita y con gusto.

-Padrino de los 12 pasos

Adicto en rehabilitación que funciona como guía de los 12 pasos. Una vez que el adicto inicia el programa de los 12 pasos (AA, NA) es importante que le pida a un compañero con más de dos años de sobriedad que sea su padrino.  El padrino es esencial y funciona como guía y maestro dentro del programa.

Grupo Profesionales Especialistas en adicciones

Las siguientes disciplinas son profesionales y requieren haber completado un curso teórico-práctico de especialización en adicciones. Hay que tener cuidado con el tipo de curso, muchos dicen que han tomado cursos pero sólo son teóricos, que duran desde un fin de semana hasta unos meses y no incluyen práctica. Los buenos cursos de especialización son en clínicas de adicciones, donde el programa es tanto teórico como práctico y tienen al menos un año de duración.

El médico especializado - Así como hay una gran dificultad por parte de las personas en general para entender la enfermedad, lo mismo sucede con la mayoría de los médicos.   Salen capacitados para tratar los daños causados por el uso de sustancias, mas no para hacer un diagnóstico o dar tratamiento. La razón es que cuando estudian medicina, psiquiatría es una de las materias que reciben poco tiempo y si llegan a recibir más de dos horas para explicar las adicciones se podría decir que son afortunados. Entonces, no salen preparados. Esto lo pueden constatar los familiares de adictos que, durante el camino buscando ayuda, se encuentran con muchos médicos que no saben. Aparte, también los médicos se enferman, hay muchos que abusan del alcohol, con la enfermedad de la adicción, antisociales, etc. Entonces, si tenemos un médico psiquiatra con la enfermedad de la adicción, igual que el resto de los adictos tiene la misma sintomatología. Eso implica que va a decir que no es una enfermedad, que la marihuana no hace daño, que él si la controla, etc. Los médicos son los más difíciles para dejarse tratar. Usted y su familia ya tienen el conocimiento del cuadro clínico básico de la enfermedad, si se encuentran con un médico que presenta la sintomatología, hay que dejarlo inmediatamente y buscar otro.

Si hoy en día decimos “lo vamos a llevar con el psiquiatra” es como decir que lo vamos a llevar con el médico general. El psiquiatra, cuando termina su especialidad, es sobre psiquiatría general. Es importante que cuando se lleve al adicto con un psiquiatra, que éste sea un especialista en adicciones.  Es lo mismo con las otras especialidades de medicina. ¿Si la persona tiene un problema de corazón, con quién la van a llevar?, ¿con el ortopedista? ¿Con el hipnotista? Lo van a llevar con el cardiólogo.  No se sientan incómodos por preguntar al médico por sus credenciales y su experiencia. Es muy importante porque muchos dicen que sí tratan a adictos, pero hay que saber a cuántos ha tratado, desde cuándo, con qué resultados.

Si no se sienten a gusto o algo “no les convence”, no duden en pedir una segunda o tercera opinión.

La familia está en todo su derecho de saber cuál es el diagnóstico, la evolución, el tratamiento y el pronóstico. Tengan cuidado con el especialista que no incluya a la familia.  En medicina siempre tratamos de apoyarnos en la familia para obtener información del paciente, darle las indicaciones y contestar a sus preguntas.

Al seguir tratamiento como externo, en cuestión de tres meses debe haber una mejoría clara. Si las cosas siguen igual, algo está pasando y hay que consultarlo con el médico.

Problemas con la inexperiencia. Si el médico no sabe y la enfermedad está en sus inicios, no va a poder hacer un diagnóstico. Eso solamente lo puede hacer el médico especialista y con experiencia. Muchos pacientes han venido con nosotros y les pudimos hacer un diagnóstico temprano de la adicción. Como la reacción usual es molestarse, se fueron con otro médico que les dijo que no tenían problemas. Años después, regresan con nosotros con la enfermedad ya avanzada y con muchas pérdidas.  Cuando la enfermedad ha avanzado considerablemente, decimos que hasta la cocinera hace el diagnóstico, pero el problema lo tenemos cuando inicia la enfermedad.

Si el médico no da la indicación precisa de asistir a grupos de AA o NA, no sabe de adicciones. Dentro de la sintomatología del adicto hay síntomas que solamente sanan en grupo, no individualmente. El problema del adicto es que la sintomatología funciona en contra.  Si se va con un terapeuta y es de esos que les da terapia individual sin incluir los grupos, el adicto le va a dar unas bailadas impresionantes y los malos van a ser los familiares.

El médico debe buscar que el paciente sane para que resuelva sus problemas, no es él quien resuelve los problemas del paciente diciéndole qué debe hacer, ni trata de dirigir su vida. Este tipo de médicos causa dependencia y solamente logra alienar al resto de la familia.

Una vez que el paciente está con el médico apropiado, no pierdan la comunicación, acuérdense que el adicto tarda años en sanar y, mientras tanto, seguirá tratando de manipular, distorsionar información del médico, etc. Cada vez que tengan alguna duda no titubeen en hablar y preguntarle al médico.

Cuando una persona está utilizando sustancias (está activa) el único diagnóstico que se puede establecer es el de uso de sustancias, no se puede dar ningún otro tipo de diagnóstico porque el uso de sustancias enmascara o simula otro tipo de enfermedades.  En la clínica nos esperamos unos 10 días después de que no haya utilizado ninguna sustancia para empezar a evaluar, establecer o diferenciar otras enfermedades, si es el caso.  Entonces nos encontramos con que muchas enfermedades que al parecer son evidentes, como por ejemplo una depresión, en cuestión de una semana desaparecen o, al contrario, se hacen notorias.

El psicólogo especializado - Un buen psicólogo especialista en adicciones siempre trabaja en grupo y tiene el apoyo de uno o varios médicos.

Es frecuente confundir entre psicólogo y médico terapeuta, sobre todo por referirse a ambos como doctores.  La gran diferencia no es, como dicen algunos, que uno puede recetar y el otro no. La gran diferencia simplemente son las carreras: uno es psicólogo y el otro es médico.  Como estamos en un área de enfermedades físicas, un buen psicólogo clínico, aparte de su especialización en adicciones, debe trabajar con el apoyo de médicos.  Si el psicólogo nunca pide una valoración en conjunto con un médico especialista, esto habla de un profesional prepotente.  También, a diferencia de la medicina en la que hay una sola escuela, la psicología funciona con diferentes tipos de escuelas o corrientes, muchas inclusive de la edad de los picapiedra, que sostienen que la adicción no es una enfermedad, a pesar de las toneladas de estudios clínicos que hay hoy en día.  Así que no duden en preguntar y exigir información.  Un buen psicólogo jamás tendrá problemas para contestar a sus preguntas.

Consejero en adicciones - Adicto rehabilitado con estudios.

Hoy en día el médico se apoya mucho en los consejeros en adicciones, por la cantidad de trabajo que hay.  El consejero es un adicto que, después de dos años de sobriedad como mínimo, toma un curso  teórico-práctico de por lo menos un año en una institución especializada en adicciones.  El consejero,  en la mayoría de las ocasiones, trabaja en una clínica aparte de su consultorio. Hay que tener cuidado con los consejeros que trabajan por su cuenta sin ningún tipo de apoyo.

Las Clínicas

La mayoría de las clínicas tienen un programa para internos que usualmente fluctúa entre cuatro a seis semanas de tratamiento.  El paciente que llega a una clínica para internamiento es aquel que ya hizo el intento en un tratamiento externo y no le ha dado resultados. Es el paciente cuya enfermedad ha avanzado a un grado tal que ya requiere internamiento y también el paciente que presenta dos enfermedades (dual).  Hay dos tipos de clínica, la clínica custodial que implica que hay un cuidado las 24 horas y donde están internados hasta completar el tratamiento y las clínicas no custodiales donde no hay un cuidado las 24 horas y pueden salir cuando lo deseen. Al igual que con las profesiones, hay que tener cuidado porque hay muchas clínicas “patito”.  Una buena clínica de adicciones va a contar siempre con un equipo profesional especializado multidisciplinario.

Clínica con el programa de los 12 pasos institucionalizado - La mayoría de las clínicas utilizan el programa de los 12 pasos institucionalizado. Trabajan con el programa de los 12 pasos A.A. / N.A.  Principalmente van a trabajar con el primer paso y enseñar lo que es el resto del programa y son no custodiales.

Clínica con programa médico - Son pocas las clínicas de este tipo, donde se lleva un programa médico psicoterapéutico intensivo. Consiste en psicoterapia cognitiva de grupo e introducción al programa de los doce pasos. Este es el programa que sigue la Clínica Cantú.

Clínica Custodial - Un hospital psiquiátrico con programa para adictos es un buen ejemplo de lo que es una clínica custodial. En estas clínicas usualmente hay pacientes duales con riesgo suicida, con enfermedades psicóticas o con síndrome cerebral orgánico.   

Existen también clínicas custodiales llamadas grupos AA de 24 horas, donde se interna al paciente por la fuerza y está un mínimo de tres meses sin poder salir.  En este tipo de clínicas es muy importante averiguar que no se le maltrate.  Estas clínicas no tienen costo y solamente viven de cooperaciones.

Casa de medio camino - Estas lugares son un paso intermedio entre la clínica y la casa.  Muchos pacientes, por las características de su enfermedad, requieren un tratamiento a largo plazo que va de 6 meses a dos años.  Viven en la casa de medio camino y durante la estancia salen a estudiar o a trabajar.

Los hospitales solamente ofrecen tratamiento para desintoxicar. Yo siempre recomiendo a los familiares que cuando es necesaria una desintoxicación, lo lleven a un hospital general, porque hay una pequeña cantidad de pacientes que tienen complicaciones durante la desintoxicación y solamente un hospital está capacitado para tratarlas.

Deben tener cuidado con los terapeutas que mandan a sus pacientes a clínicas solamente porque obtienen dinero a cambio (lo esconden sin avisar a la familia) y también cuidado con las clínicas que dan dinero a quienes les envían pacientes. Esto no es ético, porque el pago por envío sale de la bolsa de los familiares y —créanme— es una cantidad considerable.   Un buen médico les debe ofrecer por lo menos dos alternativas de clínicas.

La entrevista médica 

Consiste en un examen mental que está basado en preguntas específicas sobre la enfermedad. Se busca detectar la sintomatología, el avance de la enfermedad y diagnósticos a corroborar o descartar, en caso que haya datos de un segundo padecimiento.

En medicina la valoración clínica es esencial para establecer un primer diagnóstico, que nos va a dictar el rumbo a seguir.

  Hay dos tipos de pacientes que llegan a la entrevista:

El primero es el paciente que por primera vez acude a una valoración, no ha ido a grupo o ha ido en un par de ocasiones a grupos de autoayuda, no ha recibido ningún tipo de tratamiento previo específico para la adicción y la familia no tiene casi nada de experiencia.

El paciente con la enfermedad de abuso de alcohol y/o uso de drogas no llega a su cita de valoración médica con la ansiedad anticipatoria de que se le pueda ayudar. Llega molesto, resentido y debido a la sintomatología,  tiende a ver la ayuda como una agresión.

Dentro de su piensa chueco viene con la firme intención de demostrar que no está mal y negando la enfermedad, ya sea diciendo que no la tiene o que no existe, buscando algún pretexto para entrar en discusión con el médico y siempre culpando a los demás.  Una vez que se establece el diagnóstico, se siente engañado y sus respuestas más comunes son, palabras más, palabras menos:

-“¿Cómo es posible que me haga el diagnóstico de adicción si ni me conoce?”

-“¿Cómo es posible que haga el diagnóstico en 20 minutos sin pruebas?”

-Va a insistir una y otra vez en la cantidad y la frecuencia de uso de la sustancia para defender su postura, que nada tiene que ver para hacer el diagnóstico médico.

-Va decir que él solo puede, a pesar de que anteriormente ha demostrado que no puede.

-Que no se queda internado porque tiene muchos pendientes.

-No escucha lo que se le dice y lo vuelve a repetir.

-Se va a comparar con otros para minimizar su enfermedad.

La razón por la cual podemos anticipar lo que dice es porque es parte de la sintomatología. En medicina queda establecida la sintomatología de un cuadro clínico para poder hacer un diagnóstico.  Es importante que la familia entienda esto porque el paciente con adicción solamente bajo presión acepta un tratamiento. Solo no va a comprender o recapacitar que es en su mejor interés aceptar un tratamiento para sanar de su piensa chueco. Este paciente usualmente no acepta el tratamiento.  Por esta razón es tan importante que la familia llegue preparada con algo de experiencia e información acerca del padecimiento, cuando se trata de una primera entrevista. Es uno de los propósitos de este libro, informar a la familia los pasos a seguir antes de la primera valoración.

El segundo tipo de paciente es el que ya ha tenido la experiencia de otros tratamientos y no es tan complicado que acepte la ayuda a menos que esté muy avanzada su enfermedad y exista mucho deterioro cerebral.

Prevención en los adolescentes

Un programa para la familia

Como familia ¿se han preguntado cuánto de su tiempo le dedican a la prevención de las adicciones?

Esta sección la incluyo por las varias razones. Tenemos por experiencia en la clínica que cuando el paciente es renuente al tratamiento, el hecho de iniciar con la prevención en los hijos sirve también como parte del proceso de unificación de criterios.  Segundo, hay un factor hereditario y tercero, cuando los adolescentes aprenden también ayudan en el proceso de contención evitando el progreso de la enfermedad y formación de resentimientos por parte de los hijos.

Por sus conocimientos y experiencia, las familias tienen las bases para llevar a cabo la prevención de enfermedades consideradas como las más frecuentes o de mayor incidencia.    Por ejemplo, las infecciones son muy frecuentes. La prevención que se lleva a cabo es que se laven las manos, que se bañen, que hay que cocer bien los alimentos, no comprar alimentos o dulces de la calle, etc.   Estos mensajes se transmiten en forma repetitiva y se mantienen a través del tiempo.  Otro ejemplo serían las caries. Se les pide a los niños que se laven los dientes y se está encima de ellos para que lo hagan.   La prevención consiste en transmitir mensajes simples y repetitivos que llevan hacia una acción y que con el tiempo se transforman en una costumbre.

Vamos a desglosar los factores que deben constituir un programa de prevención.

-Primero: la familia tiene el conocimiento de la enfermedad, por aprendizaje y por experiencia.

-Segundo: el mensaje de prevención debe ser simple, repetitivo y continuo.

-Tercero: Se debe llevar a cabo tanto en la familia como en las escuelas y, si las escuelas no lo hacen, se les debe exigir.

-Cuarto: los médicos y el gobierno deben participar en campañas de prevención.

El abuso de alcohol y el uso de drogas son una enfermedad frecuente. Pero mientras no se consideren como enfermedades físicas, la prevención no funciona

-por más pláticas que se den en la escuela,

-por más mensajes que dé la familia,

-por más programas de prevención que dé el gobierno,

-por más intervenciones médicas que se hagan.

Los hechos demuestran que se está en pañales ante una enfermedad grave y común.

Qué se busca prevenir en los adolescentes

  1. 1.- Prevenir daño al cerebro: en el caso de los adolescentes, se evita que lesionen o entorpezcan el desarrollo de las funciones cerebrales del lóbulo frontal.   

  2. 2.- Prevenir accidentes, tanto automovilísticos como de otro tipo.   

  3. 3.- Prevenir otras enfermedades mentales. Si una persona tiene un componente hereditario y empieza a consumir una sustancia neurotóxica, va a provocar que se active otro tipo de enfermedades como la esquizofrenia.

  4. 4.- Prevenir otras enfermedades.  Por ejemplo, gastritis, una hepatitis alcohólica o pancreatitis por abuso de alcohol.

  5. 5.- Prevenir la enfermedad de la adicción, si existe el componente hereditario.

  6. 6.- Prevenir que se expongan a situaciones de riesgo. Los adolescentes son un blanco fácil y esto es evitar pleitos, ir a lugares peligrosos, etc.

  7. 7.- Prevenir muertes: cuando una enfermedad implica peligro de muerte, estamos hablando de una enfermedad grave.  La muerte de un hijo es el mayor estresor (dolor emocional) que existe.

  8. 8.- Prevenir embarazos y abortos: si las jóvenes dañan su lóbulo frontal, afectan el control de impulsos y el juicio.  Es muy fácil que tengan relaciones sexuales a edad temprana y salgan embarazadas.  La mayoría de las ocasiones buscan hacerse el aborto sin avisar a los padres.

  9. 9.- Prevenir enfermedades sexuales: la promiscuidad aumenta la probabilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

  10. 10.- Prevención de conflictos emocionales severos en la familia: resentimientos, peleas, angustias, etc.

  11. 11.- Prevención de conflictos legales: actos antisociales que infringen las leyes.

  12. 12.- Prevención de bajo rendimiento en los estudios: bajas calificaciones, perder años.

  13. 13.- Prevención de conflictos sociales: ser rechazados o perder amistades.

Honestamente, ¿se les hace poco lo que se busca prevenir?

Mi experiencia de 25 años me ha permitido a lo largo del tiempo observar de cerca a familias en las que uno de los padres es un adicto rehabilitado y que llevaron a cabo una prevención con sus hijos, al igual me ha tocado ver familias que no lo hicieron.  Esta experiencia me ha confirmado que la prevención sí funciona.

Sentido común, hechos y medicina

Para cuando usted hable con sus hijos adolescentes o pre adolescentes, seguro que ya escucharon varias pláticas en la escuela acerca de las adicciones. Si usted les pregunta qué les dejaron de enseñanza, se va a dar cuenta que las moralizaron, que fueron aburridas, que les dijeron qué se sentía con cada droga, que las diferentes pláticas no coincidían porque cada quien tiene diferentes teorías y que los querían asustar. En otras palabras, les entró por un oído y les salió por el otro.  La próxima pregunta sería qué han oído fuera de la escuela y les aseguro que van a constatar lo que ya vimos: que es el piensa chueco de los adictos.  Esto es lo que ya tienen en sus manos y, si usted recuerda, no es tan diferente de lo que usted aprendió y oyó.

Con los adolescentes vamos a seguir por el mismo camino.  Van a hablar con sus hijos de los hechos, ellos van a poder comprobar que lo que ustedes les dicen es cierto. Así, van poder discernir lo que son charlatanerías y no le harán caso al montón de teorías absurdas. Los van a llevar de la mano a practicar y desarrollar el sentido común en lo que respecta a las adicciones y les debe quedar claro que lo que está en riesgo es su salud buscando evitar que se enfermen, manteniéndolo siempre dentro del campo de la medicina.

De qué herramientas se van a valer:

  • • La salud de su cerebro (medicina)

  • • Extrapolar con otras enfermedades (medicina)

  • • Dar ejemplos que se puedan corroborar (hechos)

  • • Hablar de los escenarios a los que se pueda enfrentar y qué hacer en

        esos casos (técnicas de resistencia)

  • • Con sentido común, anular el piensa chueco

  • • Pláticas simples y continuas (sentido común)

  • • Sumar a lo que ya aprendieron (nuevo aprendizaje)

El desarrollo del cerebro en los adolescentes

Preadolescentes y Adolescentes

La adolescencia es una etapa difícil y los adolescentes creen que nada les va a pasar.  Están en esa etapa intermedia en la que se genera mucho estrés y todavía falta el desarrollo completo de las conexiones hacia el lóbulo frontal, que son necesarias para funcionar como adultos.  Ser adolescente es una combinación de tener aún conductas de niño y el deseo de actuar como adultos.  Esta mezcla por sí sola es un cóctel explosivo y, si además le añadimos a un cerebro inmaduro el efecto de las sustancias neurotóxicas que afectan las conexiones cerebrales, ¿cuál creen que será el desenlace?  Ustedes ya tienen la experiencia de haber sido adolescentes y saben a qué me refiero.

Como habíamos visto anteriormente, el alcohol y las drogas son anestésicos Para los adolescentes, las bebidas con alcohol y/o las drogas se convierten en “pócimas” maravillosas que les dan una seguridad falsa para enfrentar los problemas del mundo. Si ustedes les preguntan cómo ven el alcohol, la mayoría va a expresar que es una sustancia que los lleva a una mayor diversión y que ya son lo suficientemente “grandes como para tomar”.   

El hecho de no poder consumir alcohol antes de los 18 años —y en Estados Unidos antes de los 21 años— lo ven como una regla absurda que impuso el gobierno y que solamente se aplica afuera de la casa, porque dentro de la casa sí se puede ingerir alcohol.  No se ve jamás como una regla para proteger su salud y, si la familia impone esta regla en casa, también se ve mal.  Entonces, en su manera de pensar, si es absurda... no tiene caso obedecerla, solamente tienen que cuidarse para que no los descubran.  Las familias que permiten que sus hijos preadolescentes o adolescentes tomen, se ven como "a todo dar" y como ejemplo a seguir.

Imagínese una niña de 14 años que ya aparenta tener 18, va a una discoteca, empieza a tomar alcohol afectando las funciones que ya mencioné y, además, se topa con un pelagartón de 28 años. ¿Ustedes creen que no es un blanco fácil esta niña? La pregunta es, también, ¿por qué la dejaron ir en primer lugar a lo que es un lugar solo para adultos?  Otra vez, ¿dónde está el sentido común?

SIMPLE - El abuso del alcohol y el uso de drogas en un cerebro en desarrollo causan mucho daño, lesiona las conexiones que se están formando.

SIMPLE - ¿Acaso no se requiere un cerebro ya maduro para poder enfrentar la responsabilidad de consumir una sustancia que afecta las funciones del cerebro?

La salud del cerebro 

Antes que nada, es muy importante que el adolescente entienda que el desarrollo de su cerebro  termina alrededor de los 21 años.  Esto no es difícil, solamente tienen que utilizar ejemplos de cómo se van desarrollando las diferentes funciones del lóbulo frontal, tal y como hicimos antes.

Empiecen por algo sencillo y pregúntenles cómo es el control de impulsos para hacer popó:

  • •cuando nacen - no hay ningún control

  • •cuando tienen dos años - empiezan a controlar los esfínteres

  • •cuando tienen 6 años - aún les puede fallar, sobre todo si tienen diarrea

  • •cuando tienen 12 años - ya lo manejan con su responsabilidad y es una lata cuando uno está feliz jugando

  • •cuando tienen 16 años - ¿qué pasaría si se te sale un aire delante de una niña que te gusta? Ya empieza a jugar un papel importante la vergüenza. Tienes que ir al baño en la casa de tu novia y tienes diarrea, ¿cómo te sientes?

  • •cuando tienen 21 años - ya hay mucha experiencia y saben manejarse dentro de todos los contextos. Ahora, si hay una falla de los 6 años en adelante, es obvio que nos está alertando de que algo no está bien. Nos está hablando de una enfermedad.

Esto lo pueden hacer con varios ejemplos, como si fuera un juego para razonar y obtener la respuesta adecuada. Con los diferentes ejemplos les va quedar muy claro cómo se va desarrollando el cerebro y que por eso es muy importante cuidarlo.

Más ejemplos:

El control de impulsos de sentir coraje y querer agredir: otra vez, cómo va cambiando con las diferentes edades.

Aprender matemáticas: Si se le enseña cálculo a un niño de 6 años, ¿tendrá su cerebro esa capacidad? Se van enseñando las diferentes matemáticas de acuerdo con el desarrollo del cerebro.

La responsabilidad de casarse.

La responsabilidad de tener sexo.

El manejo de la atención en las diferentes edades.

En fin, los ejemplos son abundantes y variados, ustedes utilicen su iniciativa e imaginación para pensar en diferentes ejemplos.

Al mismo tiempo, les van a explicar que el alcohol y las drogas son neurotóxicas y afectan principalmente las conexiones entre las neuronas.  En un cerebro en desarrollo, romper esas conexiones sería retroceder emocionalmente.  Aquí utilice hechos dando como ejemplo a amistades a las que ya les ha sucedido. Ellos ya han visto a adultos tomar alcohol, que observen qué les sucede al tomar copas, qué empieza a pasar con todas las funciones del cuerpo y explíquenles que esto sucede por la toxicidad del alcohol en las funciones del cerebro.

Como les he venido comentando, no es fácil asimilar que se trata de una enfermedad física. Por lo tanto, es válido hacer comparaciones con otras enfermedades crónicas sobre las que no hay duda que son padecimientos físicos.

El mensaje que se debe mandar es el de prevención de un padecimiento, no la prevención de un síntoma.  Con referencia a la diabetes y la tuberculosis, que se entienden como enfermedades físicas, su sintomatología, su evolución y procesos de rehabilitación, las campañas sí muestran logros.  En la diabetes, el problema es una disfunción en el páncreas y sabemos que el sobrepeso es lo que nos puede disparar una diabetes, así que la prevención va dirigida a mantener un peso saludable.  En la tuberculosis, sabemos que es una infección del pulmón y es del tipo de infecciones para el que se puede crear inmunidad, así que se previene con vacunas.  Sabiendo entonces que con el abuso hay un daño a las funciones cerebrales y en la adicción encontramos una disfunción en el cerebro, ¿cómo llevaría a cabo su campaña de prevención?

Padres con una mente brillante

¡Qué terrible es ser un adulto que cree que sabe, pero lo que tiene son las ideas del piensa chueco de los adictos!   A partir de esta base se les ocurren “ideas brillantes” buscando la aprobación de los hijos como un padre o madre a la moda o, peor tantito, buscan ser sus amigos que “entienden la mentalidad de los adolescentes”.  Como se ha visto, se trata de entender una mente que aún está en desarrollo.  Utilizando el sentido común, vamos a ver unos cuantos ejemplos de estas mentes brillantes.

Ideas brillantes sobre las fiestas de los adolescentes son padres que deciden:“Permitir que nuestros hijos adolescentes vayan a fiestas donde sabemos que van a consumir alcohol y les vamos a dar las llaves del coche”.    “Vamos a permitir que nuestros hijos adolescentes puedan consumir alcohol en su fiesta, porque nosotros vamos a estar presentes”.    Sentido Común: ¿cuántos de ellos ya manejan y salen intoxicados? Si están intoxicados ¿no es fácil que se peleen? ¿No se aumentan considerablemente las probabilidades de un accidente?

Hechos: Por si no se habían dado cuenta desde antes, ustedes van a ser responsables de lo que suceda, solamente por el hecho de autorizar el tomar alcohol son responsables y ¿qué tal si llega a suceder algún accidente? ¿Qué tal si una jovencita o joven fallece?

Mente brillante - "Si se van a emborrachar, mejor que sea en la casa, así los podemos vigilar". “Es mejor que se queden tirados aquí adentro y no allá afuera”.  Al emborracharse en la casa, le están haciendo un daño al cerebro y los padres están viendo cómo se dañan.  ¡Qué simpático observar cómo la toxicidad del alcohol va afectando las funciones cerebrales de sus hijos!

Mente brillante: “A nuestros hijos adolescentes hay que dejarlos solos, para que empiecen a valerse por sí mismos”.     Ni en la naturaleza vemos que esto suceda en especies que tienen pocas crías y que tiene que ver con la maduración cerebral. Solamente se les deja valerse por sí mismos cuando las especies tienen innumerables crías y se pretende que algunos cuantos sobrevivan.  ¿Ustedes tienen innumerables hijos e hijas para dejarlos que se valgan por sí mismos?   Al adolescente sí hay que permitirle que vaya aprendiendo pero con apoyo y supervisión. El adolescente no madura a trancazos; el cerebro sigue su propio proceso de maduración y mucha gente se imagina que si los sueltan a los 14 años y los dejan ya salir a la calle, esto los va a ayudar a madurar. ¡Oh sorpresa!, resulta que no, tienen 14 años y si no los supervisan van a querer emular a los adultos sin estar equipados mentalmente.   ¿Qué creen que van a hacer o qué creen que puede suceder si los dejan solos en una casa donde pueden estar consumiendo alcohol?

Mente brillante: “Vamos a dejar a nuestras hijas adolescentes ir a antros y discotecas, que son negocios para adultos diseñados específicamente para beber alcohol”. Las discotecas y antros no son salones de baile, no son lugares para ir a platicar, son para ir a beber.

Mente brillante: “Déjalos en paz, no les hagas caso, al cabo es la etapa de la adolescencia.”  Cuántas veces han visto que cuando un adolescente presenta continuamente una conducta no aceptable, lo toman como algo normal y oímos a la mente brillante decir: “no se preocupen, es una etapa y ya se le pasará”.  Si un adulto empieza a tener conflictos con la familia, lo primero que se hace es tratar de encontrar la razón. Sin embargo, cuando se trata de un adolescente, lo toman como una fase y dicen "así son, es parte de ser adolescente" y no les hacen caso. ¿Por qué no se les da el mismo trato a los adolescentes en cuestión de salud mental?  No es cierto que todos los adolescentes tengan problemas continuos con la familia.  Si hay problemas y éstos se solucionan, se aprende de la experiencia para anticipar y no repetirlos.   La alarma se debe activar cuando los problemas son continuos y no aprenden de la experiencia.  Eso es lo que ya no encaja.  Entonces, si tenemos un adolescente que tiene conflictos continuos, igual que si se tratara de un adulto, vamos a buscar ayuda.

Mente brillante: “Dejar a los hijos adolescentes tomar alcohol para que aprendan a beber”    Tengo entendido que aprenden a beber cuando dejan la mamila y  toman del vaso.  Entonces, ¿dónde está el supuesto aprendizaje de beber?  El alcohol se bebe, va al estómago, del estómago pasa al torrente sanguíneo y de ahí se va directo al cerebro. ¿Qué es lo que se aprende o se controla? No podemos hacer nada para controlar la sustancia y sus efectos, eso les sucede a todas las personas.

Mente brillante: La otra cosa que hacen es que los dejan tomar pero si se emborrachan, los castigan. “Si tú llegas borracho te voy a castigar”. ¡Sorpresa! Sucede a pesar de avisarles y le dicen: "llegaste borracho anoche y ahora estás castigado, no vas a poder salir durante tres meses".  Claro está que el adolescente aprende entonces a ocultar que está tomado.

Mente brillante:   Les preocupan, sobre todo, las drogas. “No hay problema que tomen, el problema es si se drogan”. ¿Acaso el alcohol no es también una droga? Es exactamente lo mismo; si tienen miedo de que se droguen también deberían tener miedo de que tomen alcohol porque es exactamente lo mismo. Es frecuente ver que las familias no se preocupan aunque los hijos ya están teniendo problemas con el alcohol y más adelante se enteran que también están consumiendo cocaína y reaccionan horrorizados. ¿No es ilógico?

Platicando con los adolescentes

Como ya sabemos, el adolescente adquiere las creencias falsas del piensa chueco del adicto. La manera de enfrentarlo siempre es con sentido común.   Vamos a utilizar como ejemplo a los marihuanos, cuya característica es que defienden su sustancia como gato patas arriba, ¿cómo se les debe responder?

Lo primero que dicen de la marihuana es: “No hace daño, es natural.” Sí, es cierto que la marihuana es natural, pero ¿de dónde sacan la idea de que por ser natural no hace daño? Gracias a su piensa chueco, han oído que muchos productos comestibles por ser naturales son más sanos y esto es lo que aplican a la marihuana.   Si ustedes lo analizan, no tiene lógica.  Veamos, la caca es natural, ¿por qué no se la fuman?, también hay venenos naturales y muy tóxicos. ¿Cuántas substancias son naturales y son venenos?  ¿Se dan cuenta de la forma en que trabaja el piensa chueco?   Sí, la marihuana es natural, pero es muy tóxica y le hace daño al cerebro.

“Está comprobado que la marihuana hace menos daño que el cigarro”. Ah, caray, según los estudios médicos, aparte de hacer el mismo daño al cuerpo que los cigarros, también de paso afecta el cerebro.  ¿Entonces cuál hace menos daño?  Además el hecho de decir que hace menos daño ¿justifica su uso?

“La marihuana me hace más creativo”. No es que sean más creativos, lo que pasa es que la marihuana está en el grupo de los alucinógenos. Tendrían que ver cuántos pacientes tenemos que dicen “estuve escribiendo” o “estuve pintando” cuando estaban intoxicados y cuando están con el “piensa sano” regresan a ver lo que escribieron o lo que pintaron y se dan cuenta que eran puras burradas las cosas que escribieron, o que eran puras porquerías las que pintaron. La creatividad no nace de las alucinaciones, la creatividad solamente se da en un cerebro sano.

Otra cosa que alegan es que ya están legalizando la marihuana en otros países, que eso comprueba que no hace daño. Absolutamente nada tiene que ver el hecho de que sea legal o ilegal con que hace daño. El alcohol es legal y sin embargo hace mucho daño.

También les gusta decir que no le hacen daño a nadie. Tampoco los diabéticos, los hipertensos y cardiacos les hacen daño a los demás y no por eso los dejamos sin tratamiento.

Dicen que se exagera, que llevan años fumando marihuana y no les ha pasado nada. ¿Pero los hechos qué demuestran? ¿Cómo van en los estudios, en el trabajo, con la familia? ¿No son ejemplos del daño que le están causando a su cerebro?

Hay que utilizar, como en todos estos ejemplos, los hechos, el sentido común y la medicina. Hay que decirles: “nada de lo que estás diciendo es cierto; sólo lo estás diciendo para seguir dependiendo de una sustancia que te hace daño.” Eso hace todo adicto, el adicto va a defender sus sustancias.

El otro problema es que usualmente no se les nota mucho cuando han utilizado sustancias; deben estar sumamente intoxicados para que se les note. La mayor parte del tiempo, como están buscando un equilibrio, no se les nota. Y la enfermedad es insidiosa, progresa a lo largo de los años y la familia se ha adaptado, entonces le cuesta trabajo darse cuenta de los cambios que han venido sucediendo.

No hay que permitir que el adolescente salga con cosas que desvíen la atención del punto que se está tocando en la conversación.

Ser consciente en el uso de las palabras. Hablar con el adolescente no es bajarse a su nivel, y tampoco es pretender que hable con la propiedad de un adulto. Hay que buscar un término medio.  Por ejemplo, cuando habla con sus hijos sobre una persona intoxicada, si desea que ellos reflexionen, tiene que utilizar palabras que la mayoría utiliza, como la palabra “pedo”. Usted debe hacer las siguientes preguntas a sus hijos, pidiéndoles que utilicen su sentido común, para que tomen conciencia de la gravedad de intoxicarse.  En México se utiliza mucho la palabra “pedo”, una persona intoxicada con alcohol “está peda”.  “Armándola de pedo”, “no la hagas de pedo”, “la hizo de pedo”, “¿qué pedo traes?”, implican conductas agresivas.  Es bien conocido que al intoxicarse con alcohol es muy probable que la persona se ponga agresiva.  Por eso, en ciertas reuniones públicas donde puede haber emociones altas, se prohíbe consumir alcohol.

Las preguntas que se le hacen al adolescente:

¿Se puede hablar bien con una persona que está un poco borracho?

No, son repetitivos, incoherentes y sangrones.

¿Qué tan fácilmente una persona un poco borracha puede ofenderse?

Fácilmente, por eso cuando no se conoce a la persona, se la evita porque puede suceder algo inesperado.

¿Una persona que un poco borracha entiende?

No, por experiencia sabemos que dicen que sí, pero los hechos demuestran lo contrario.

¿Una persona un poco borracha se puede cuidar sola?

No, usualmente se tiene la desagradable experiencia de tener que quedarse a cuidar a una persoa “peda”.

¿Si usted no ha bebido y está al lado de una persona un poco borracha que no conoce, le causa miedo o angustia?

Sí, porque sabemos por experiencia que por la pérdida del control de impulsos puede hacer algo que nos afecte.

¿Por qué toleran a una persona un poco borracha?

La pregunta clave. La realidad es que no existe ninguna razón para estar tolerando las conductas de una persona intoxicada.

¿Han buscado que una persona se ponga un poco borracha?

Probablemente, porque saben que pierde la razón y están buscando tomar ventaja, o que les sirva de bufón, manipular, aprovecharse o que los aguanten, porque también están intoxicados. Como pueden observar, buscar que alguien se intoxique indica, en menor o mayor grado, cierta maldad.

¿Han buscado emborracharse en forma premeditada?

Aquí tendrán que hacerse otras preguntas: por qué y cuál fue el propósito.  Lo que van a encontrar es que fue tonto buscar empedarse.

¿Una persona un poco borracha puede conducir un auto?

La respuesta es obvia, NO.

¿Qué tan fácil es aprovecharse de una persona “un poco borracha”?

Si es algo que la persona intoxicada desea y la persona con la que está quiere aprovecharse y es un antisocial, es relativamente muy fácil.   En los adolescentes es fácil ver qué es lo que desean, tener relaciones interpersonales “importantes” (estar con las personas “cool”), sobresalir en algo, que les den importancia y sexo fácil en los hombres.  Un antro o discoteca ofrece todo eso y esta es la razón de tanta fascinación por parte de los adolescentes por acudir a estos lugares.  Las personas encargadas en estos lugares son mayores y con experiencia.  Pregúntense entonces que tan fácil es aprovecharse de los adolescentes.

Con todo lo que se ha visto, ¿conviene ponerse un poco borracho? ¿Existirá una razón que justifique que alguien se ponga un poco borracho?

Que los adolescentes vean lo que son los chistes de “borrachitos”: si analizan los chistes, encontrarán que el humor es porque la persona “peda” hace o dice una tontería. Entre broma y broma, se asoma la verdad.  ¿Han escuchado platicar a los borrachos, han visto actuar a los borrachos?     Cuando se ponen borrachos o intoxicados se ven como tontos, actúan como tontos, hablan como tontos, porque obviamente están tontos en ese momento.  Recordemos que para estar intoxicado no se requiere mucho, con tres copas ya no se está en los cinco sentidos. En otras palabras, esto quiere decir que ya empezó el proceso de intoxicación y alteración de las funciones cerebrales. Hay que pedirles que se fijen, que se den cuenta y que esto se puede corroborar una y otra vez.

Diferenciar las reglas de conducta de los hábitos de salud

Debe existir y se debe promover, por lo tanto, una confianza del 100% en aspectos de enfermedades. Así como llegan a decir: “mamá, tengo diarrea”, deben poder decir: “no me estoy sintiendo bien emocionalmente” y se les debe escuchar, se les debe poner atención.

Si ustedes empiezan a moralizar, los adolescentes lo van a esconder.

Reglas:

  • • sentarse a platicar, tener pláticas continuas y simples sobre las adicciones

  • • supervisión de un adulto en la casa

  • • reglas de la casa para todos: avisar no es coartar la libertad

  • • técnicas de resistencia

  • • no alcohol en las fiestas; evitar fiestas donde haya alcohol

  • • las discotecas son lugares de adultos, donde el negocio es vender alcohol

  • • no ser cómplices

Sentarse a manejar el sentido común

La primera regla de un programa de prevención es la información y esto se obtiene sentándose a platicar. ¿Realmente lo hacen? Y no es sentarse a platicar y preguntarles qué sienten o pedirles que les cuenten las cosas más secretas e íntimas. Es sentarse a platicar de lo que son las adicciones. Lo que van a hacer es hablar de la enfermedad de la adicción como hablan de las infecciones, del cáncer y demás. Eso es lo que van a hacer, se van a sentar a hablar de lo que es esta enfermedad. ¿Lo harán?

El manejo debe ser simple y los padres tienen que seguir funcionando como cerebros auxiliares. Tienen que seguir ayudando a sus hijos en las situaciones de tensión, tienen que ayudarles a pensar alternativas, a decidir qué hacer en una situación que les angustia. En eso deben ayudar los padres.

El adolescente lo puede empezar a comprobar con hechos, puede empezar a ver al chamaco o a la chamaca de 14 años que empieza a tomar y cómo le empieza a ir, puede ver al adulto y cómo se pone el adulto cuando se intoxica. Que observen los efectos. Entonces, él va a poder comprobar con hechos qué es lo que sucede, que no es que la familia sea estricta y no lo deje beber, sino que simplemente están hablando de la salud de su cerebro.

Supervisión de un adulto

Tampoco se puede dejar a los adolescentes solos en casa, como no dejarían a unos niños solos en la casa. Es lo mismo. Siempre debe existir la supervisión de un adulto, debe haber un adulto que esté pendiente. Si a los adolescentes se los deja solos, igual que a los niños, acaban haciendo cualquier cosa. Siempre debe haber una estructura, una supervisión.  Si hay un problema o un accidente, ¿creen que ellos estén capacitados para resolverlo?  La presencia de un adulto de alguna forma interfiere con “locuras” que se les puedan ocurrir y al mismo tiempo da seguridad tener alguien a la mano.

Reglas de la casa

Son reglas simples, que todos en la casa siguen y ésas son las que vamos a establecer también con ellos. Los chamacos suelen decir muchas veces que ya son grandes, que quieren su libertad y que quieren hacer esto y lo otro. ¿Saben a qué edad hacen esto? Entre los cuatro y seis años es cuando los niños dicen: “déjame en paz, no me des la mano para cruzar la calle, yo puedo solo”. Ellos están queriendo demostrar que son maduros y muy capaces. La contestación de una adolescente de “yo aguanto en las fiestas, yo puedo tomar” es una conducta infantil. Es un aviso de que hay regresión.

Si el adolescente está buscando una madurez, debe actuar con esa madurez de los adultos y no como niño.  Como adultos, como padres, ¿se irían a la discoteca sin avisarle a la familia? ¿Se irían a una cena y no avisarían a qué horas van a llegar? ¿Se irían y no avisarían con quién están? Como adultos eso no se hace, entonces ¿por qué lo permiten en los adolescentes?  Eso no lo hacen los adultos y tampoco se les debe permitir a los adolescentes.

Técnicas de resistencia

Repito, el cerebro de los adolescentes aún no está maduro y se les debe dar una mano enseñándoles técnicas de resistencia. ¿A qué me refiero con técnicas de resistencia? Es prepararlos para eventos que pueden presentarse en un futuro, anticipando qué deben decir o hacer.

Primero, que aprendan a cuestionarse. Si ustedes recuerdan la primera parte, los invité a que aprendieran a cuestionarse el “piensa chueco” de los adictos para no seguir creyéndolo. Los adolescentes deben hacer exactamente lo mismo. Deben aprender a cuestionar lo que oyen sobre el alcohol y las drogas y deben saber que ambos anestesian las emociones.

Los adolescentes deben aprender también a no convertirse en cómplices. Desde la adolescencia, es frecuente que alguien haga algo que sabe que no está bien, y les diga a los amigos: “no vayas a decir nada”. “No le vayas a decir a mi mamá que estuve tomando”, “no le vayas a decir a mi mamá que fumé marihuana”. Al adolescente hay que enseñarle que cuando una persona le está haciendo eso, lo está haciendo cómplice. Hay que decirle: “si la primera vez te dijo eso y te agarró en curva, está bien, pero la próxima vez que te diga eso, vas a voltear y le vas a decir: “si vas a fumar marihuana, hazlo en otro lado y no enfrente de mí, porque yo no voy a ser tu cómplice. A mí no me vas a meter en problemas, métete en problemas tú solo.”

Hay que enseñarles a lidiar con ese aspecto de la complicidad, porque muchas veces pasa que van a una fiesta, se emborrachan, no les avisan a los padres y tienen una intoxicación terrible. Lo único que hacen los amigos es que van y los botan en la puerta de la casa y estamos hablando de una intoxicación cerebral. Entonces, debemos enseñar a los chamacos a no ser cómplices, porque es darles una responsabilidad.

Y siempre se preocupan, porque piensan que los van a tomar por chismosos. Hay que decirles: “para que evites caer en ese papel de chismoso, antes tú los vas a prevenir y les dirás que si te van a decir algo, lo dejen a tu criterio si lo dices o no. Porque a lo mejor te van a decir que Fulanita está embarazada y se va a ir a hacer un aborto y resulta que es tu prima y no puedes decir nada”; “si tú me vas a decir algo, lo vas a dejar a mi discreción. Nada de secretos.”. Eso lo aprenden a manejar muy bien los adolescentes y aprenden a decir: “Yo no tengo por qué estar cargando con la responsabilidad de un secreto” porque, otra vez, guardar secretos, no decir nada, es de niños, de niños chiquitos. Ya de adolescentes eso no se debe hacer.

Dentro de las técnicas de resistencia está rechazar las competencias. Muchas veces les va a tocar ir a una fiesta, donde hacen una competencia a ver quién bebe más. No deben entrar en ese tipo de  competencias, no deben ser cómplices. Ni siquiera deben estar en esos lugares donde se promueven competencias a ver quién toma más, porque eso siempre trae consecuencias y ahí también se da ese fenómeno de la complicidad.

Ustedes, como adultos, tienen que considerar todo tipo de cosas de las que puede ser parte su hijo o su hija. Entonces, le van a decir: “Vamos a ver si estás en esta situación y qué se debe hacer”. Les voy a dar un ejemplo. “Vamos a decir que tú vas a una fiesta y dentro de la fiesta ves que el papá de la muchachita está tomando, todos los adultos están tomando. Y de pronto dices que ya te vas a tu casa, que vas a pedir un taxi, y el papá que está tomando, que ya viste que se tomó varias copas, te dice que te lleva a tu casa. ¿Qué se le debe decir?” Se le debe enseñar al adolescente cómo debe contestar. “No, muchas gracias, señor. Me da mucha pena pero yo quedé en esto con mis papás y si lo hago de otra manera, no les gusta, no les parece. Pero le agradezco mucho, no se preocupe, tengo el teléfono del taxi, son gente responsable y me están esperando. No se preocupe, gracias.” Deben aprender a decir que NO.

La presión de grupo es muy fuerte y pueden llegar a una fiesta donde inclusive sea unos adultoa los que presionen para que se tomen una copa. Deben aprender a decir que no y también deben tener la confianza de llamar a la casa y pedir que vayan por ellos si hay bebida y ven que los chamacos también toman. Por eso les digo que los padres siempre deben estar pendientes, deben estar atentos. Estamos hablando de la vida de un hijo, estamos hablando de un daño que se le puede causar a un hijo. Entonces, es algo muy importante. Que  aprendan a distinguir el “piensa chueco” de los adictos. Lo que ustedes ya aprendieron se lo van a trasmitir a ellos.

Otra situación posible es que vayan a una fiesta y haya una chamaquita que está muy bonita, y la chamaquita le dice: “vamos a tener relaciones, pero antes vamos a fumar marihuana”. Ese chamaco debe aprender a decir que NO, porque precisamente en esos casos ni hay cuidado, ni hay nada, es una situación que se torna engorrosa después. Si ustedes se acuerdan de la adolescencia, ese tipo de situaciones era muy difícil de manejar, causaba mucho estrés y mucha preocupación. Inclusive, provocaba que el adolescente se obsesionara con la chamaca y luego anduviese detrás de ella. Tenemos que empezar a preguntarles cómo van a actuar si sucede una cosa así, o cualquier otra situación complicada. Imagínense todo tipo de escenarios de lo que pueda suceder y enséñenles cómo deben actuar. Siempre van a encontrar la manera correcta de actuar y de resolver cualquier situación.

Eso se llama técnicas de resistencia y está comprobado que funcionan. El chamaco aprende qué decir, qué hacer, qué no hacer, cómo defenderse con seguridad.

Las fiestas y los adolescentes

¿Existirá alguna razón para que haya alcohol en una fiesta de adolescentes?   Los primeros en insistir en que haya alcohol son los mismos adolescentes.  ¿Para qué?  ¿Para sentirse mayores? ¿Para decir “mira qué a todo dar son mis padres”?    En los adolescentes es muy fuerte la idea que una fiesta sin alcohol no va a ser divertida. ¿De dónde sacaron esa idea?  A usted le ha tocado ir a fiestas sin alcohol y con alcohol, ¿cuál es la diferencia?  ¿Bailaron mejor en una que en otra?  ¿Platicaron mejor en una que en otra?  Ya habíamos visto que el alcohol y las drogas no son mágicos.  El chiste de hacer fiestas para adolescentes radica en la hora.  En vez de iniciar la fiesta a las 8 o 9 de la noche, qué tal si la inician a las 6 y se pide puntualidad porque la música empieza desde esa hora. Lo que va a suceder es que les va a dar tiempo a los adolescentes a que se les baje el estrés y como a las dos horas ya van a estar todos bailando y platicando a gusto. Usted va poder constatar que no fue necesario el alcohol para entrar en ambiente. Ahora, lo más seguro es que el grupito de compañeros que ya iniciaron con la enfermedad de la adicción no se aparezcan porque es una fiesta de “fresas”. ¿Para qué quieren a esos amigos? Si ya son los adictos en potencia, ¿para qué quieren a esos que se creen grandes y que, en realidad, tienen conducta infantil?  Permita que sus hijos adolescentes sean creativos y hagan una fiesta sin la necesidad del alcohol.

¿Se han preguntado quién es el responsable en una fiesta de adolescentes?  Vamos a dar un ejemplo: una fiesta donde hay chicos entre los 14 y 19 años. ¿Quién es el responsable en esa fiesta? ¿Podemos decir que el de 19 años es el responsable? ¿Podemos decir que como grupo ellos solos son responsables?  Entonces, en toda fiesta de adolescentes debe haber un adulto supervisando. Hay que decirle al hijo que es muy importante que siempre haya un adulto porque si algo sucede, el adulto se va a hacer cargo. Vamos a suponer que en la fiesta están bailando, y de pronto alguno se cae, se golpea y se abre la cabeza. ¿Creen que se va a hacer cargo el de 19 años, o el de 16? Se van a espantar todos, no van a saber qué hacer. En cambio, si hay un adulto, va a saber qué hacer.

Si están tomando alcohol y el adulto lo permite, ¿quién es entonces el responsable de lo que pueda suceder? Aquí en México no hacen caso y dejan que su hija de 16 años tenga su fiesta y que haya alcohol. En Estados Unidos ya los demandan, porque le están haciendo daño a un cerebro en desarrollo.  Entonces, los adultos que se creen muy inteligentes y dejan que haya alcohol en las fiestas de sus hijos sin problemas, son unos irresponsables.  Otra cosa que hay que hacer es que una vez que entraron a la fiesta, ya no pueden salir. Y si salen, ya no pueden entrar, porque si hay un grupito de adictos, lo que hacen siempre es que dejan la botella o la droga en el coche, entonces salen, utilizan y se vuelven a meter. Los adolescentes cuando están intoxicados no demoran en provocar pleitos. Hay que pensar que siempre estamos hablando de la salud de nuestros hijos.

Las discotecas y los adolescentes

La discoteca y los antros son lugares en los cuales el negocio es la venta de alcohol, por lo tanto están hechos con ese propósito. Antes se usaba dar cacahuates salados para provocar sed y aumentar el consumo de alcohol, pero desde hace tiempo son más sofisticados para promover la bebida. Usan un método muy simple: aumentar el estrés para aumentar la venta de alcohol. Mas estrés, mayor cantidad de alcohol se necesita para anestesiarlo. Todo empieza desde la hora de entrar, a pesar de que el lugar está vacío, hacen formar una fila provocando estrés con la espera y con la duda si los van a dejar entrar o no. Segundo, el lugar está en tinieblas. Entre a un cuarto sin luz y va a ver como se pone inmediatamente tenso al querer caminar por allí. Tercero, suben el volumen de la música; suba la música en su casa y a ver cuánto tiempo aguanta con el sonido. Cuarto, vamos a hacer un lugar donde no quepan y la pista de baile sea un huevito: el roce continuo causa estrés. Los locales saben perfectamente que dar alcohol facilita las agresiones, por eso tienen a los famosos “bouncers” que están pendientes de parar y sacar rápidamente a los que inician una pelea. Esto sucede a diario.  ¿Realmente están preparados para cualquier evento en estos lugares?  Las muchachas alcoholizadas son blanco fácil y eso lo saben todos. Las personas saben que pueden aprovecharse muy fácilmente de chamaquitas de 14, 15 o 16 años. La discoteca es un lugar para adultos y, aparte, está prohibido legalmente el ingreso de menores. Entonces, ¿por qué les permiten ir a las discotecas? ¿Dónde está la lógica de dejarlos ir?

Si los chamacos dicen que quieren ir para bailar, en una discoteca no pueden, tienen pistas miniatura.  Que quieren ir a platicar, no se puede con la música.  Nuevamente, utilicen hechos, sentido común y salud.

Las alarmas en los adolescentes

Todo esto siempre tiene un inicio. Estos inicios son conductas que de alguna forma van a activar en los familiares una duda, coloreada por la preocupación.  Esto debe servir a la familia como alarma o llamada de atención de que algo no está bien y se debe buscar ayuda profesional especializada. No hay que esperarse a que sea obvio. Recuerden: estamos hablando de padecimientos físicos que no responden a manejos familiares, responden a un tratamiento.

Que empiecen a beber alcohol a los 12, 13 o 14 años es una alarma y aunque sea sólo en una fiesta cada mes, o cada dos meses. Esa ya es una alarma, no deberían estar bebiendo. Es una alarma que les dice que tengan cuidado, se puede estar desarrollando una enfermedad.

Que defiendan las drogas, a diferencia de percibir el daño. Que empiecen a defender la marihuana. Muchas veces la defienden porque conocen a un adicto, no porque la estén utilizando. Pero si es una persona que no usa marihuana, eso de que estén defendiendo las drogas es un síntoma de lo que hacen los adictos.

Cambiar de amistades, empezar a juntarse con personas de las que sí se sabe que utilizan drogas o alcohol. Eso quiere decir que su hijo también está empezando a utilizar alcohol o drogas.

Pérdida de interés en los estudios. Baja en las calificaciones y, sobre todo, las faltas. Muchas veces sucede que mantienen bien las calificaciones, pero si uno va y revisa, resulta que el máximo de las faltas permitidas siempre las cubren. Y lo van a confirmar en la escuela, que faltan mucho a clases. Mantienen las calificaciones pero faltan mucho a clases. Esa es otra alarma, eso es clásico.

Pedir libertad. Cuando empieza el adolescente a pedir “su libertad”, hay que explicarle que es un chamaquito, ¿libertad para qué? Eso es lo que dicen los niñitos. Estamos viendo un proceso de inmadurez.

Si empiezan con tatuajes, con piercings. Eso nos está hablando de que hay una falta de juicio. Si llega un adolescente de 15 años con tatuajes y piercings en las orejas, la nariz, o la boca o lo que pueda, nos está alertando de que algo ya no está bien, esa es otra alarma.

Que empiece a decir que eso no le pasa a él. Esa es otra alarma. Los cambios de ánimo en el adolescente. Es muy importante estar pendientes de eso. Las ausencias prolongadas, que ustedes notan que se pasa mucho tiempo afuera, en casa de sus cuates y se queda a dormir.

Otra alarma es que empiece a faltar dinero o pastillas. Si tienen una historia familiar, que el abuelo o el tío tiene la enfermedad, entonces saben que hay un componente hereditario y por lo tanto hay que mejorar el proceso de prevención.

Que empiezan con trastornos disruptivos como el trastorno de déficit de atención.  Que sean conflictivos, que traen problemas, que no están siguiendo ciertas reglas de conducta. No es que una sola vez se pusieron rebeldes, sino que es continuo. Cuidado con eso, porque sabemos que todas estas conductas pueden conducir a un futuro abuso de sustancias.

Si ven que no están aprendiendo de la experiencia, que repiten errores una y otra vez. No estamos hablando de un retrasado mental porqué no aprende, estamos hablando de que ya hay algo que no funciona bien y hay que ver qué es lo que está pasando.

Si les encuentra droga y dicen que es de un amigo. Esto es un engaño      frecuente.

Es muy fácil. Si tienen la duda de que a su hijo le esté pasando algo, si les preocupa algo, lo van a llevar con el especialista en adicciones y que él les diga, que los ayude.

Si empiezan a engañar y ustedes les empiezan a perder la confianza; si demandan alcohol en las fiestas y se ponen necios. Llegan intoxicados y siempre tienen una excusa. No aprenden de los castigos; llegó intoxicado, se le castigó y vuelve a llegar intoxicado. Obviamente, no está entendiendo y hay que ver por qué no está entendiendo. Eso nos está avisando que algo no está bien en sus funciones cerebrales.

La vieja historia de cantidad y frecuencia como defensa. Eso es el “piensa chueco” de los adictos. Dicen: “es que yo sólo tomaba tanto, o sólo tomaba una vez cada tanto”. Eso es clásico de los adictos, así que cuando empiezan con esos argumentos, cuidado. Que sus valores sean el reventón, usar alcohol, juntarse con amiguitos que tienen fama. Todas esas son alarmas y deben avisarles que algo no está bien

Sí se puede

Una vez que lleguen a los 18 años, sobre todo si tienen un componente hereditario por el que hay que estar pendientes, hay que decirles que los hombres no pueden tomar más de dos copas en 24 horas. Pasando esas dos copas, entramos en niveles tóxicos. Y las mujeres, máximo una copa en 24 horas, por la misma razón.

No les estoy diciendo cómo deben educar a sus hijos, sólo les estoy diciendo cómo hacer una prevención en lo que respecta a adicciones. Ustedes pueden educar a sus hijos de acuerdo con sus normas, yo como médico les indico lo que se debe hacer como prevención cuando hablamos de abuso de alcohol o uso de drogas.

El mensaje simple en los adolescentes

Si usted recuerda, antes de poder transmitir los mensajes simples de prevención en la escuela y en la casa hubo una serie de explicaciones de lo que es una bacteria, un virus, parásitos, cómo se transmiten, como enferman al cuerpo, etc., y después se dio el mensaje simple de "lávate las manos". Lo mismo se está haciendo. Se están estableciendo las bases para sustentar los mensajes simples.

El alcohol y las drogas afectan tu forma de pensar, sentir y actuar

Se ponen como retrasados mentales por la toxicidad

El alcohol y las drogas le hacen daño a tu cerebro

El alcohol y las drogas son neurotóxicos

El alcohol y las drogas provocan enfermedades

El alcohol y las drogas son peligrosos

Van a decir que entonces son muchos mensajes, pero si ustedes lo analizan, ¿cuántas formas hay para prevenir infecciones?  Todas van de acuerdo con la higiene. En las adicciones van de acuerdo con el daño que le hacen al cerebro y, aunque sean variadas, son simples y se repiten una y otra vez.

El tema de legalizar las drogas

¿Alguna vez usted se ha preguntado quiénes son las personas que tienen un interés en legalizar las drogas?

Existen dos grupos. Uno que piensa que legalizando las drogas sería una forma de acabar con un área específica de la delincuencia. Esto tiene que ver con razones socio políticas, no razones médicas y se trata de un grupo minoritario. El otro grupo mayoritario, que es el vociferante y saca un sinfín de razones que suenan “lógicas”, obviamente son los mismos adictos. Solamente hay que reflexionar un poco para ver el trasfondo. Si usted es una persona que no utiliza drogas, ¿qué razones puede tener para legalizarlas? Ahora, si usted es una persona que utiliza drogas ¿no le interesaría que las legalizaran? La respuesta es obvia.

Veamos qué es lo que sucede. Los estudios médicos a nivel mundial señalan que alrededor del 10% de la población padece de la enfermedad de la adicción, algunos países tienen menor porcentaje y otros mayor. Un 10 % hace que la adicción sea un padecimiento común, no raro. El problema es que una gran mayoría de las personas se imagina el estereotipo de un adicto. La realidad es que a la mayoría de las persona que utilizan drogas no se les nota y las hay de todas las profesiones, políticos, abogados, legisladores, médicos, pilotos, etc. y de manera muy natural van a defender la legalización de las drogas arguyendo un beneficio para la sociedad. Muchos de ellos son muy buenos con la palabra y, por lo tanto, tienen poder de convencimiento. Entonces no resulta raro que haya personas dentro de diferentes contextos que defienden la idea de legalización. La próxima vez que usted escuche a una persona tratando de defender la legalización de las drogas, no se extrañe que se trate de una persona que las utiliza.

El argumento de la delincuencia. Uno de los ejemplos que utilizan es la prohibición del alcohol en Estados Unidos.  Dicen que con la legalización del alcohol se consiguió terminar con bandas poderosas y disminuir la criminalidad.  A simple vista así se ve; pero hasta donde yo sé este tipo de bandas continúa hasta el día de hoy, simplemente se cambiaron a otro giro y aprendiendo de la experiencia tratan de no atraer tanto a la policía. El delincuente no se desvanece solamente porque logren quitarle una forma de infringir la ley.  El delincuente va a continuar.

Pero podemos jugar al abogado del diablo… ¿A los traficantes les convendría convertir su negocio de exportación de drogas en un comercio legal? ¿A poco ustedes creen que no dejaría de producir dinero? El problema de las drogas no son las substancias en sí, el problema son las personas que tienen el padecimiento de la adicción y utilizan drogas. No existe ninguna razón médica para que se legalicen las drogas, pero sí existen muchas razones para que los políticos pongan mayor atención a la prevención, que desafortunadamente es casi inexistente y lo que se ha hecho no ha funcionado; esto a pesar de que ya existen hoy en día varias técnicas de prevención que han demostrado que sí funcionan.

Como padre o madre de familia ¿a usted le gustaría que su hijo pudiera ir a la tienda y comprarse sus cigarros de marihuana con filtro? ¿O que pudiera acudir con los compañeros y aparte de comprarse una botella también se llevara su bolsita de cocaína y por qué no… unas cuantas tachas, sin preocupación de infringir la ley?  Muchos podrán decir que estoy exagerando pero ¿cuántos jóvenes se abstienen de probar las drogas porque tienen bien claro que son ilegales y se pueden meter en problemas?  Usted mismo pregúntese ¿siendo legales no le daría curiosidad por probar? De seguro se las ofrecerían en varias reuniones sociales.

Otro argumento es el de estar a favor porque ciertas drogas tienen propiedades médicas. Y así es, hace muchos años usted podía ir a la farmacia y comprarse una ámpula de heroína por 20 centavos, la cocaína la utilizaban como anestésico local principalmente para ojos y era común ir al mercado para comprarle a la abuelita sus “friegas de alcohol con marihuana para las reumas”. Estas substancias las quitaron del mercado una vez que vieron que los adictos abusaban de ellas. Aún así continuaron abusando de ellas y, si las vuelven a legalizar, también continuarán abusando de ellas. La razón es que se trata de una enfermedad con una clara compulsión al uso de substancias. Con esto queda claro que el problema no está en acciones legales sino en atacar directamente a la enfermedad.

Pero además existe otro grupo importante de jóvenes que no tienen la disfunción cerebral del padecimiento, pero van a experimentar y algunos llegarán a abusar de estas sustancias. Este uso y abuso causa daño cerebral de manera insidiosa, sobre todo a lóbulos frontales. Hacia estos grupos también es donde se deben enfocar los esfuerzos para prevención y tratamiento temprano.

También es muy importante saber que digan lo que digan, inventen lo que inventen, no pueden negar el hecho de que hacen daño al cerebro. Numerosos estudios médicos a nivel mundial una y otra vez demuestran el daño que las drogas causan al cerebro.  Esto incluye a la marihuana que tanto defienden “porque es natural” y por eso “no hace daño”.

¿Creen ustedes que sería bueno legalizar algo que daña a la persona?

Sé que muchos argumentaran que el alcohol y el tabaco también hacen daño y son legales. No lo niego, pero tampoco se puede negar que se está haciendo todo lo posible para que las personas dejen de fumar y también para que las personas empiecen a crear conciencia sobre el abuso del alcohol. ¿Por qué? Por lo mismo que se sabe de las drogas…. que hacen daño.

Es muy claro que a las únicas personas que les “conviene” que las drogas sean legales son a los adictos.  Hay que tener cuidado en no caer en el “piensa chueco” de estas personas. Ellos no requieren legalidad, requieren tratamiento sin importar cuál sea su profesión, status social, sexo o edad.

2010

Recuperando el Sentido Común, Abuso de alcohol y uso de drogas

UNA GUIA PARA LA FAMILIA

2011

La Esencia Médica del Programa de los 12 pasos

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